Fui a la playa (cuento de fantasía parte 2)

2: Desierto Rojo

Hablamos mientras seguimos un camino de tierra rojiza y helechos enanos bordeando la ruta, alguno que otro animal aparecía en la vía. Unos animales ratoniles, diminutos, se cruzaban entre la polvareda que levantábamos al pasar.

Kurt venia de un pequeño pueblo del Oeste, donde los periódicos llegaban con una semana de retraso y solo existía una pequeña escuela pagada por el Estado en donde se matriculo y se gradúo. Vivía allí con su padre ya que su madre falleció al darlo a luz. Me dijo que recordaba con bastante nostalgia las largas jornadas en los maizales, y varios retazo de su infancia con la supremacía de un sentimiento de independizarse y salir de allí.
Me contó— señalándome una cadenita de oro colgada del cuello que contenía un retrato— donde conoció a su esposa, Gertud, y la hija que tuvieron. Al llegar este punto, Kurt guardo un mustio silencio y se limito asentir con la cabeza.

Ya caía la noche y solo se divisaba en el horizonte una alta montaña y la arena negra.
Voltee y solo pude dar cuenta de lo mucho que habíamos andado, detrás de nosotros, se veía un sol herido ocultarse tras luces rojizas. Mire alrededor. No había refugio.

Caminamos un poco mas para luego tumbarnos al suelo. Había salido la luna y se oían zumbidos a lo largo de la noche.
Fue cuando me percate de una imprudencia grave, no teníamos ni agua ni comida.
— Kurt—pregunte con pocas esperanzas—¿no tendrás algo de beber?.
— No, el camino al risco debe ser en completo ayuno. Como los ascetas. Además ya estas perdido, lo note en cuanto te vi.
No sabia a que se refería pero mientras nos acostamos a pasar la noche ahí, me sentía bastante perdido.

A la mañana siguiente nos arrastrábamos bajo un sol inclemente.
Avanzamos mirando solo la tierra rojiza y nuestros pies, sin hablarnos, para no desesperarnos al ver kilómetros y kilómetros de extensión. No había ni un árbol, ni una brizna verde.

Fuente
Tiempo después comencé a sentirme raro, en vez de comenzar a ralear el trayecto, se habían formado unos inmensos
bancos de arena en derredor. Y lo que antes era un rojo opaco se habían convertido gradualmente en un rojo muy intenso.
—Kurt—suplique con la garganta seca—¿A dónde estamos yendo?.
Su cara giro, tétrica, descubriendo las facciones de un muerto.
Tenia los labios hinchados y deshidratados, y las cuencas negras hundidas en la piel seca.
Se mojo los labios y escupió, chorreándose por el mentón luego cayo, puf, levantando polvo rojo.

Cada vez que recuerdo este periodo de la historia solo recuerdo el cruce de voluntades y me veo a mi mismo balanceándome y viendo a Kurt agitarse en un mar rojizo como en una ensoñación.
Una parte de mi tiraba hacia atrás, presto a volver, a la afable sombra de los manglares y sentir el agua fría del mar pero la otra voluntad mas poderosa, dominadora, era el tiempo.
Esta voluntad me mordía brutalmente y me flagelaba para hacer algo grande. Debía llevar a Kurt al Confesionario. A salvarlo y a salvarme.
Una compasión inmensa y quizás hasta mas profunda y prometedora que al mar al que había renunciado.

Alce a mi maltrecho compañero por los hombros y comencé arrastrarlo quien sabe donde. Me trace un punto central, parecido a un ideal, y lo seguí hasta caer fulminado.
Sentí que me ahogaba por mucho tiempo, pero al levantar la mirada vi a alguien arrastrarse, reptando por alcanzar una enorme puerta marrón que surgía de la vastedad roja.
Kurt se movía a gatas y a duras penas, comencé a seguirlo, cayendo y levantándome y viendo girar una gran ciudadela que se recortaba a las ultimas luces.

Fuente
Los guardias que custodiaban las puertas nos hacían señas de aprensión y gritaban frases alentadoras. Llegamos a las puerta y ya no tenia hambre. Me sentía en paz.
"Quizás así sea la muerte" pensé despacio mientras oía dos voces conversar.
Una era la de mi amigo, un viento entre la misericordia y el triunfo, y la otra una voz de poder.

— ¿Este es el Confesionario?
— ¿Cuál confesionario hijo?. Esta es la ciudad perdida. Debes estar totalmente perdido para encontrarla.

*Buenas, espero le haya gustado, este es el segundo post de este cuentos, aquí esta la primera parte https://steemit.com/spanish/@poesiaempirica/fui-a-la-playa-cuento-de-fantasía-parte-1 ademas los invito a leer otros cuentos de mi autoria en mi perfil, espero sus comentarios y gracias por leer.