CRÍTICA DE PELÍCULA - "Annabelle Vuelve A Casa" (2019)
Sinopsis: Los investigadores paranormales Ed y Lorraine Warren mantienen la muñeca Annabelle encerrada en una sala de artefactos en su casa. Sin embargo, en una noche terrible, Annabelle despierta otros espíritus malignos y amenaza a la joven hija de la pareja y sus amigas.
Cuando una franquicia comienza a dar vueltas y más vueltas alrededor de sí misma (aunque intente expandir su mundo a través de la historia de personajes paralelos que ya se han presentado anteriormente), es una señal obvia de que existe un aparente desgaste en la trama central que a la regla. Después de una primera película mala y un segundo considerablemente mejor, Annabelle llega a su tercera película reciclando todos los clichés posibles e imaginables de una manera que jamás vista antes (sí, eso es muy malo).
En el caso de los Warren, esta fue la idea más interesante que el guión presenta al espectador (volver a donde todo empezó suena como un argumento instigador). Esto posibilita que un contacto más cercano con los famosos artefactos demoníacos que sirven de trofeos para la pareja Ed y Lorraine estén "al alcance" de manera más objetiva, lo que hace los escenarios en algo más interesante de ser visto y las escenas que en ellos ocurren en algo más sombrío de ser compañero.
En general, la atmósfera que los guionistas crearon cumplen bien su papel (a pesar de los sustos más que obvios y de las escenas de suspenso rasas en su gran mayoría). Pero las constantes desviaciones que siguen en la construcción de la trama causan frustración porque no dejan que la película se establezca por completo (siempre tiene algo tonto interrumpiendo la narrativa, que tarda en engranar) en su propia climatización que insiste en ser más sombría de lo que aparenta ser.
Los personajes son buenos, pero mal aprovechados (no entiendo cómo sucede en una franquicia ya tan bien sedimentada). El elenco no compromete la calidad del proyecto, pero el hecho de ellos (incluyendo los competentes Vera Farmiga y Patrick Wilson) no son bien conducidos molesta porque deja todo muy superficial. Luego, aquel "universo maligno" donde todo sucede (que por cierto, tiene un potencial fantasmagórico extremadamente rico), queda debiendo cuando el asunto es credibilidad.
No hay duda de que después de esta nueva embestida, el mundo de la muñeca infame y espeluznante que atiende por el nombre de Annabelle se debilita considerablemente. "Ella lidera una" revolución "de espíritus muy falla (principalmente porque no se concentra de manera más consistente en crear un cerco asustadizo más eficiente) que juntos ahora miras en un solo blanco, la joven hija de la pareja Warren y lo hacen basados en uno amontonado de clichés altamente potenciado y casi descontrolado de tantos excesos.
Aunque suena como la película más concisa de la trilogía (por su flujo y también por la presencia de personajes originales ya vistos en películas anteriores), es sin dudas muy fallido. En algunos momentos, es inevitable pensar en cuánto esta secuencia es innecesaria y que todo no ha pasado de un caza níquel (y eso es perceptible pronto en la escena de apertura, que es una de las más débiles de todo el universo en el que esta película se ha conjuntos).
Gary Dauberman tiene una parte de culpa directa en lo que se refiere a su trabajo. Él tenía todo en las manos para dirigir bien esa película, pero optó por el camino más fácil y llenando todo con clichés - sin añadir ninguna novedad -, hizo la experiencia de ver esa secuencia en algo bien agotador. Si usted es un espectador de película de terror / suspenso exigente, no tiene como no reclamar ese resultado.
Un ciclo se cierra con Annabelle Vuelve A Casa (pero la introducción de algunos nuevos personajes dejan la puerta abierta para más películas derivadas) y aunque el gusto de esta finalización ha sido amargo, la película reserva algunos buenos momentos de diversión debido a un trabajo de construcción envolviendo fotografía y banda sonora eficiente, que al ser insertados de forma proporcional corroboran para que la película no sea una decepción total.
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