Hace mucho tiempo tenía curiosidad y ganas de entrar al cementerio “Bella Vista”, popularmente llamado cementerio viejo de Barquisimeto. Lugar donde descansan restos que datan desde 1886, además de magistrales obras artísticas que un buen amigo me había recomendado fotografiar.

Era un día gris lluvioso e inspirador, con un deseo inmenso de estar allí, un domingo creado exclusivamente para mí, eso era lo que pensaba. No hubo lluvia que me detuviera, así tuviera que cruzar ríos que se formaban en la calle, lo haría para llegar a este lugar. Desde siempre, quizás a diario observaba desde las afueras, sus rejas y al fondo las muchas cruces deterioradas por el paso del tiempo. Según lo que había investigado, en este lugar rondaba la delincuencia y el vandalismo. Me sorprendió llegar y ver que había familiares visitando a sus difuntos, pensaba que ya nadie rondaba estos lugares, pero me equivoque.

Es increíble la capacidad que tiene el ser humano de ignorar las cosas más simples, pero tan perfectas que están en nuestro alrededor, obras esculpidas por Julio Roversi, Francisco Pigna, Pietro Ceccarelli y otros artistas, que con el transcurso de los años, personas sin oficio se dedican a destruir.

Estaba como un niño en una juguetería, no sabía por dónde comenzar, así deje que mi vista ademas de las imágenes que pasaban y se creaban en mi cerebro cobraran vida. Las manchas y excremento de las aves, hicieron que estas obras tuvieran un aspecto sombrío, tenebroso y oscuro, combinado con el clima nublado.