Antes de iniciar el tema de hoy, voy a hacer algunas consideraciones…

En la primera parte abordé las Funciones Ejecutivas (FE) y el Déficit de Atención con (o sin) Hiperactividad (TDAH), haciendo énfasis en las conductas que podemos observar diariamente en los niños.
Si aún no has tenido oportunidad de leer este primer post, te invito a hacerlo, aquí. Así podrás comprender mejor esta segunda parte:

Bases teórico-prácticas de un programa de corte cognitivo-conductual (PCC), para estimular de forma adecuada, en la escuela y en el hogar, las FE del niño con hiperactividad en el nivel de educación inicial.

La primera parte de este post, la construí sobre la base de la teoría de las FE de Barkley, ya que este autor forma parte de las investigaciones que están a la vanguardia en este campo de estudio. Esta segunda fase la voy a enmarcar sobre los estudios de la FE del PCC de Saiz y Román, para niños de educación inicial. Estos autores trabajan en función de proporcionar la ayuda necesaria que requieren los niños pequeños con hiperactividad. Es importante que recordemos que es esta característica la que aparece a muy temprana edad; y posteriormente, hacia finales del tercer nivel de preescolar y comienzos del primer grado, dependiendo de las exigencias, se acentúa la inatención. Teniendo claro este punto, hablaremos en sentido genérico, en este post, de TDAH.

¿Te has preguntado por qué algunos niños con TDAH pueden jugar aceptando y siguiendo reglas; realizar sus actividades escolares; colaborar con pequeñas tareas en el hogar, como recoger sus juguetes, alimentar a las mascotas y colocar la ropa en su sitio; hacer amigos; llevar a la escuela y traer a casa todos sus útiles completos?

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Hace algún tiempo, digamos entre los años 75 y 85, se utilizaban los programas de intervención para los niños con TDAH de corte conductual, es decir, tenían énfasis en el control externo de la conducta. Estos programas, con el tiempo, han ido desplazándose hacia las llamadas estrategias de autocontrol. En estos primeros intentos, autores como Orjales y Polaino-Lorente, Saiz y Román (con los cuales trabajaré la segunda y tercera parte del post), encaminaron sus investigaciones hacia esta tendencia.

Recuerdo que formaban parte de estas estrategias la demora impuesta, que obligaba al niño a esperar antes de permitirle responder; el modelamiento reflexivo, donde se le exponía a la observación de modelos adultos en vivo o usando videos; el feedback de errores, esta estrategia consistía en hacerle ver, en forma forzada, sus errores; y por último, las técnicas de exploración, observación y registro, que permitieron hacer conexiones pertinentes entre estímulos y respuestas contingentes.

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Estas estrategias dieron algunos resultados; pero como todo proceso, continuaron surgiendo interrogantes, y por cada interrogante, nuevas investigaciones. Fue entonces que Palkes comenzó a trabajar en la utilización de “órdenes verbales auto-dirigidas”. Escribía carteles que colocaba en las sesiones de actividades con niños diagnosticados con TDAH.

Estas instrucciones y órdenes, así como las tareas de demora impuesta, resultaron indeficientes. Porque se estaba obviando que el problema de los niños con TDAH no era sólo de inhibición de respuesta y una precaria resistencia a las distracciones; sino que una parte importante del problema radicaba en una limitación de competencias de análisis de la información de entrada, y a su vez, una alteración para planificar, organizar y elaborar respuestas (salida) adecuadas.

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En la década de los años 70, Meichenbaum propone el análisis de mediación cognitiva para los niños con TDAH, apoyado en las tareas de mediación verbal antes descritas. Conjuntamente con Goodman, desarrolla un programa de entrenamiento que denominó Entrenamiento Mediacional Cognitivo o Autoinstruccional.

El entrenamiento con base en autoinstrucciones se basa en trasladar ese control externo sobre el que se venía trabajando en los niños con TDAH, en control interno. Es decir, una secuencia de pensamientos útiles que le sirviera al niño para monitorear su propia conducta, pensar sobre su conducta. A estas propuestas de trabajo se sumaron otros investigadores, entre ellos, Asarnow, Brown y Wynne.

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A diario, todos usamos autoinstrucciones encubiertas, éstas son preguntas que van guiando nuestras acciones hasta finalizar la actividad que estamos realizando. Los niños con TDAH no pueden acceder a estas autoinstrucciones, ellos no pueden monitorear su propia conducta, pues es una de las limitaciones en las FE, que ya mencioné en la primera parte de este post.

A continuación voy a realizar un resumen general que condensa las propuestas de modelamiento autoinstruccional. Es decir, de los programas que ponen su énfasis en la mediación cognitiva.

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Entonces, ¿qué son Programas Cognitivos Conductuales Autoinstruccionales (PCCA)?

Superaron los programas con énfasis en la conducta, superaron las limitaciones de los programas de mediación cognitiva. Son aquellos que se basan en pasos secuenciados, que ayudan a iniciar, planificar, seguir pasos, culminar una tarea y que, enseñados mediante un proceso individualizado de atención temprana, intensa y frecuente, ayudan a los niños con TDAH a jugar aceptando y siguiendo reglas; realizar sus actividades escolares; colaborar con pequeñas tareas en el hogar, como recoger sus juguetes, alimentar a las mascotas y colocar la ropa en su sitio; hacer amigos; llevar a la escuela y traer a casa todos sus útiles completos. Son los que han permitido que los niños con TDAH progresen en el sistema educativo, hasta consolidar su participación social, sin ser rechazados, ignorados y garantizando que puedan tener, en un futuro, acceso a la construcción de un proyecto de vida.

Siempre les indico, más allá de detenerme en aspectos netamente teóricos, que son importantes, pues consolidan una adecuada atención educativa; haré énfasis en cómo se aplican estos programas y cuáles son realmente sus resultados en la práctica.

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Específicamente, ¿qué proponen Saiz y Román con su PCCA para niños de educación inicial?

Este programa se propone para ser aplicado a partir de los 2 años de edad. En este caso, a niños hiperactivos, que por conductas observables están en riesgo. Las funciones ejecutivas en los pequeños se encuentran en proceso de desarrollo, en la misma medida que la corteza pre-frontal madura.
Este programa puede trabajarse individualmente o en pequeños grupos.

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¿Cómo funciona?

Está elaborado en base a cuatro auto-instrucciones que se trabajan a través de unos carteles que se colocan en una pared, a la vista de los niños (si la actividad es grupal) El docente estimula el ambiente para que trabajen acompañados por “PIPO”, que es el personaje propuesto por el programa. Si la actividad se hace en forma individual los carteles se llevan a formato más pequeño que se puedan manejar dentro de una carpeta.

¿Cómo se relacionan las auto-instrucciones con la conducta que debe manifestarse en el niño

Auto-instrucción 1: ¿Cuál es mi problema?

El ojo de la mente: Permite captar los detalles generales de la actividad para ajustar mejor el tiempo a cada uno de ellos.

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Auto-instrucción 2: ¿Cómo lo voy a hacer?

La voz de la mente: Al tener preestablecido algunos pasos, aquí pueden detallar mejor las estrategias que se pueden emplear.

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Auto-instrucción 3: ¿Estoy utilizando mi plan?

El juego de la mente: Permite que el niño pueda monitorear su propia conducta desde la ejecución de un lenguaje interno (pasos)

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Auto-instrucción 4: ¿Cómo me ha quedado?

El corazón de la mente: El niño se enfrenta a los resultados de su trabajo y con ello puede hacer una valoración de su propio desempaño. Además, le permite darse cuenta que el producto no es la consecuencia de las acciones de los otros; sino de sus propias acciones.

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Ahora, te voy a ayudar a aplicar estos pasos a una actividad de aula. Puedes trabajar este programa en forma individual, en forma grupal y se puede trabajar en casa con cualquier actividad que realice el niño.

Como estamos trabajando con niños pequeños, de 2 a 3 años, escogemos una actividad sencilla que esté en su Zona Próxima de Desarrollo (ZPD) En este post hago mención a este concepto.

Por ejemplo:
“Colorea las caritas que están alegres”

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Comenzamos:

Auto-instrucción 1: ¿Cuál es mi problema?

Docente:
-¿Qué vamos a hacer aquí?
Si no hay respuesta, la propones; si la respuesta no está organizada, ayudas a estructurarla mejor.
-Vamos a colorear las caritas que están felices (debes estar seguro que todos han comprendido la instrucción).

Auto-instrucción 2: ¿Cómo lo voy a hacer?

Si no hay respuesta, la propones; si la respuesta no está organizada, ayudas a estructurarla mejor.

1. Primero vamos a poner un punto de color rosa en cada carita feliz.
2. Luego vamos a colorear las caritas que tienen el punto.
3. Comenzamos desde la primera línea. (debes estar seguro que todos han comprendido las instrucciones).
   Hay tres instrucciones que el niño debe realizar en orden.

Auto-instrucción 3: ¿Estoy utilizando mi plan?

El docente debe monitorear que el plan previamente establecido, se cumpla. Si algún niño está alterando la secuencia de pasos, se le debe ayudar a retomar el camino.
-Dijimos que primero…luego…(debes estar seguro que todos han comprendido las instrucciones).

Auto-instrucción 4: ¿Cómo me ha quedado?

El docente pide a los niños la muestra de la actividad.
-¿Muéstrenme cómo les ha quedado su trabajo?
Los niños deben mostrar sus trabajos y el docente ayudará a comentar el resultado, hacer notar que donde hayan cometido errores fue porque el plan no salió bien; y no salió bien porque no se siguieron los pasos; pero se puede volver a realizar la actividad cuidando el plan de trabajo. De esta forma, además, el niño aprende a interiorizar sus errores y se hace responsable por sus acciones.

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¿En cuál período de la rutina diaria se debe aplicar?

Este programa se puede aplicar en cualquier momento de la rutina diaria del preescolar y también en el hogar. En general, a cualquier actividad que realice el niño. Para obtener resultados, se debe asegurar el cumplimiento de las cuatro autoinstrucciones en forma consistente.

¡Atención Padres y Docentes!

Por esta razón es que las llamadas actividades de atención que no se enmarcan en los programas autoinstruccionales carecen de sentido para trabajar la condición de TDAH. De ahora en adelante es mejor que trabajes bajo estas orientaciones, de esta forma estarás contribuyendo a que el niño realmente aproveche su tiempo, tu estarás creciendo como profesional y, además, darás contribuciones valiosas a la familia.
Si trabajamos en forma consistente este programa, garantizo que tendrán éxito en las aulas y en hogar. Después de 14 años aplicándolo, les aseguro que sí funciona. Los resultados son realmente importantes y los pronósticos en el niño, excelentes.

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Y hasta aquí, he llegado al final de esta segunda parte. Espero que estas orientaciones te hayan ayudado y que permita a los niños con TDAH contar con adultos responsables que realmente comprendan esta condición del desarrollo que puede llegar a ser discapacitante.

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¡Saludos!

Nos volvemos a ver en la tercera y última entrega de este post:

Bases teórico-prácticas de un programa de corte cognitivo-conductual (PCC), para estimular en forma adecuada, en la escuela y en el hogar, las FE del niño con TDAH en la educación primaria.

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