¡Mis amigos de siempre! como tanto lo venia anhelado, lo logre; cascadas y agua cristalina, pude disfrutar y conocer de este lugar encantado del que tanto había escuchado mencionar, en uno de mis días en las costas nuestro amigo residente de Caruao decidió ser nuestro guía en esta aventura.

¿Destino o casualidad? Miren donde termine

Hay lugares que te enamoran, te hechizan y te marcan, lugares que no desean ser olvidados, aquellos que contienen un mar lleno de experiencias e inolvidables cargas de emociones . Dicen que nuestros pasos están cubiertos de decisiones, la incertidumbre y la certeza en huellas plasmadas, una manifestación del alma, de la existencia, del ser. Mis pasos son curiosos, debo admitirlo, quieren saberlo todo, quiere sentirse vivos mientras transitan por la experiencia del ahora.

Soñando me la paso, visualizando todo lo que tanto deseo, dejo mi mente en silencio, mientras se acercan aquellas imágenes que planeo hacer realidad: las vivo, las siento, las creo; en ocasiones recuerdo a las grandes mentes brillantes, los exponentes y filósofos que nos hacen despertar del mundo banal y físico en el que nos encontramos, del que por supuesto somos parte, asi que pienso con más ansias de explorar, al fin y al cabo, venimos a esta tierra a descubrir nuestros más grandes propósitos.

Es así como día a día voy encontrando mil maneras para mantener mis altas vibraciones, en lugares mágicos, en experiencias enriquecedoras, con personas que llegan a sorprenderme y a dejarme las más grandes y bonitas lecciones.

Vamos a las dos puertas del río

Como siempre, una aventura que sin planificar toma su propio rumbo, solo que en esta ocasión uno de nuestros amigos residentes del pueblo nos guió, hasta encontrar aquel maravilloso lugar del que no me puedo olvidar nunca más. Amo la naturaleza, ya lo habrán notado en mi blog, es un amor incontrolable lo que siento al sumergirme en su divinidad y su extrañeza, en su infinitud y sus tan abundantes energías.

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Así fue como llegamos a este hermoso lugar boscoso y de aguas cristalinas, todos nos veíamos las caras con expresiones de asombro, encantados, sorprendidos y encontrados con la naturaleza. No habían palabras que describieran con facilidad este lugar, por ello, no me detuve hasta fotografiarlo todo, no paraba de observar, pues la verdad detallarlo todo es parte de mi proceso creativo, es vivir el habito del contemplar, pudiendo ser plenamente receptiva con mi entorno.

Hemos podido compartir con los residentes de esta zona costera, quienes nos cuentan acerca de su realidad; por lo general quienes residen aquí llevan una vida tranquila, viven de la siembra y la pesca, el trabajo en equipo es realmente sorprendente, se unen personas de todas las edades y géneros, a jalar la maya que lanzan al mar, logrando el objetivo, conseguir alimento.

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Pesca en las costas. Un trabajo en equipo

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“Lo conmovedor o irónico de dejar atrás la juventud está implícito en cada uno de los momentos gozosos al viajar: uno sabe que la primera alegría jamás será recobrada, y el viajero sabio aprende a no repetir sus éxitos sino a ir tras nuevos lugares todo el tiempo”. – Paul Fussell

Cuando estoy en aquel lugar, solo imagino como corre una lluvia dorada encima de mi, como con los brazos abiertos y la respiración meditada recibo toda aquella energía maravillosa que el universo tiene para mí. Es indescriptible la enigmática conexión que tengo con el aire, el agua, la tierra, la muestra más majestuosa de que el universo es una fuerza infinita. A todas estas, siempre que estoy empapada de amor y altas energías con la naturaleza, me adentro a mis recuerdos de la infancia, a mi pasado, a mis experiencias, y fácilmente logro saborear y recordar aquel helado favorito que comía a los 10 años, o el esplendoroso perfume que usaba mi tío en las reuniones familiares de hace unos 15 años, pues vaya que la vida no pasa, ¡sino que vuela! me sorprendo, y no dejo de hacerlo.

Es por esta razón que deseo recorrer pedacito por pedacito el mundo, quiero vivir, quiero sentir, quiero observar, contemplar, quiero gritar, continuar sintiendo esta adrenalina del vivir. Nacer en Venezuela es una de las cosas más maravillosas que me ha pasado, parte de mi propósito, lo comprendo, es un país hermoso, que continua sorprendiéndome cada vez más, con su inmensidad de belleza.

¡Gracias a ti!