Hace unos meses conocí una chica llamada Daisy, me llamó la atención su estilo y consideré capturar su personalidad, por lo que decidí ofrecerle una sesión fotográfica. Al conversar sobre la propuesta con Daisy, le emocionó la idea y finalmente acordamos el día que nos reuniríamos para concretar la sesión fotográfica en la cual participaríamos como fotógrafos mi esposo y yo.

Llegamos al lugar acordado, ella fue en compañía de su novio Marcos brindándole su apoyo. Iniciamos por conversar mientras desayunábamos y reímos un poco de algunas bromas graciosas. Luego de eso pusimos manos a la obra, comenzando por recordar a Daisy paso a paso nuestras ideas y lo que haríamos, aunque ya lo habíamos conversado un tiempo antes.

Ella posaba de una forma natural, tranquila y segura. Recordando que era su primera sesión fotográfica, Daisy tenía confianza en lo que estaba haciendo, también seguía muy bien la dirección de fotografía, a pesar de que la mayoría fueron bastante arriesgadas porque fueron realizadas en lugares públicos y lleno de personas, también como en el medio de una vía transitada por autos.

Dando un largo recorrido por zonas muy lindas de Caracas, conseguimos lugares estupendos en los cuales no nos resistimos para hacer algunas fotografías a Daisy, sacando provecho del buen ánimo que tenía sintiendo seguridad de sí misma, posando frente a la cámara como si ya lo hubiese hecho millones de veces. Destacando una buena actitud, carisma y desbordando seguridad, eso nos dio el beneficio de conseguir muy buenos resultados.

Luego de un rato del arduo trabajo, tomamos un break (Descanso), en el que decidimos ir en la búsqueda de un lugar donde comer y al conseguir el lugar donde comeríamos una deliciosa pizza, iniciamos una conversación sobre nosotros mientras estábamos a la espera de la comida, compartiendo ideas y conociéndonos un poco más. Almorzar era importante para poder continuar, ya que ese día a mitad del recorrido me comencé a sentir mal muy físicamente, pero a pesar de sentirme así quería seguir y finalizar lo planeado. Descansamos un poco para poder pensar con más claridad, después de comer y con nuestras baterías recargadas. Ya, estábamos listos y debíamos seguir para concluir la misión.

Trabajamos como un equipo unido, mi esposo y yo detrás de cámara, Daisy delante de ella y mientras que su novio Marcos nos escoltaba para que realizáramos las fotografías en la calle. Para mi está fue una experiencia muy gratificante de la que aprendí cosas nuevas, me alegra mucho haber compartido con ellos, haber podido realizar la sesión fotográfica a Daisy y finalizar con éxito .