El parasito que manipula mentes

El denominado toxoplasma gondii es un parásito que tiene la particularidad de provocar en el ser humano trastornos de personalidad que van acompañados fundamentalmente de estados de impulsividad, agresividad e ira.

Para entender cómo actúa y sobre todo, cómo se transmite, tenemos que pararnos en primer lugar en averiguar qué es un parásito. Para mucha gente un parásito es aquella persona, por ejemplo un hijo o un amigo, que vive en tu casa a costa tuya; es decir, ni trabaja ni hace nada productivo, ni te ayuda en los gastos, pero a cambio te roba tu comida y vive de tu esfuerzo.

Hablando en serio (aunque la anterior reflexión es una verdad tan grande como una catedral), un parásito es un organismo vivo que se aloja en otro organismo al que se le llama "huesped", obteniendo un beneficio de este, y a la vez causándole un perjuicio (vamos, lo mismo que el hijo y el amigo caradura). Existen diversas variedades de parásitos, pero los que más nos interesan en este artículo son los parásitos protozoos.

Un protozoo es un organismo microscópico muy elemental que tan solo tiene una célula y que habitualmente forma colonias. Así que por tanto, el toxoplasma gondii es un parásito protozoo, un diminuto ser unicelular que se aloja en seres vivos más grandes, viviendo a su costa y causándoles diferentes trastornos.

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Resulta muy curiosa y sorprendente la cadena mediante la cual este organismo se transmite; el toxoplasma tiene un hábitat predilecto en el que se siente muy cómodo y donde se reproduce muy fácilmente: el intestino de los gatos; así que al igual que le sucede a todos los seres vivos cuyo instinto natural es la reproducción, intentará al máximo contaminar a los gatos.

Los gatos, expulsan el toxoplasma en sus heces, de tal forma que el parásito permanece en estado latente en el medioambiente (tierra o agua) durante mucho tiempo. Las ratas, que se alimentan de cualquier cosa, se infectan de este parásito, el cual se extiende por sus órganos internos.

El toxoplasma, al encontrarse en el interior de una rata, produce una sustancia química que afecta a su cerebro, manipulándolo y provocando que la rata tenga alucinaciones, de tal forma que la rata deja de tenerle miedo a los gatos; la rata macho percibe el olor de la orina del gato como una señal de una rata hembra en celo, acercándose al entorno del felino donde será devorada.
De esa forma el parásito continúa infectando de forma cíclica nuevos gatos, asegurándose su supervivencia.

Pero esos parásitos que se encuentran en estado latente en el suelo o el agua, también pueden ser ingeridos por otros animales, como por ejemplo cerdos, cabras o vacas. Una vez dentro de estos organismos, se extienden por el cuerpo, formando quistes sobre todo en el cerebro y en los tejidos musculares.

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Y finalmente, la cadena llega a donde nos interesa, al ser humano, que puede contaminarse de diferentes maneras: consumiendo carnes crudas o poco cocinadas de animales, bebiendo agua sin depurar o llevándose a la boca tierra contaminada. Y por supuesto el contacto muy cercano con gatos domésticos que habitualmente se desenvuelven en granjas o lugares frecuentados por ratas. Así que tranquil@s; si vuestro gato vive en vuestra casa y no sale al exterior, no hay ningún peligro.

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Si el ser humano se contamina, y la persona tiene un sistema inmunitario fuerte, seguramente no será consciente de padecer ninguna infección; tan solo puede llegar a tener dolores musculares o síntomas similares a los de una gripe. En cambio, en caso de que las defensas del propio organismo sean incapaces de derrotar al enemigo, el parásito puede extenderse y formar quistes en el cerebro, afectando al comportamiento de la persona; los quistes provocan que aumente la producción de testosterona, que se manifestará en una mayor impulsividad, menor miedo, mayor toma de riesgos, agresividad, ira.

Los científicos no acaban de entender que sistema o proceso utiliza el toxoplasma para manipular el cerebro de las personas y modificar su comportamiento, aunque recientes estudios afirman que puede existir una relación directa entre la infección y el desarrollo de esquizofrenia, además de un mayor riesgo de sufrir accidentes e incluso de suicidio.

Es increíble como un ser tan diminuto y tan básico tiene tanto poder y tanta capacidad de influir en la conducta de los seres humanos.