El desorden que dejas en mí

Nunca nadie sabrá cuánto cambió el mundo después de esos días de Abril; cuánto costó mantenerme de pie, cuánto tiempo pasé dormida en el tren.

Mis pies bailaron sin rumbo, dibujando el desorden que dejabas en mí. Y en cada paso moría el sentimiento, yacía el amor y reinaba la melancolía de un adiós que terminó en una danza triste de vivir sin ti.

Quizá vuelva la lluvia a recoger mis pedazos y el telón se cierre al pasado, porque ya creció el silencio tras el desorden que dejas en mí. Sigo apuntando al cielo, porque tras los días de Febrero siempre está la esperanza de un nuevo Abril.

Sigo mirando el firmamento a través de las hojas, en un nuevo intento de arreglar el desorden que dejas cada vez, en cada instante, otra vez en mí.