20.000 Sonidos Bajo el Mar

La contaminación acústica es un factor medio ambiental producido por el exceso de ruido, es muy propio de las actividades humanas en las grandes ciudades y es capaz de producir serios daños fisiológicos y psicológicos en las personas.

A medida que el ser humano va expandiendo el área de sus actividades, va llevando consigo esta problemática, como está ocurriendo en el caso de los océanos, donde cada vez, es más notable los efectos dañinos que están produciendo los ruidos de los barcos, transportes submarinos y la explotación petrolera sobre diferentes especies marinas.

Muchos animales marinos aprovechan las propiedades físicas del agua para transmitir sonidos como medio para comunicarse, orientarse y aparearse, todas estas actividades se perturban con la introducción de ruidos ajenos a su ambiente.

Una de las especies más afectada por este problema son las ballenas, que cuando estas perturbaciones se hacen constantes, se ven obligadas a cambiar de hábitat, además los sonidos producidos por los motores y generadores de los grandes buques, les causan confusión en su sistema de comunicación y debida orientación, lo que muchas veces las lleva a colisionar contra estas embarcaciones, siendo esta una de las principales causas de muertes, en estos animales.

Con el objetivo de contribuir con una mayor concienciación de esta problemática, el Laboratorio de Aplicaciones Bioacustica de la Universidad Politécnica de Cataluña, creó el proyecto "20.000 Sonidos Bajo el Mar".

Este proyecto dirigido por el investigador español Michel André, se desarrolla a bordo de la embarcación Fleur de Passion, un viejo buscaminas alemán, transformado en un velero que está haciendo la vuelta al mundo, siguiendo la ruta de Magallanes, desde el año 2016 y pretende culminar en el 2019.

El Fleur de Passion cuenta con un sistema de hidrófonos que detectan y clasifican todos los sonidos artificiales o naturales que se producen en el mar, en todo su recorrido alrededor del mundo. Este es un dispositivo innovador que integra la tecnología de internet, lo que permite enviar en tiempo real los sonidos y las imágenes captadas por las cámaras submarinas instaladas en los hidrófonos hasta el laboratorio, donde se están elaborando mapas de la afectación de la contaminación acústica en los océanos.

El proyecto 20.000 sonidos bajo el mar, ha tomado muestras de sonidos en diferentes lugares del mundo, estos están siendo analizados y comparados con el estado de salud de los arrecifes de coral y la fauna marina, que se han visto afectados por esta contaminación, se espera con esto ayudar a entender la magnitud de estos daños, motivar a los entes involucrados, para que se adopten las medidas necesarias para la conservación de las especies marinas en riesgo de extinción, una de las medidas que puede aliviar esta problemática, sería la adquisición y utilización de tecnología de bajo impacto sonoro en las diferentes actividades que se realizan en este importante ecosistema.

Fuentes TextoImagenes 123

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