En "Busca de la Felicidad"... El camino que dejan sus pasos y los sueños que los mantienen en pie...
Siempre dí lo que sientes y haz lo que piensas...
(Gabriel Garcia Marquez)
Hola mis apreciados Steemians, en esta oportunidad quiero dejar un tema para todos ustedes, no será algo muy placentero para muchos, pero es una realidad muy latente para otros. Sé que muchos de los que estamos en esta red social, lo hacemos con la finalidad de poder demostrar una cualidad que está en pleno crecimiento y poder recibir una remuneración que nos ayude a palear un poco nuestra realidad económica, la cual en muchos casos es bastante preocupante. Quiero que tomes esta publicación y la leas y si algo puedes opinar del tema, me gustaría ver en tus comentarios lo que piensas del mismo, sin importar que punto de vista le des, lo importante es debatirlo y compartirlo. Así que, sin más preámbulo vamos con este tema de hoy…
Comienzo con mi querida Venezuela, para nadie es un secreto la situación que vivimos a diario en este bello país, que por diversos factores ha visto marchar a un gran número de venezolanos en busca de mejor calidad de vida, mejoras para el desarrollo y porvenir de sus hijos, mejor seguridad, mejores servicios y como no mejores condiciones alimentarias. Pero no quiero redundar en el porqué de estos casos, quiero hoy darle un matiz distinto, un matiz que no lleva solo el color de una bandera, sino que lleva el sentimiento cargado de esperanzas, de sueños, de nuevas metas, de un nuevo comienzo y de un nuevo amanecer.
Los Estados Unidos de América, se han convertido en años y años en el “Sueño Americano” de distintas personas que sin importar su nacionalidad, ven en esta tierra una oportunidad de conseguir lo que en su propio país no han podido lograr. Sé que muchos de los estadounidenses pueden estar cansados de ver tantos y tantos inmigrantes llegar y hacerse un espacio en sus vidas cotidianas, tanto así que el presiente actual en su campaña presidencial, ofreció levantar un muro para proteger sus fronteras de las tierras Mexicanas. Pero detengámonos un momento a pensar y preguntémonos ¿Merecen una oportunidad los seres humanos de buscar una mejor calidad de vida, para ellos y sus familias?
La primera respuesta que se me viene a la mente es ¡SÍ!, un rotundo sí, porque como lo dice la misma constitución de los Estado Unidos “Toda persona tiene derecho a la vida y a la felicidad”. Esa frase me recuerda mucho a la película protagonizada por Will Smith “En Busca de la Felicidad”, porque en una parte el comenta que la constitución de este país cita muchas veces la palabra “Felicidad”, no es fácil de conseguir, pero todos la buscamos de la mejor manera posible y engulléndonos muchas veces de pesares, males, decisiones y tristezas que se nos posan en el camino de esa llamada felicidad.
Vemos a diario que centenares de venezolanos salen de nuestro país en busca de eso, la llamada felicidad, pero aparte de los venezolanos, los mexicanos, los haitianos, los chinos, los cubanos, los hondureños y varias nacionalidades más realizan la misma travesía. Hoy entre notas y lecturas, noticias y charlas se me vino a la mente lo que están pasando los hermanos hondureños, esos que salieron en una gran caravana que va cargada de sueños, que lidia con el calor, el clima, el llanto en cada paso, los pequeñines que no entienden el porqué deben caminar tanto y solo preguntan cuándo llegaran, esa que lleva muchos hombres y mujeres que dieron ese primer paso y formaron ese gran rio humano, esas personas mayores que desean ver a sus familiares en mejores condiciones antes de dar su último adiós. Para ellos es esta pequeña y humilde publicación, no sé lo que es ser un inmigrante, pero tengo ya tiempo trazando mis planes para dios mediante salir en busca de esa cuota, esa parte que me toca de felicidad y digo parte o cuota ya que soy feliz, no totalmente, pero soy feliz porque cada día puedo ver a mis hijos, mi madre y parte de mis hermanos y amigos, pero deseo verlos a ellos felices realmente, que sus preocupaciones no sean por inseguridad, alimentación, economía. Quiero que se preocupen de qué color combinar sus zapatos con su ropa, de que carrera desean cursar para su futuro, de que desean comprar en un supermercado entre una marca u otra, de a qué horas irse a dormir o simplemente que no tengan ningún tipo de preocupaciones que no sean temas frívolos.
Hoy me quiero sentir como esos inmigrantes que no midieron los kilómetros que debían caminar, que no vieron los obstáculos que deben sortear, que no calcularon los contras de las leyes de inmigración de diferentes países, de esos que dijeron hoy es el día y que dios guie mis pasos. Esos que no le tienen miedo al trabajo y que llegan realizando cualquier función o trabajo que aunque no sea su especialidad, lo hacen y lo aprenden, con la finalidad de poder tener un sustento para los suyos, que no escatiman que les paguen la mitad que a otros lugareños, con tal que pudieran conseguir un empleo honesto, de esos que no les importa trabajar jornadas de más de 16 horas, 7 días a la semana, 365 días al año, y que no esperan fecha para tomar vacaciones, que por el contrario desean tener 2 o 3 trabajos, para poder ayudar a esos familiares y amigos que dejaron en su país natal.
Mis respetos para ellos, son unos héroes que sin súper poderes, enfrentan cada peligro y salen adelante porque tienen por quien hacerlo, que lo hacen con una sonrisa por lo que consiguen y con el corazón hecho pedacitos por lo que recuerdan de su tierra.
Pero como a ellos hoy quiero pedirte a ti, tú que estás leyendo estas líneas, que puede que tengas familiares lejos que emprendieron este reto, que posiblemente estés en países en donde veas llegar constantemente cientos de inmigrantes, dales una mano, tiéndele tu sonrisa, no importa que tan humilde puedas ser tu, recuerda que hasta el gesto más noble como lo es sonreír puede revitalizar el alma de esas personas que viven con la visión puesta en mejorar la vida de los suyos. No es que le debas algo o por el contrario que estés obligado hacer algo por ellos, pero seamos más humanos cada día, no discriminemos, no satanicemos el hecho de que ellos desean llegar a tu país y luchar por su cuota de felicidad. Supe por una amiga que por ejemplo en España, tienen mejores atenciones para los inmigrantes que para los mismos españoles, que puede que tengan mejor ayuda del gobierno un extranjero que una persona con necesidades y que sea español de nacimiento, pero eso no es culpa del inmigrante, no lo señales a él, porque él no hizo las condiciones, el solo busca resurgir como el ave fénix, de entre sus cenizas y tener un mejor mañana.
Por su parte los hermanos colombianos, tratan de poner lo mejor de su parte, pero como hay inmigrantes que van dispuestos a trabajar duro, también hay su parte que quiere llegar a ser más vivos o abusados que el resto, que engaña, roba y trata de realizar diferente tipos de estafas que luego hacen dudar a los colombianos de todos los venezolanos en este caso en particular. A ti, mi estimado vecino te pido que no juzgues a todos por igual, se que serán más los buenos que los malos y esos pocos malos pagaran por sus fechorías.
Mis hermanos mexicanos, tratan de cruzar frontera y llegar a un país donde puedan desarrollar un futuro para sus hijos, con trabajos que les permitan un poco para más que solo comer, una seguridad que no les quite el sueño por las noches, una realidad distinta a la que viven. Por lo leído y escuchado, sé que no es nada fácil cruzar esa frontera, pero amigo estadounidense, crees que ese viaje lo hacen desde México o Cuba por puro placer, por solo llegar y ser una carga para la sociedad, o que solo desean que les den, no ellos tratan de conseguir una libertad que les ha sido arrebatada, ponen sus vidas en riesgo si importar lo que pueda pasarles, porque no es vida la que tienen en sus países.
Hoy deseo que esa gran caravana llegue a su destino, que los países y gobiernos a su paso les brinden su apoyo, les den las condiciones para que se puedan integrar a un mejor sistema que les permita salir adelante, que esas miles de personas que a diario los ven pasar les brinden miles y miles de aplausos, de bendiciones, de sonrisas y ánimos, un vaso de agua, un pan, lo que puedan y deseen darles de corazón porque por muy mínimo que crean sea ese apoyo, una sonrisa y una esperanza le llenara la vida a otra persona.
Si yo fuera inmigrante solo llevaría conmigo una pancarta que dijera…
Salí de un bello país que pasa por un mal momento y voy a otro hermoso país a seguir construyendo mis sueños, no intento quitarte nada, solo trato de conseguir mi cuota de felicidad. El camino ha sido peligroso, pero es mejor morir por un sueño que vivir soñándolo…
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