Hace aproximadamente una semana me tocaba supervisar el área de sala de yeso, ese día yo de verdad estaba como aburrido supervisando a los residentes de menor nivel, recuerdo que era un martes como a las 9 de la mañana y la sala de yeso estaba super full habían muchísimos pacientes, eso ahí es super estresante ya que los días martes y jueves son los días que más personas vienen a traumatología ya que ese día se realizan los reposos de los pacientes y se realizan las consultas de los pacientes post operados.

Entonces recuerdo que en ese momento entre a un cubículo para revisar algo en la computadora, de repente el residente de primer año se me acerca con mucha pena para solicitarme mi opinión con respecto a un caso el cual era muy dudoso, cuando voy a ver al paciente me di cuenta que era un cadete de la aviación, el paciente tiene 20 años de edad y presentaba muchísimo dolor en la rodilla, al examinar su rodilla pude notar que tenía machismo aumento de volumen, estaba ligeramente caliente y algo roja, la presencia de dolor era super notable no podía casi no flexionar la rodilla, entonces realice las maniobras de evaluación de la rodilla y un 80 % resultaron negativas, el paciente ya había sido valorado en otro centro hospitalario por un traumatólogo quien había realizado drenaje de la rodilla ya que presentaba aumento de líquido sinovial y aparte le habían mandado a realizar un estudio imagenológico el cual era una resonancia magnética en donde ese supuesto doctor no había visto absolutamente nada, por lo cual solicite ese estudio para yo revisarlo, a medida que observaba esas imágenes veo una imagen muy rara en uno de los cóndilos femorales específicamente del cóndilo femoral interno, donde se apreciaba una imagen subjetiva a un tumor, por lo cual tuve una corazonada y decidí seguir revisando todas las imágenes de ese estudio, a medida que seguía revisando muy minuciosamente lograba notar más detalladamente una imagen muy parecida a las que yo veía en los libros con respecto a un tumor maligno denominado “Osteosarcoma” por lo cual decidí realizar estudios de laboratorios y lo réferi inmediatamente a la consulta del Dr. Fedor el cual es especialista en Oncología Musculoesqueletica, días después el Dr. Fedor se me acerca para felicitarme por derivar a su consulta de manera adecuada a ese paciente ya que había realizado lo que se debe realizar, entonces me dijo que había que realizar una cirugía para realizar una toma de biopsia, el Dr. Fedor estaba totalmente de acuerdo conmigo con respecto al tipo de tumor que yo pensaba diciéndome “eso es un Osteosarcoma hasta que se demuestre lo contrario”, un día antes de la cirugía volví a valorar al paciente el cual esta vez acudía acompañado con su madre quien al verme me abrazo fuertemente y con lágrimas en los ojos me agradeció profundamente ya que había atinado en el diagnóstico de su hijo y sabía que su hijo se encontraba en buenas manos.

El día de la cirugía como sosa rara llegué algo tarde al hospital, pero me dio tiempo suficiente para llegar antes de empezar la cirugía, ese día estuve en el quirófano con los grandes, con el Dr. Fedor y el Dr. Hernández el cual es el jefe del servicio de traumatología actualmente, la sorpresa fue cuando el Dr. Fedor dice que la cirugía la iba a realizar yo debido a que yo fui quien diagnostico a tiempo el tumor de ese paciente, entonces me llene de valora y con muchos conocimientos realice una excelente cirugía lo cual fue muy rápido, sino recuerdan era solo una toma de biopsia.

Después de la cirugía nuevamente el Dr. Fedor me felicita una vez más, y me menciona que sí tenemos suerte podremos salvar a ese paciente ya que estábamos haciendo lo correcto, cabe destacar que por ahora la muestra fue enviada al patólogo para que nos la corroboración del tipo de tumor maligno que pensamos que es, ojala y no sea un tumor maligno es lo que mi corazón desea ya que de serlo es de muy mal pronóstico y casi todos esos casos terminan en amputación del miembro afectado o peor aún con la muerte del paciente lo cual no queremos.

Muchas veces podemos realizar un diagnóstico certero a tiempo y poder evitar todas las complicaciones futuras, entonces es en esos momentos cuando nos damos cuenta que vale la pena ser médico y que no fue en vano el enrome sacrificio que uno realiza durante su formación académica trasnochándonos estudiando y aprendiendo en las guardias.

Este tipo de cosas a mi particularmente me motivan y me llenan emoción para seguir haciendo lo que hago, ya que me demuestran que voy por muy buen camino.