Querido steemian, la vida está allí, lista para que tomemos lo que queremos. El estilo de vida, la independencia en cada paso que demos hacia adelante, necesita que la decisión se presente.

Hay personas que han demostrado que saben conseguir lo que se proponen. Para ello, primero se encargan de pagar el precio del éxito. Nada de pensar en que la vida es dura, es muy difícil o "yo no puedo hacerlo". Dejemos esos comentarios para quienes por comodidad los proclaman a los cuatro vientos.

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Verás, estos no tendrán nada que contar sobre sus mejores días cuando les llegue su turno de marcharse, y este mundo no los echará de menos. Estamos listos para empezar, aunque hay los que creen que no es así.

Veamos los 4 requisitos que exige sin condiciones cualquier meta importante que nos propongamos.

1-Sin quejas.

Empezamos con una difícil. Escuchar quejas, es tan común que conversar con cualquiera a los pocos minutos aparecen una sarta de comentarios negativos que no buscan soluciones, sino desahogos.

Protestando es poco lo que se puede lograr. Quejarse es la característica de quien espera que las cosas mejoren por sí mismas o que otro llegue y le arregle la situación. ¿De veras eso pasa? ¿Llegará el príncipe azul en su blanco corcel y todo arreglado? Mejor que espere el beso de la Bella Durmiente.

El problema de las quejas es que paraliza las acciones mentales. O te quejas, o actúas. No se pueden enfrentar los problemas mientras se están desperdiciando tiempo y energía en señalar una y otra vez lo que está mal. Determina el problema, y enfréntalo, con acción.

2- Resolver.

¿Viste? No tardé nada en llegar a la acción. Es que la gente que quiere cambiar su vida, tiene buenas intenciones, pero se quedan en la preparación. Se capacitan aquí, se preparan allá, estudian esto, y luego pasan a estudiar aquello.

Pasan los años, y todavía no se ensucian las manos. Entrar en acción es vital, y en el camino, se resuelve lo que puede faltar. No hay manera de comenzar teniendo todo listo, porque en todo emprendimiento hay misterio. Sí, steemian, ese misterio que emociona al campeón en ciernes. Ese misterio que alumbra un poco la oscuridad de lo desconocido. Amigo, la emoción a los desconocido debe moverte hacia adelante en vez de retraerte.

Ya te digo, amigo, que si lo desconocido te frena, será porque no sabes resolver en la marcha. Y entonces haces un inventario a ver si tienes de todo antes de salir.

Claro que hay que prepararse, pero no se podrá adivinar lo que vendrá. Por eso, cuando llegues a la fase de lo misterioso del proyecto, avanza con gallardía y confía en que lo vas a resolver. No siempre podrás ser cómo los Boys Scouts, “siempre listos”.

En especial en estos tiempos que todo cambia tan rápido.

3- Intensidad.

Esta me encanta. Aquí es donde veo que muchos fallan. Volvemos a eso de tener la buena intensión de que todo salga bien, la buena intensión de triunfar. Eso de “buena intensión” me suena falto de vitalidad e intensidad.

Intensidad es lo que hará la diferencia. Poner el acelerador al máximo en el trabajo es lo que marcará el éxito. La gente anda por allí haciendo esto y aquello pero con poca gasolina, con poco fuego. Haz de la vida una enorme barbacoa, y enciende una pira vikinga para que puedas preparar una tonelada de carne en vez de unas salchichitas.

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Métele intensidad, ganas y esfuerzo al máximo.

Ponerle cantidad, calidad a tu trabajo es un requerimiento incuestionable. Hazlo bien, pero sin intensidad, y te cambian por otro. Para eso están los despidos. La intensidad es emocionante, la intensidad es vida, es movimiento.

4-Da la milla extra.

Vaya, steemian. Esta no podía faltar. Las personas apenas sienten que hicieron algo bueno, y aflojan. Se toman un merecido descanso, mejor lo dejan para más tarde; o peor, para mañana.

Cuando te van bien las cosas, ese es el instante para aprovechar el momentum, para montarte en la ola más grande y surfear con más ganas que antes.

Aprovecha la inercia.

Cuidado de colgar los guantes luego de haber hecho lo que se esperaba de ti. ¿Terminaste? Terminó el que se conforma con el segundo lugar. Vamos, steemian, es hora de dar un paso más, en recorrer esa milla extra que el conformista no será capaza de dar.

Da un paso más cada día, y ¿qué pasará en un mes? Ya lo vez, un pequeño paso no supone gran diferencia, pero 30, o 60 pasos o 365 pasos que se conseguirán en un año, eso sí es una enorme diferencia. El esfuerzo extra se acumula. El esfuerzo promedio no.

Recuerda estas palabras, el esfuerzo extra se acumula, el esfuerzo promedio no.

Milla extra, quedarse un poco más, escribir un párrafo más, leer una página adicional, responder un comentario más; avanzar una milla más allá que los demás, te llevarán tan lejos, que serás irreconocible.

Cuando eso suceda, quienes hoy te acompañan te admirarán, te reconocerán a los lejos y dirán, “yo sabía que iba a lograrlo”.

En fin, steemian, la cuestión es hacer lo que los demás no están dispuestos a hacer.

Miremos a los japoneses, que tienen un dicho que les ayuda a conseguir el éxito más ´que cualquier cultura: “La disciplina tarde o temprano vencerá a la inteligencia”.

Así es como me gusta terminar un post.

Saludos, steemian, que tengas un feliz día.

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