Se que suena un fatalista el título con el que inicio este post, pero desde que nací, mi tiempo en la nave espacial a la que cariñosamente llamamos tierra, se ha caracterizado por ser así, fatalista, desde muy temprana edad yo y muchos hemos  venido sobreviviendo fines de mundo y desastres naturales

 por ejemplo con solo 4 años, recuerdo cuando el mundo supuestamente llegaría a su fin en el año 2000, y un año antes la Vaguada de vargas, el dia de que la montaña Avanzó hasta el mar, daba ciertos indicios que aquella declaración era cierta. 

Un años más tarde los atentados del 11 de septiembre aquellas imágenes  inundan mi television, ademas esas mismas  imágenes  fueron las que recorrieron e indignaron a todo el planeta, y en mi cabeza con tan corta edad no pensó que aquellas imágenes se tratara de algún película, solo podía pensar en las personas que murieron y como me hacían sentir al respecto.  

Aun con tan corta edad, un niño puede saber cuando las cosas no van tan bien, eso lo se de primera mano, pasaron los años, Recuerdo que en ese mes, en el colegio se nos mandó a escribir alguna carta a las víctimas del atentado en la ciudad de new york, una de mis más importantes preocupaciones era que debía ser en ingles por que seguro no entenderán mi español. 

 Años más tarde, en el 2003 un terremoto azotó indonesia, seguido en un tsunami en el 2004, para el cual en mi colegio se recogieron enlatados y se enviaron  de donación a las víctimas. En mi cabeza el tono fatal de la situación era real y plausible, lo más seguro es que no tuviera ni la minima idea de donde estaba indonesia y mucho menos del idioma que se habla en aquellas partes del mundo, pero yo a kilómetros de distancia obligaba a mi madre a comprar atún para enviar porque era necesario, había vidas en juego. Para mi en aquellos días una lata de Atún era un niño como yo que lograba tener una comida al dia.   

Un año más tarde una 2da vaguada azota el estado vargas, esta vez con mucho menos intensidad, pero ya en mi cabeza todo iba de mal a peor, solo pensaba "¿bueno pero que puede hacer un niño de 9 años?", pero mi mama me dijo algo muy importante, que sigue teniendo vigencia incluso hoy. 

"no es solo que puedas hacer tu, es que pueden hacer muchos como tu"  

 Así que otra vez estaba yo, acompañando a mi madre a comprar atún enlatado de donación, en aquel 2006, se corrió un rumor en el cual también se afirmaba que  finalizará nuestros días en la tierra, un temor plausible y real por lo acontecido en años anteriores invadió mi joven cuerpo de 10 años, pero así pasaron los años y los desastres naturales siguieron, los habitantes humanoides del planeta siempre hemos buscado la forma de superarlas y estoy seguro que cada vez nos hemos hecho más efectivos, nos ha llevado tiempo y aun somos mejores matándonos que salvandonos. 

 Pero aquel sentimiento fatalista con el que había crecido ha venido desapareciendo en los últimos años , se ha transformado en ganas de ayudar, la mejor donación que he logrado conocer en mi corto tiempo en esta nave espacial, el mejor apto de bondad y la mejor forma de salvar una vida es cambiando mentalidades. He sido testigo de que la mejor forma de ayudar a alguien a por ejemplo superar su pobreza es darle las herramientas sobre como hacer el mismo. 

 Con cada uno de mis pacientes he aplicado esta misma filosofía, la mejor forma de limpiarse es saber como bañarte por eso un lema que aprendí en Cruz Roja y el cual se ha transformado en una filosofía personal.

Salvar vidas es cambiar mentalidades   

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