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Movimiento, caos, emociones múltiples capturadas en una sola imagen que a pesar de su condición estática no está Quieta.

Tiene una gran fuerza en su composición, y a pesar de su relación con un sujeto real, para producir toda su magnetismo, su movimiento natural, necesita despegarse de la realidad. Eso es lo que veo en el “Guernica” con todos esos rostros que parecen estar clamando auxilio peremnemente. Esta pintura tiene esa cualidad genial de hacer que las personas sientan y se identifiquen de alguna manera con la intención original que el artista quiso transmitir. Lo que Picasso logró con su arte, en la arquitectura es llamado como el “fenómeno” o la “vivencia”.

El cubismo y la Arquitectura

Cuando pensé sobre qué escribir al ver esta pintura, inmediatamente recordé que hace un tiempo, en una de las clases de Historia de la Arquitectura, se explicaba la repercusión de las vanguardias sobre la arquitectura. Y es que esa fue una época de muchos cambios, donde los mejores pensamientos se cosechaban más allá de la academia, en lugares de estar con amigos y colegas de otras disciplinas. Amo estudiar cómo no tienen idea, y repasar los textos para analizar este tipo de arte y su influencia ha sido una tarea muy agradable, y no se diga compartirlo con ustedes.

“Del cubismo se exporta hacia otras disciplinas artísticas como la arquitectura la visión en el tiempo, la reducción de los esquemas compositivos a figuras geométricas simples, y la renuncia a los significados extra plásticos”. (AGRASAR, F. Cubismo y Arquitectura Racionalista. La vanguardia aceptada.1992 :34)

Esto significa en otras palabras, que al Picasso plasmar esas figuras que hablan, que gritan en todos lados, que se “mueven” por allí, y que parecen salidas de la pintura; hizo ver a los otros artistas que se puede escribir una historia a partir de dibujos. De la misma manera en la que se lee un libro, la persona que decidiera ver el cuadro, pasaría por varias etapas al ir descubriendo cada uno de los detalles presentes. En su época, ese pensamiento fue revolucionario; al punto que, ayudó a otras artes a entender mejor el proceso de creación de las ideas.

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Este cuadro en especial, se conecta tan bien con la idea de que existe un espectador en el tiempo …

Con su tamaño y su horizontalidad, es imposible de cerca captarlo todo de una, lo que hace aún más fuerte su intención. Tan solo con ver al hombre caminando junto a la pieza, que observa una parte, pero debe moverse un poco para ver la otra, alzar la cabeza, quizá agacharse, pudo primero mirar una cosa, y luego percatarse de que hay más, de que algo allá, del otro lado del cuadro, le llamó la atención, se acerca, lo ve, y vuelve a tomarse su tiempo de deleite con los trazos del pintor.

Esa procesión de acciones que tiene que hacer el espectador es parte de lo que la arquitectura, o, mejor dicho, los arquitectos tomaron en cuenta para diseñar sus nuevas obras. De repente surgieron a sus mentes frases como “el espectador mirará para acá cuando pase por este pasillo”, “se dará la vuelta, dirigirá su mirada hacia arriba”, “sube la escalera, abre la puerta del cuarto, se sienta”. Y no es que antes no estuvieran presentes estas cuestiones, es que se hizo evidente que eran parte del efecto de materializar una obra de arte que no se “vive” estáticamente.

¡Un cuadro tan cargado de información cómo puede ser estático!

Tiene tanto para decir, tantas vidas que invocar, tantos regaños y horas de pensamientos angustiosos, alegres, trágicos, vivos… el cuadro está vivo cuando es visto con placer por una persona.

Me gustaría poder ir y visitarlo, para recibir de él todo lo que esté dispuesto a entregar a cambio del tiempo que como espectador le esté entregando.

Este post forma parte del “Concurso Cervantes 2ª Semana: PICASSO” gracias a witness @cervantes . Para colaborar, pueden votar en la siguiente página: http://www.steemit.com/~witnesses