De cuernos y hadas

Las flores son conciencias, motivos estratégicos, llamadas, estímulos dentro de esferas de metal amartelado con mercurio, el máximo esplendor de los puntos cardinales perdidos en el caos de su propia periferia. Libros abiertos en la página que explica la historia sin plazos, nombres o hechos con los que alguien inventa mapas errados desde la base de su lomo hasta los cuernos sin cráneo que la coronan.

Son los espíritus benéficos de los que tanto hablan los relatos de un mundo más cerca de la fuente que éste de milímetros y la razón de nuestra parte y ocupando el sitio reservado para el arte de las mezclas. Miro al abejorro éxtasis de molécula centro de caléndula, quiere fundirse con ella en el ombligo mismo del universo muelle de su sexo, retiene en las alas el encargo que hará a la corriente de oxígeno, nitrógeno y su corte celestial de gases nobles, para que vaya preparando la cuna de otras ninfas.

A veces cuesta bajar de la cima donde todo encaja.