La Guerra

Aparte del hombre, no conocemos en la naturaleza ningún otro caso de seres altamente organizados que hagan guerra dentro de su misma especie. A través de la historia el hombre las ha provocado con justificación o sin ella, siempre ha estallado algún conflicto en alguna parte de nuestro mundo. Imponerse a la fuerza es la idea; el hombre con su apetito insaciable siempre la ha buscado intentando minar el régimen político y el ejército de su adversario, hasta su total destrucción y capitulación. Ser el ganador sin importar mucho las consecuencias.

Todo es la manipulación de un estado o país para invadir a otro con la justificación perversa de que eran países que representaban un peligro inminente para la nación invasora.

Ser el ganador significa apoderarse de las riquezas del país derrotado e imponer incondicionales reglas, siempre ha sido así, pero en realidad la guerra significa mandar a miles de jóvenes bajo el precepto de serles útiles a la patria, ser leales a la nación y de que no hay algo más noble que dar la vida por esa bella causa de defender a su país y a su soberanía.

Creo que todo país debe defenderse de los ataques de otra nación esto es indudable, pero cuando esto se traduce a un simbolismo y juego de palabras y de no ver con claridad el efecto y sus consecuencias. Enviar a miles de combatientes es enviarlos al sufrimiento, a una muerte casi segura, mandarlos a la guerra es robarles el alma para enviarlos al sufrimiento porque yo creo que toda guerra es una amalgama de sangre, sudor, barro, mierda, lágrimas y llanto, de esto estoy convencido. Mandar a la guerra es no tener vergüenza cuando no hay verdaderamente justificación. Acuérdense que la vergüenza engrandece al hombre y hay que tenerla y saber que el mundo está sujeto a las manipulaciones de las potencias y ellas mueven a su antojo los hilos de todo lo demás paises como simples marionetas.