Recuerdos que permanecen en el tiempo y valen oro en nuestra mente
A través del tiempo me ha impresionado la capacidad que tenemos para recordar cosas que pueden parecer bastante insignificantes pero para el día de hoy son recuerdos que atesoramos como una mujer con sus joyas costosas.
A mi muchas veces me han reclamado (sobre todo mi hermana) el no poder recordar cosas que en el pasado ocurrieron, sucesos que en ese momento me causaron una impresión pero después de los años o meses debido a que mi mente está enfocada en otras cosas, se me van por completo, no me acuerdo de nada. Lo más irónico de todo es que a pesar de que esos momentos se escapan de mis neuronas, hay otros que por más ocupada que esté, permanecen vivos, jamás se pierden (y espero que no).
Olores, sensaciones, momentos increíbles que viví en el pasado imposibles de olvidar por más cotidianos que hayan sido.
En cuestión de olores, hay uno que nunca olvidaré y es el del champú que usaban en mi guardería, jaja, puede ser increíble pero realmente es emocionante el pensar en ese olor tan satisfactorio y acordarte de toda esa linda etapa de la niñez. Ha habido pocas veces que mi mamá compra ese champú pero cuando lo hace y lo uso, me genera un sentimiento bastante bonito. Otro olor es el de la tierra mojada, a quien no le guste ese olor cuando empieza a llover, no es humano… Me ha encantado toda mi vida, y lo apreciaba mucho en las salidas que hacíamos al río hace años.
La sensación de la pintura, la escarcha en mi dedos al pintar, y aquella vez que accidentalmente manché de pintura la pared de mi casa, aunque el miedo fue increíble porque pensé que me caerían a cholazos (chanclas), no olvidaré esos momentos, jajaj.
Una anécdota que ahora llego a comprender, es que mis padres eran y son pero en menor medida obsesionados a retratar o fotografiar todos los momentos que vivimos. Ya sea viajes o salidas a la playa o piscina, eran de los que a cada 5 segundos lanzaban una foto, y siendo honesta era algo que me molestaba, jaja, porque era obsesivo y siendo uno pequeño lo que menos queremos hacer es tomarnos una foto. El caso es que a través del tiempo me doy cuenta que lo hacen para jamás olvidar, tener pruebas tangibles de que si ocurrieron esos hechos, para que a la hora de tener borrosos esos momentos en nuestra memoria por tan buenos que hayan sido, tomemos un disco y lloremos y riamos de nostalgia al verlas, porque inevitablemente mientras más crecemos y vivamos experiencias, el pasado vaga en nuestra mente y no vuelven, se olvida en menor o gran medida dependiendo de la persona.
Me pasa lo mismo.
Tengi recuerdos de mi niñes muy presentes y otros que a duras penas logro recordar. Sin embargo, eso se debe al nivel se sensaciones que produce en nosotros ciertos hechos, que hacen que lo guardemos en nuestros pensamientos; y que hasta con un simple aroma, nos traslade a ese recuerdo intacto.
Buen Post. Saludos!