Hace un par de años buscaba algunas ideas para personalizar mi salón de clase, intentaba decorarlo con algunos murales didácticos que me sirvieran de soporte en el momento de enseñar y así facilitar el trabajo con los niños; fue entonces cuando se me ocurrió hacer un mural con puntillismo, ya que ésta técnica la empleo con frecuencia en diferentes alumnos y siempre me ha dado buenos resultados en el desarrollo de destrezas y comprensión de principios artísticos, sobre todo en alumnos con Síndrome de Asperger.

A medida que le daba forma a la idea del mural puntillista, se me ocurrió que en vez de pintar los puntos directamente en la pared pudiera adherir algunos tipos de fragmentos, intentaba descubrir algo que fuera barato y cotidiano; y después de tanto buscar ese elemento masivo y de fácil de obtención, llegue a la conclusión de que cada punto que iba a colocar en la pared podría ser una chapa de refresco (gaseosa), ya que eran muy fáciles de encontrar y a su vez le agregaba al trabajo más riqueza en cuanto a textura, y al mismo tiempo contribuiría en el reforzamiento de la idea del reciclaje y la conservación del ambiente en los niños.

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¿De qué se trata el Puntillismo?

Esta técnica consiste en realizar una obra de arte solo con puntos, pudiendo hacer éstos con pintura, marcador, bolígrafo o lápiz; y en el caso de mí mural, con chapas de gaseosa.

El puntillismo fue creado por el pintor francés Georges Seurat a finales del siglo XIX como una evolución del estilo Impresionista; inicialmente desarrolló su técnica solo en pintura, haciendo trazos en forma de puntos con el pincel, y a lo largo de los años fue adquiriendo nuevas características en cuanto a materiales para su ejecución; por su particularidad, esta técnica pictórica se ha posicionado como un estilo de obligatoria enseñanza en cualquier escuela de arte o diseño, requiriendo una enorme paciencia y minuciosidad por parte de quien la ejecuta.

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Obra Puntillista: Un domingo de verano en la Grande Jatte (1886) de Georges Seurat

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Primera etapa del mural.

Cuando realice el boceto en la pared, solo tenía en mente hacer un ojo, no quería algo tan grande, y para ello diseñé uno con un estilo próximo al Anime, buscando facilitar la creación de los efectos, ya que un ojo convencional, con proporciones reales, amerita una pared mucho más grande, debido a que el tamaño de cada punto (chapa) es relativamente grande como para lograr los efectos que requiere un iris real.

Las primeras chapas que pegué eran en grises, no estaban intervenidas con pintura, en ese momento no había considerado pintarlas de negro, buscando, en parte, conservar lo primitivo del proceso, pero no me gusto como se veían porque no lograban el contraste que quería causar, así que decidí pintarlas de negro y posteriormente empecé a pegarlas de forma muy ordenada sobre el boceto de la pared.
Al ir pegando cada tapa debemos mantener la armonía entre ellas, procurando que los espacios entre punto y punto siempre sean iguales en esta primera etapa, para así, ir avanzando en la creación de la pupila, el borde del ojo, pestañas y ceja.

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¿Qué tipo de pintura debemos usar para intervenir las chapas y que clase de pegamento?

Podemos pintarlas con cualquier pintura, pero si escogemos una con base de esmalte deberemos esperar mayor tiempo para que seque y también le añadirá olor fuerte, por tal razón recomiendo usar pinturas al agua, ya que éstas no tienen olor y secan rápidamente, pudiendo usar cualquier color, lo importante es el contraste entre pared y puntos; en lo personal prefiero negro, pero podemos pintarlas de cualquier tono oscuro.

Lo relevante del tipo de pegamento es que éste seque rápido; yo utilice inicialmente silicón frío, pero tiene una consistencia muy fluida, tardando en hacer su efecto de adherencia, cayendo algunas chapas de vez en cuando, por tal razón recomiendo usar una pistola de silicón, ya que seca al instante, permitiendo trabajar más rápido.

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Hacer medio rostro.

Como manifesté al inicio de la publicación, solo tenía la intención de hacer un ojo en puntillismo, pero luego de terminarlo, consideré agregar más elementos hasta completar medio rostro, para ello amplié el boceto en la pared, añadiendo el resto de las partes, y continué pegando tapas, siguiendo las líneas guías del boceto y haciendo efectos de difuminación en las áreas que ameritaba el diseño, concentrando más en algunos lugares y menos en otros.

A medida que avanzamos en la construcción de un mural de este tipo, debemos visualizar diversos aspectos, como la concepción de las partes más oscuras del diseño, que requieren mayor concentración de chapas, buscando que se cree el efecto de “negro total”; y para lograr la degrades del iris, debemos ir decreciendo en la distribución de los puntos, de más a menos; en la parte superior del iris debemos concentrar muchos puntos, y a medida que bajamos, vamos pegando cada vez menos, para así lograr una especie de difuminación.

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Cualquiera puede hacer un mural igual o mejor que éste.

Este tipo de diseños es relativamente sencillo, cualquier persona con nociones básicas de dibujo puede hacer algo similar, lo importante es practicar previamente la técnica de puntillismo, y si logramos que nos quede bien en una hoja, nos quedará bien en la pared. No necesariamente debemos usar chapas, lo podemos hacer sólo con puntos de pintura sobre la pared; tendrá el mismo efecto visual, pero perderíamos ese aspecto curioso y llamativo de las chapas.

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¡Hasta el próximo post!