Quiero recorrer el mundo.

Salir con solo con una mochila, una cámara, lápiz y una libreta. Fotografiando a todo lo que me encuentre, para mostrar el hermoso rostro de la vida, escribiendo de cada vivencia para motivar a otros a vivir esta experiencia. Visitando paisajes únicos, en los que la paz puede notarse, sentir el viento en su mas pura esencia, los rayos del sol en mi rostro, sentir que estoy vivo.

Caminar en todo momento, recorrer senderos imposibles subir y bajar, atravesar ríos, rutas que lleven días, reflexionar sobre la vida en el camino, mirar todo el espectáculo natural que me ofrece el mundo. Estar en sincronía con la naturaleza, sentirme parte de ella con cada respiro, cada paso, cada latido de mi corazón.

Vivir un atardecer como jamás lo he hecho, ver el último rayo de sol del día mientras este se guarda. En lo más alto de una montaña donde pueda observar el sol en toda su magnitud con su bello resplandor en todas partes. Como poco a poco cambia su color y baja su intensidad en la película más maravillosa.

Acampar bajo la luz de las estrellas, con el frió natural, con la orquesta del paisaje; sonidos de distintos animales. Relajarme por varias horas sin nada que pensar, solo contemplar lo lindo de la vida, deleitarme con la belleza de cada piedra brillante del espacio contarlas hasta dormir profundamente con la certeza que estoy cumpliendo mi sueño. Para levantarme y empezar un nuevo y maravilloso día en blanco sin planes con la intensión de buscar otro lugar increíble. Y tener otra mágica experiencia, y así hasta que se acaben los días de recorrer.

Aprender de cada cultura, vivir como ellos, seguir sus tradiciones aprender de sus costumbres. Ser un estudiante universal. Tener mis propias conclusiones de como funciona la vida, las religiones, las sectas y cualquier organización social. No quedarme con lo que he escuchado, leído o imaginado necesito comprobar por mi. Conocer no solo por leer, mas bien por vivir.