La maldición gay, versión venezolana | Relato | Parte 1.

in #spanish7 years ago (edited)

El siguiente texto tiene contenido homosexual...Si es una persona "intolerable" (por no decir homofobica) se le recommienda no leer, pues no es su tipo de contenido.

Este cuento no trata de ridiculizar a los homosexuales o a la comunidad lgbt en general, ni tampoco a los venezolanos.

Ahora sí, disfrute de la lectura.


Fuente. Ismael Álvarez ilustration

Ese día Carlos iba tarde a la reunión de su grupo eclesiástico, La Misericordia de Dios. Y él nunca llegaba tarde a ningún lado, menos para reunirse con su grupo de la iglesia. Y es que, cuando algo va a cambiar en tu vida, ella te envía pistas.

—Alguien debe leer el salmo y ponerse de acuerdo con Wilmer para ver si se canta o…
Carlos tocó la puerta mientras la abría, puesto que ésta ya estaba entreabierta. Todas las miradas se dirigieron a él y Carlos tragó grueso...Era un salón de reuniones que se ubicaba detrás de la iglesia, en la casa del párroco, por eso todos podían verlo perfectamente.
—¡Vaya, vaya! ¡Buenas noches! —exclamó Gabriel, el dirigente del grupo, quien estaba hablando en un principio, frente a todos los demás—Pero si es Carlos, ¡qué extraño! Pensé que no vendrías. ¡Pasa, pasa! ¿Alguna excusa buena por llegar a esta hora?
—¿A veces el señor te pone obstáculos en el camino? —dijo Carlos con cara de falsa confusión lo que hizo reír a todo el mundo.

Así funcionaba la vida de Carlos en los grupos sociales, iglesia o escuela…No revelar información personal y cubrirla con bromas.

A partir de ahí, la reunión continuó normal y Carlos no opino en nada, como siempre, estaba de acuerdo con lo que los demás elegían. Él sólo iba para ser responsable y que los demás supieran que él realmente estaba comprometido con el grupo y con la iglesia, siempre lo había estado. Empezó catecismo y se hizo monaguillo, ayudaba al padre con todo, luego al entrar en secundaria se fue a un internado católico para chicos, se graduó y no tomó el cupo para ir al seminario porque en ese momento no sabía si de verdad quería ser cura y es que realmente sentía que tenía que arreglar las cosas consigo mismo antes de entregarse por completo al señor.

A final de cuentas, él no se iba a separar de la religión…Seguía ayudando a la iglesia mediante la Misericordia de Dios, quien se ocupaba de hacer regalos caritativos a las familias pobres de la ciudad, visitar a los psiquiátricos y los ancianatos, entre otras acciones caritativas y comunitarias. Participando en esto, él se sentía completo y que no debía tener miedo de no ser digno para el Señor.

La reunión terminó, rezaron una oración final y luego todos empezaron a hablar en grupitos. En ese momento él se iba porque no le gustaba compartir demasiado con las personas, no era muy bueno hablando. Podía ser bromista, sólo para protegerse…pero ser bromista no significa que eres realmente extrovertido.

—¡Carlos!

<<¿Por qué siempre me hacen esto?>> pensó cerrando los ojos.

Carlos se volteó, mientras mostraba una media sonrisa. Era Cristina, quien lo llamaba, la chica que era amiga de todos los grupos y personas que frecuentemente iban a misa…Es decir, la chica de la iglesia que todos conocían porque estaba en todos lados.

—Él es Ángel, es nuevo en la ciudad y en la iglesia…Lo invité a unirse a La Misericordia de Dios y no se lo pensó dos veces…Ya todo el mundo lo conoció, pero faltabas tú porque llegaste tarde.
Carlos miró al chico y lo reconoció de inmediato. Era el muchacho que había visto en la misa de 10 el domingo pasado y que le había parecido…muy guapo. Su cabeza estaba llena de rulos oscuros que le caían por la frente, tenía cejas muy pobladas, unos ojos oscuros intensos y una sonrisa Colgate que demostraba toda la efusividad del mundo.
—Mucho gusto…
—¡Quique mucho gusto! Si eres marico vale, tenías que ser Carlos—se carcajeó como si su nombre fuera lo más gracioso. Cuando le vio la cara a Carlos, contuvo su risa y le dio una palmada en el hombro, lo bastante fuerte, pero que podría verse amistosa—. Nah, paja, mano. Todo bien… ¿Ya te dijeron no? Me llamo Ángel, estoy para lo que necesites. Dame tu número.
—¿Mi número? —preguntó enojado.

¡El chico lo había tratado de marico! ¡Lo insultó y luego se mostraba falsamente amable! ¿Era acaso una broma?

Y lo más importante… ¿cómo había adivinado que realmente era marico?

Cristina se veía apenada, pero apunto de explayar en su rostro una sonrisa
.
—Es emigrante…un venezolano, ya sabes…—hice una mueca de “es un tema delicado” —Tiene una obsesión por las groserías que están muy normalizadas en su país como para venir a decirlas en la iglesia—esto último sonó a reclamo.
—Que no estamos en la iglesia…que estamos detrás de la iglesia—explicó Ángel—. Es diferente. A Papa Diosito lo respeto mucho, así que hazme el favor—miró de nuevo a Carlos, con esa sonrisa pícara suya que lo hizo poner más nervioso de lo que estaba—. Dame pues tu número vale—dice conteniendo su celular en sus dedos.
—Quiere tener el número de todos, dice que va a crear un grupo de Whatsapp para… ¿cómo dijiste?
—Vacilar.
—Pero ya tenemos un grupo de Whatsapp—refutó Carlos, mirando con el ceño fruncido a Ángel.
—Pero no para echar broma, mi hermano. ¿Qué te pasa, vale? Yo pensé que eras más chévere.

No sabía por qué, pero eso le había ofendido a Carlos. Así que le dio su número y se despidió de manera breve.

De camino a su casa, se dio cuenta que no había estado nervioso ante un chico desde hace mucho tiempo y él sabía lo que eso significaba…La maldición gay había vuelto pero en versión venezolana.

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¡Les juro que esto iba a ser un relato corto! Pero quiero dividirlo en partes y hacerlo más extenso. A penas está comenzando la historia. Tranquilos, no creo que sean más de 3 partes...en realidad sí es una historia corta. Más que historias, me gusta escribir sobre personas...¡me encantan los personajes!

Si quieres que siga la historia, comenta...Si no, creo que lo dejaré hasta aquí...Aunque hay muchas posibilidades de lo que pueda suceder...¿Será que Ángel también es gay? ¿Será que no? ¿Ser gay realmente es una maldición?¡Respondeme, Carlos! ¡AHHHH!

PD: Este cuento no está ambientado en ningún país en particular, pero puedo confirmar que está en Latinoamérica. Sólo se esta haciendo referencia a una sola nacionalidad y es la de Ángel por obvias razones.

Sort:  

Gran post, la historia puede estar ambientada en Latinoamérica, pero a mi me ha llevado a lugares europeos y norteaméricanos, muy bien contado el relato, gracias por compartir, el equipo Cervantes apoyando el contenido original y de calidad.

Muchas gracias por valorar mi trabajo, en especial al equipo de Cervantes. Tomaré en cuenta el detalle de la ambientación, podría plantearlo en otra parte del mundo ya que esto sigue siendo una obra en construcción. ¡Gracias otra vez! <3

Hey! Buenísimo el relato! Te ganaste un Seguidor <3

¡Muchas gracias por tu apoyo! Un beso <3

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