El garrote vil
En torno a la pena de muerte existe una polémica y controversia desde hace mucho tiempo; por un lado los defensores de los derechos humanos basándose en el hecho de que todo el mundo tiene derecho a la vida y a no sufrir ningún tipo de tortura, con independencia de los actos que haya cometido, y por otro lado aquellos que sostienen que se trata una medida justa y que sirve de escarmiento para aquellos que han cometido delitos de extrema gravedad.
Aunque hoy en día en la mayor parte de países del mundo se encuentra abolida, la realidad es que hasta hace no mucho era una práctica muy habitual ejecutar a los presos, lo que daba lugar a numerosos casos de abusos, ya que las legislaciones de algunos lugares ponían a la misma altura a un asesino, a una adúltera o a un disidente político. Y también es España y en Latinoamérica hemos tenido pena de muerte, y no hace mucho tiempo de ello.
Lo cierto es que, al igual que los franceses tienen la guillotina y los americanos la silla eléctrica, los españoles tenemos un instrumento igualmente popular y escalofriante; se trata del garrote vil. Aunque se sabe que ya en la Edad Media era utilizado por la Santa Inquisición como método de tortura, parece ser que tiene su origen durante la ocupación romana de la península ibérica.
El garrote vil era un artefacto consistente en un poste de madera en el que se colocaba un collar de hierro que tenía incorporado una pieza cilíndrica metálica y alargada, similar a un tornillo de gran tamaño, al que se le unía una empuñadura; el tornillo generalmente terminaba por su extremo en punta o de forma estriada.
El mecanismo era muy sencillo: se sentaba a la persona que iba a ser ejecutada apoyando la espalda contra el poste; el collar de hierro se le colocaba sujetando la cabeza para que no pudiera moverla y a continuación el verdugo comenzaba a girar la empuñadura del tornillo, de tal forma que la punta atravesaba el cuello del ejecutado; la teoría es que se produciría la rotura de las vértebras cervicales, o dicho de una manera más vulgar, la rotura del cuello, provocándose la muerte de forma prácticamente instantánea.
Pero la realidad era otra muy diferente, ya que aunque la médula espinal resultaba muy dañada, no acostumbraba a ser lo suficiente como para provocar la muerte de inmediato y generalmente la víctima sufría una lenta agonía hasta que finalmente moría por ahogamiento. La clave de todo era la pericia y la fuerza del verdugo a la hora de girar el tornillo.
Curiosamente este método para ejecutar a los condenados a muerte fue implantado de forma legal en España en el año 1820 para sustituir a la tradicional horca, ya que se consideraba que esta era una forma muy cruel y lenta de morir.
El garrote vil se utilizó como método de ejecución para la pena de muerte establecida en los diferentes códigos penales españoles hasta el año 1978, fecha en el que la recién aprobada Constitución española lo eliminó definitivamente; de todas formas no fue hasta el año 1983 en que la pena de muerte fue prohibida en España y suprimida del código penal.
El garrote vil fue muy utilizado en España, aunque también se exportó su uso a algunos países latinoamericanos e incluso a Filipinas.
Como sucede en muchos aspectos de la vida, también para la muerte por garrote vil existían clases sociales; a los nobles y clase pudientes se les llevaba al patíbulo montados en caballo y con la cara descubierta; en cambio al resto de personas se les llevaba en mula o burro, con los ojos tapados y vueltos del revés.
Mientras los condenados eran trasladados, sonaba un redoble de tambores militar muy característico denominado “cajas destempladas”, que se realizaba cuando un preso iba a ser ajusticiado o cuando algún mando militar era separado del servicio; al parecer la tripa de los tambores sobre la cual se golpea con las baquetas no se encontraba demasiado tensa, lo que provocaba un sonido peculiar; de aquí proviene la conocida expresión “echar con cajas destempladas” que se utiliza cuando a alguna persona se la echa de algún lugar de una manera poco amable.
En España las últimas ejecuciones ocurrieron en el año 1974, en las postrimerías de la dictadura militar, y generaron una enorme polémica a nivel mundial; por un lado se le aplicó el garrote vil a un joven anarquista de 25 años, acusado en un proceso penal militar muy opaco de la muerte de un policía, y por otro lado a un preso común de origen polaco, cuya muerte fue especialmente escabrosa debido a la ineptitud del verdugo que le ocasionó una muerte terriblemente lenta y agónica.
Fuentes:
https://elbauldejosete.wordpress.com/2008/03/17/la-crueldad-del-garrote-vil/
http://www.abc.es/historia/abci-humano-garrote-201604281440_noticia.html
Hay una excelente película sobre Salvador Puig Antich, la última persona en ser ejecutada por el garrote vil en España. La película se llama Salvador, es del 2006 y es protagonizada por Daniel Brühl.
Si conozco la película aunque no la he visto. No he querido referirme a Salvador para no desviarme demasiado del tema central del post, pero por lo poco que conozco se trata de una condena y ejecución con muchísimas sombras.
Una salvajada, toda tipo de ejecución es un desprecio a la vida y aún así, mucha gente esta a favor de que vuelva la pena de muerte. Damos un paso adelante y dos atrás.
Afortunadamente cada vez son menos los países que la aceptan, pero tal y como dices siguen existiendo defensores acérrimos.
Un horrible manera de morir, particularmente no estoy de acuerdo con la pena de muerte. Feliz día.
Tremendamente horrible, cierto. Yo tampoco estoy de acuerdo con la pena de muerte aunque en ocasiones reconozco que con ciertos sucesos se me puede pasar por un instante por la cabeza.
Muchas gracias
Excelente articulo torkot. Este post ha sido propuesto para que lo vote Cervantes. Saludos
Muchísimas gracias!
Que imaginacion tenemos para crear artifundios para matarnos y hacernos daño. Sin mas comentarios excelente publicación como siempre ;)
La imaginación no tiene límites, y menos cuando se trata de intrigar y hacer el mal.
Saludos!
El tema que has seleccionado es sin duda muy controversial; en mi opinión, este tipo de penalidad o castigo esta fuera de cualquier juicio humano, por más que al pasar de los años esto ha desarapecido, me eriza la piel solo el imaginarme en ese espacio del tiempo. Gran artículo
Muchas gracias!
Saludos!
He visto aparatos de tortura y muerte mas terribles que este, pero en todos los casos no me puedo imaginar la sangre fría que debe tener el verdugo para ejecutar de forma tan atroz la muerte de otro ser humano.
La Edad Media fue una época especialmente prolija en diferentes aparatos de tortura y muerte, terribles algunos de ellos. La figura de los verdugos es otra cuestión que llama tremendamente la atención ya que tal y como dices tenían que tener una falta de sentimientos y empatía total.
Tremendo, es una forma de morir torturado, y eso que era la ley quien lo hacía. También la guillotina nació como una forma de dulcificar la muerte, se suponía que la "humanizaba." Qué especie, la nuestra.
La guillotina era mucho más rápida y segura. El problema es el sufrimiento de una persona mientras espera el momento de su muerte. Tremendo
Víctor Hugo cuenta en “El último día de un condenado” que a veces se hacían verdaderas carnicerías también con la guillotina, por la poca pericia del verdugo. Por eso algunos eran muy apreciados por su buen hacer, como los Samson, una estirpe de guillotinadores, porque iban heredando el trabajo. Uno de ellos ajustició a Luis XVI, pero también a Danton, Robespierre y algún revolucionario más. Qué tiempos.
Ojala así como la humanidad tiene tanta imaginación a la hora de crear armas que afectes a otras personas la usaran para hacer de este mundo un mejor lugar para las futuras generaciones. Muy buen post @torkot. Saludos
Muchísimas gracias!!!
Saludos!!!