¿De dónde vengo
a este ritual
de ceremonias consagradas
esparcidas sobre las horas
con sus agujas fugaces?
¿A dónde voy con este bulto
de memoria y esperanzas?
¿A qué franja del misterio me aproximo
entre aquellas dos orillas
donde la nave del corazón se quema?
¿Quién mojará mi blusa con sus lágrimas
ardiendo de pasión?
¿Por cuáles caminos dejaré mi piel en suma
sobre las piedras calcinadas?
¿Qué traje olvidaré en qué trono
cuando me vaya en alas del viento
convertido en polvo de cenizas?

Si llego a tener alguno
¿Cuál será mi nuevo nombre?
¿Cuál será mi nuevo rostro?
¿Dónde hallaré la profecía
que contenga mi próximo destino?
¿Quién recordará este dolor
y proferirá algún día
en mi lecho una sonrisa?
¿Con cuántos hilos
confeccionaré mi luz?
¿Con cuáles piedras
de piedad u orfebrería?
¿Qué ángel eterno
con sus nuevas alas
me dará su alimento?
¿Fluyo? ¿En qué sagrario? ¿En qué río?
¿Bajo cuáles espíritus astrales?
¿Ante quién en el altar
tendré que sostener la mirada?
¿Quién llegará ante quién
con sus labios apenas abiertos
(aportando solo un por qué)
aportando homenajes de la nada?