James III: SOLEDAD.

James llegó a casa de su Tía emocionado, tenía una cama calentita, primos con quien jugar y hablar y su tía que por muy dura que fuese siempre estaba pendiente de él.

James ya no caminaba largos kilómetros para poder ir al colegio del pueblo, ya no estaba rodeado de cabras y gallinas; ahora tenía amigos, comía y vestía bien, estaba rodeado de muchos carros y edificios.

James era feliz con su nueva vida fue un cambio impresionante el giro que dio todo su entorno pero faltaba algo, algo que no había recibido y era amor, amor y ese calor de familia y padres que tanto él anhelaba y de lo que tanto él carecía.

En este cambio de vida James descubrió que amaba el fútbol, en el colegio que estaba lo practicaba y le apasionaba, ese tierno y callado niño se transformó en un muchacho extrovertido muy bromista y ya no tan callado.
Su papá lo visitaba cada quince días, lo apoyaba en las partidas de fútbol y verificaba que fuese un buen estudiante. Su madre siempre le hablaba por teléfono, tenía una bebe a punto de nacer.

El fútbol se convirtió en su pasión por años, era muy bueno en lo que hacía, a diario su vida se centraba en jugar. Estaba en la mira de reclutadores. Solo tenía que seguir haciendo las cosas bien para triunfar.

Con el pasar de los meses James empezó a ir de fiesta con sus amigos, pasarla bien y de alguna manera liberar todas sus faltas allí, era un desahogo. Empezó a experimentar su vida sexual y créanme cuando les digo que James era todo un don Juan. Tenía novia a la cual decía que amaba pero se acostaba con muchas y es que a veces no hacía falta que el las buscara, las chicas se volvían locas por el. Poco a poco sus andanzas eran más repetitivas y empezó a abandonar el fútbol y descuidar los estudios; así comenzaron los problemas con su papá.

James ya no era un niño; ya fumaba, bebía y tenía sexo por doquier. Su papá lo castigaba y regañaba cuando le visitaba; pero que podía pedir este señor si lo había dejado en manos de otros y no encargarse el de su hijo. Este adolescente está gritando atención.

Descuido tanto el fútbol que ya no tenía el mismo rendimiento físico, tuvo varias lesiones que lo llevaron a no ser ese flamante aspirante que tanto querían.

Su papá estaba cada día se acercaba más a ser el mejor en su carrera y a nivel profesional estaba realizado, tenía su familia y los amaba y protegía como a nadie solo que en esta etapa estaba decepcionado de James, en muchas oportunidades fue muy duro con el porque sentía que era la manera de sacar la mejor versión el adolescente.

La mamá de James seguía en aquel pueblito con su hija pequeña y el padre de la misma cuando aparecía. Su vida era un poco más de lo mismo.

El papá de James llegó un día de visita con una noticia que este no supo si alegrarse o entristecer. James tenía un ultimátum, debía cambiar la vida que estaba llevando, salir bien en el colegio para lograr graduarse con buenas calificaciones y se mudaría con su papá y familia.

James sentía alegria porque finalmente estaría junto a su héroe, pero sentía que ya tenía una vida realizada, amistades, pareja y mudarse con su papá era cambiar de ciudad, de costumbres y de todo aquello que había logrado y tenía.
Se venían mas cambios para el.

Paso el tiempo y con él llegaron los cambios, James no logro entrar en la selección de fútbol por una fractura de tibia y peroné en el partido crucial. ¡Se graduó! No con las mejores notas, pero lo logro. El tiempo se acortaba y se acercó la fecha de irse. Despedirse de sus primos y tíos fue doloroso pero estaba feliz de que estaría con papá.

La nueva ciudad donde viviría le encanto, la zona donde vivía era muy bonita, de personas con muy buena posición social. Los primeros días no fueron tan difícil de lo que él pensó, sus hermanitos eran pequeñitos pero él los adoraba, su papá estaba todo el día en casa mientras se adaptaba, ya pronto tendría que empezar a viajar por el mundo por asuntos laborales, la esposa del papá era muy fría y seca con el pero de momento lo trataba muy diplomáticamente.

Fueron semanas de adaptación donde cada uno estaba haciendo el trabajo que les tocaba, poco a poco James se sintió en ambiente, la verdad es que no le costó mucho. Con el pasar de los meses James comenzó la universidad ya era un muchacho de 17 años, la relación con su madre era explícitamente por teléfono, con su papá todo iba súper bien, jugaba mucho con sus hermanitos y la relación con su madrastra no era ni buena, ni mala. Por fin estaba sintiendo lo que era tener una familia, en la universidad todo marchaba bien, ya tenía una novia con quien compartía muchísimo.

Cuando todo marchaba de maravilla, al papá de James le salieron viajes de trabajo. Cada vez eran más los días que no estaba en casa, empezaron los problemas en la familia. Todo lo que James hacía para su madrastra era malo y le contaba su versión a papá, todos los días habían conflictos entre James y su papá. Pasaron meses y la convivencia era infernal, el padre le creía a su esposa y esta acción lo que hizo fue un vuelco en el comportamiento de James, empezaron las fiestas y los vicios. James dejó ser un sumiso delante de la madrastra y empezó a sacar esa furia que llevaba acumulada entre tantas injusticias; esto sólo empeoró las cosas y el padre tomó una decisión; decidió alquilar una habitación para James y así evitaría que siguieran los conflictos en casa.

Que dolor él que causó en James haberlo sacado de su casa, era desplazado por una mujer que no le quería. Este empezó a buscar ese calor de familia en la calle, en sus amistades, en la bebida, probó drogas para refugiarse en ellas y no consiguió dejar de sentir dolor.

Su papá lo visitaba constantemente y estaba pendiente de él y que fuese bien en la universidad, James solo mentía y mentía su mundo se había derrumbado, sentía que era un estorbo que arruinaba la vida de sus padres, era un completo desastre.

Pasaban días y noches el sólo sentía soledad, no había alcohol, juego, mujer o drogas que llenaran esa vida vacía. Sus acciones pedían a gritos familia, amor.