Embriagado de su cuerpo

Me encuentro en la barra de aquel bar, era la segunda cerveza, el día de trabajo fue agotador. Tres conferencias y una discusión personal en mi propio lugar de trabajo. Mi esposa con sus quejas y lamentaciones me tienen al borde, ya no es tierna conmigo, solo son discusiones cada vez que me ve, ya no quiero llegar a casa, su comportamiento hace que me aleje poco a poco de ella. Esta noche quiero olvidarme de todo lo que sucedió.

No se porque entre a este bar, no estoy acostumbrado a estos sitios, pero como queda cerca del trabajo decidí hacerlo, quiero embriagarme, tengo motivos. Quiero despejar mi mente. Quiero vivir una noche distinta. Si tuviera sexo con esa mujer nuevamente seria lo mejor que me puede pasar en este momento, creo que aliviaría la crisis existencial que tengo en estos momentos. Con ella tuve sexo salvaje, luego se transforma en la mujer mas tierna, y al día siguiente en el trabajo me ignora como sino me conociera, creo que eso me marco la diferencia, no lo puedo explicar.

En este bar la música te incita a que sigas tomando, en el ambiente se respira a puro olor a cigarrillo, no quiero tener sexo con una desconocida, la quiero a ella, ¿Donde estará?.

Alguien me invita una cerveza, y al mirar allí estaba en una mesa con otras personas, sentí una emoción en ese momento, levante la cerveza en señal de agradecimiento.
Pasaron dos horas, no lo se, ya estaba completamente ebrio, y ella estaba conversando con un hombre, decidí buscarla con los ojos y los de ellas miraron los míos fijamente, no me dio ninguna señal, molesto, cancele la cuenta y decidí marcharme.

Al salir tome un taxi, al montarme ella se monta y se sienta a mi lado y le dice al chófer:

--Por favor al hotel 2001.

Me susurró en el oído:

--¿Pensaste que esta noche te escaparías de mi? Mientras con su mano me acariciaba el pene que rápidamente reaccionó a sus caricias.

Al llegar al hotel ella hizo la reservación, yo estaba completamente mareado, me guío hasta la habitación. Cerró la puerta y comencé a sentir sus besos recorriendo cada parte de mi cuerpo mientras me desnudaba, me sentía indefenso ante ella, su lengua la enroscaba con la mía, su aliento y el mío se unieron una vez mas. Me sentía perdido, pero perdido en una manera deliciosa, era una combinación de alcohol, caricias y sexo.

Ella guiaba mis dedos a su sexo, se encontraba completamente húmeda, me empujo a la cama y observe como poco a poco se desnudaba, sus dedos los humedecía con su boca y se lo pasaba por sus pezones, sus pechos eran acariciados por sus manos invitándome a que sean acariciados por las mías. No resistí, la tome por los brazos la acosté en la cama y la penetre fuertemente, queria tener el poder de su cuerpo, trataba de inmovilizarla, con cada penetración, una, tres, cinco, diez, ella gemia de placer, mordía mi cuello, arañaba fuertemente mi espalda, se arqueaba completamente, nos deleitamos del orgasmo que tuvimos, la llene de mis fluidos en sus senos, en su vientre, ella con su cara de traviesa jugaba con mis fluidos y los saboreaba. Mis labios quedaron hinchados de tanto besar, de tantos mordiscos, ella quedo recostada en mi pecho y yo quede completamente dormido.

Al día siguiente al despertar, había una nota al lado de la almohada con la marca de su lápiz labial que decía:

“Para la próxima vez no te dejaré tomar, no te disfrute como quería, no termine de saciarme de ti…Besos”.