Es sorprendente apreciar en vivo tanta tradición en un solo momento, para todo pueblo costero la pesca forma parte de su día a día, en ella se basa su dieta y economía. A mediados de la noche han soltados las redes y al salir el sol se dispusieron a subirla a la embarcación.

Mayormente son los jóvenes quienes hacen el trabajo fuerte, guiados todos por aquellos que tienen mayor experiencia. Comienzan siendo aprendices para luego convertirse en expertos en el arte de la pesca. Requiere el esfuerzo de muchas personas subir las redes, pero sin duda alguna es una labor que no cualquiera pueda hacer.

Muchos de los jóvenes no esperan llegar al pueblo, y al bajarse de los botes ofrecen a los pobladores y visitantes la oportunidad de comprarles. Pescado fresco, no quisiera agregar el esfuerzo del pescador, pero sin lugar a duda el sabor de un pez recién sacado del mar es inigualable, y su textura mucha más suave.