Jugando con él.

Después de tantos días sin vernos, lo que mas deseaba era jugar con él. Salgo en el horario del almuerzo a una tienda Sex Shop. La amable vendedora me asesoró para comprar algunos artículos.
Salí sonriente pensando, no te imaginas lo que te tengo preparado. Al llegar a la oficina, te escribo un mensaje:

—¿Nos vemos en el mismo sitio, a la misma hora?

Levantas la mirada y me respondes con un si.

Al llegar al hotel subo a la habitación, preparo el ambiente, en el mesón coloco las velas aromáticas, el aceite, el antifaz y una corbata, me desnudo completamente, me coloco unas medias y los zapatos de tacones que tanto te gustan.
Tocas la puerta, salgo rápidamente a recibirte y te doy un beso. Dejas tu bolso en el piso, mientras te sirvo una copa de champaña que tenia guardada para el momento, me miras confundido, me siento en tus piernas y comienzo a besar muchas veces tu barba. Terminas de tomar la copa, te quitas la camisa y te susurro al oído:

—¿Quieres jugar?

Tratas de abrazarme, pero me levanto rápidamente, me coloco frente de ti comenzando a bailar al compás de la música de fondo, te pido que cierres los ojos, los cubro con una venda negra, me tomas de las manos, no te dejas, pero con un tierno beso que te doy terminas aceptando.

Te guío para que te acuestes y termino de desnudarte, me siento encima de ti, tomo tus manos y las guío para que agarres mis senos, los aprietas, los acaricias, no sabes que hacer, tomo tus manos rápidamente y le coloco unas esposas, intentas quitártelas y me dices:

— no me gusta no puedo tocarte.

— ¡este es el juego! Le contesté.

Busco la corbata y con ella te ato los pies. Estas bajo mi control, busco el aceite, me lo froto en las manos y comienzo a masajear tu pecho visualizando cada uno de tus tatuajes, cubro tu cuerpo completamente con aceite.
Dejo de masajearte. Me alejo de ti por unos minutos sin hacer ruido, quedas a la expectativa, tiemblas al sentir en tu pierna las gotas de una vela derritiéndose, te retuerces en la cama y me dices:

--No me gusta este juego…

No te hago caso, me levanto y busco una fresa, la saboreo, la muerdo, la coloco cerca de tu nariz, para que percibas su olor, buscas con la lengua comértela. Pides otra y rápidamente te doy el pedazo que tengo en mi boca, ambos lo saboreamos, pero finalmente te comes el pedazo de fresa y nuestras lenguas se enredan en un beso desesperado.

Donde anteriormente te había cubierto con aceite, comienzo a deslizar hielo remarcando los tatuajes, te retuerces, pero el peso de mi cuerpo no te permite moverte, luchas por quitarte las esposas, pero es imposible. Te desesperas, y me gritas que te suelte, sonrío, porque te quiero verte así por un buen rato.
Tomo tu pene erecto, juego con el, comienzo a rozarlo con mis labios vaginales, suspiras, te quedas tranquilo, te gusta lo que hago. Me siento encima de ti, sintiendo tu penetración, comienzo a mover mis caderas, susurras que siga, me insultas, pero aun sigo teniendo el control.

Te quito la venda de los ojos, miras como mis senos se mueven a mis movimientos. Gimes, me dices que te gusta, que siga, igualmente yo disfruto del momento, busco es mi placer, quiero sentir mi orgasmo, quiero saciar mi cuerpo con el tuyo.
Al sentir mi placer, caigo rendida a tu cuerpo descansando sobre tu pecho, mi respiración es acelerada, mi sudor y el aceite que tiene tu piel se unen, me abrazas fuertemente girándote encima de mi y me dices:

--Ahora me toca jugar a mi.