En ese momento no tuvo alguna relevancia para mi, pues no me importaba en lo absoluto, podría decirse que mi mente, de unos más o menos 14 años de edad, no estaba siendo capaz de procesar la pregunta y cuan tan importante debería ser para las personas responder este tipo de encuesta. Ahora tengo 20, y este año no ha sido el mejor de mi vida. Hoy, acostada, ya apunto de dormir, ronda en mi cabeza esta pregunta. Justo hoy, a media noche estoy siendo encuestada como a cualquiera de esas personas escogidas al azar.

Si doy un recorrido rápido y en retroceso a los acontecimientos que han ocurrido en mi vida en los últimos meses, daria por respuesta un rotundo "no", como aquellas personas. Pero me niego a hacerlo sin antes recordar las cosas buenas de mi vida; entonces empieza a aparecer en mi mente lo feliz y emocionada que estaba cuando me entere que fui admitida en una de las mejores universidades de Venezuela, los viajes inolvidables e innumerables que hice junto a mi abuela y toda mi familia, cuando papá traía a casa cereal y yogur de fresa exclusivos para mi "la toñeca de la casa" (asi solía decirme él), las alocadas acampadas en las montañas de Mérida con mis amigos de la universidad, los saludos de mi sobrino que siempre fueron con un "bendición tía" acompañado de un abrazo y un buen besito lleno de amor y de ternura... En esos momentos estaba feliz, y el solo hecho de recordarlo me ha puesto feliz; entonces, mi respuesta a dicha pregunta seria un "si" definitivo.

"¿Eres feliz?" podría referirse a si estoy feliz justo ahora, como un estado de ánimo; también a si estoy siendo feliz, conforme y a gusto con algo que estoy haciendo desde hace un tiempo, como trabajar en algún lugar haciendo un determinado oficio, o también podría referirse a si he encontrado la felicidad en mi vida. A esas tres variables mi respuesta sería:

Esta es la verdadera pregunta a la que se referían en el programa, y lo se porque me ha dejado pensando, es el tipo de pregunta a la que se le añadiría "Argumente su respuesta" si viniese plasmada en un examen universitario. Entonces mi respuesta sería: Por supuesto que si, siempre he pensado que la felicidad no es un camino, o mejor dicho, no tiene un camino. Creo severamente que como individuos, participes de una vida llena de decisiones por tomar, tenemos el poder de hacer que nuestras vidas sean llenas de felicidad.

Mi abuela murió en febrero, fue un tiempo muy difícil para la familia porque ocurrió lo que siempre había temido, la desintegración de la unión familiar que mi abuela mantenía. En marzo mi padre, mi hermano y yo decidimos emigrar a Colombia para encontrar algo de estabilidad económica, por esta razón tuve que congelar la universidad por un semestre (algo que me hizo muy infeliz). En julio me encontraba en Mérida padeciendo de depresión por las circunstancias transcurridas en Colombia y el desacuerdo en el que me encontraba con mi papa y mi hermano cada vez que nos tocaba tomar decisiones. En ese tiempo surge un amor perecedero y hace crecer mi depresión.

Regreso a casa de mi madre en agosto, ya bastante mejor de todo lo ocurrido, pero aun sin trabajo, sin estudiar y sin aportar nada para la casa. Ya es octubre y contando los dias para noviembre, estoy adquiriendo nuevos conocimientos en el taller de costura de una amiga de mi madre, tambien desde que llegué, un amigo al que no frecuentaba muy seguido, se ha convertido en un rayito de luz a mi vida, de cierto modo me ha puesto a canalizar los errores que he cometido últimamente y me ha puesto en perspectiva con "situación país" y "situación Verónica quiere seguir estudiando".

Definitivamente para mi eso es felicidad porque no esta mal pasar por malos ratos, no está mal sufrir nuestros dolores y echarnos a la cama a llorar inconsolablemente, no esta mal llevar el dolor de la pérdida de un familiar, no esta mal siempre y cuando entendamos que las cosas malas también son parte de la vida, que a veces debemos pasar por agonías para sentir que estamos vivos y que lo mejor que podemos hacer es tomar lo mejor de cada situación para hacernos mejores personas y arrancar con nuevas energías para lograr nuestros objetivos. Ser conscientes de que la felicidad es nuestra decisión, considero, es la clave para tener felicidad.