Educar para vivir

Con casi trescientos mil años de existencia en el mundo y en plena era cibernética, no se nos educa para ”aprender a vivir” sino para ser productivos en una sociedad de consumo.

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Nos lanzan como barcas a la deriva en el mar de la vida, y así como las olas golpean la embarcación igual hacen con nosotros los golpes de la vida, y de esta forma aprendemos de ella: ¡a golpes!.
No resulta nada extraño encontrarnos en una sociedad al borde del colapso, pagando el más alto costo por la falta de una orientación espiritual, cuyos preceptos teóricos y prácticas terapéuticas bien podrían impartirse en las escuelas como parte de los contenidos programáticos en educación básica.
Debemos dar gracias al aporte del Sistema de Educación Formal (SEF), que se enseña en el mundo occidental, en el desarrollo de la comunicación entre los seres humanos. Pero es obvio que en un sistema socioeconómico en el que nos vemos obligados a competir en términos darwinistas con el prójimo, para obtener, al menos, los bienes materiales necesarios para nuestra permanencia terrenal, se aplique un SEF basado únicamente para preparar ciudadanos altamente productivos y escasamente felices consigo mismo. El reto de avanzar al próximo nivel de madurez espiritual requiere de individuos con un estado mental de mayor control emocional y dominio en el conocimiento integral del ser humano, centrados en una convivencia de equidad y colaboración partiendo de su autoestima, confianza en sí mismo y demás valores que se podrían cultivar de forma optimizada aplicando el entrenamiento debido para su desarrollo.

Material para la educación metafísica

De igual forma que desde niños practicamos en la escuela una serie de disciplinas dedicadas al fortalecimiento y desarrollo del cuerpo, como lo son la gimnasia y el deporte, en una materia llamada ”Educación Física”, deberíamos implementar la materia ”Educación Metafísica” en el SEF, a partir del 5º grado de educación básica, cuando el niño a su edad comienza a despertar interés por el existencialismo y el entorno filosófico; con un pensum de materias que ayuden al estudiante a crecer, no solo en conocimiento sino también en lo personal, preparando de esta forma una sociedad que pasa a su primera etapa adulta en su escalada espiritual, que será capaz de enfrentar con éxito los males que aquejan a la civilización y al medio ambiente que nos sustenta. Parte del material que se podría impartir en esta materia se podría resumir en la siguiente lista:

1. Entorno metafísico.- materia que imparte conocimientos generales sobre metafísica: diferencia entre física y metafísica, corrientes metafísicas y sus entramados filosóficos, mejoramiento de la calidad de vida a través de la metafísica, etc.
2. Filosofía social.- materia que expone los principios fundamentales comentados por los grandes pensadores de la Historia Universal, y sus argumentos filosóficos en lo social.
3. Filosofía política.- materia en donde se describen filosóficamente las tendencias derechistas e izquierdistas, políticas que han incidido en el estado actual del mundo desde el contexto filosófico, filosofía política adecuada para un mejor vivir, etc.
4. Religiones.- materia de información general sobre las religiones, sus orígenes, tendencias ideológicas y filosóficas, introducción a la teología, estado espiritual según la religión, etc.
5. Ecología.- materia que busca incentivar el amor por lo ecológico, la preservación del medio ambiente, el cariño hacia los animales y las plantas, resolver los problemas de los ecosistemas afectados, crearnos una mentalidad de productividad sostenible, etc.
   Con la misma urgencia que el planeta está requiriendo de un mayor respeto por la naturaleza, la sociedad necesita con apremio de un cambio de mentalidad que lo libere de su actitud supra-consumista y predominante materialismo, hacia un comportamiento más solidario con las personas, el entorno y, sobre todo, con sí mismo; cultivando en cada quien una amalgama entre filantropía, ecología y autoestima a través del aprendizaje de valores canalizados por los sistemas formales de enseñanza, que puedan complementar la educación familiar que cada persona recibe en sus hogares, siendo ésta la de mayor influencia en los ciudadanos.