Viaje erótico. El sistema. Capitulo 3

A la mañana siguiente un calor reconfortante me envolvía, afuera la nieve se amontonaba cerca de las puertas de las edificaciones aledañas, un grupo de sujetos la paleaban de la entrada del hotel, a lado mío la chica rubia del día anterior me sonreía, vestida tan solo del carmín en sus labios, de pronto la ventana se hizo un poco mas ancha como si se tratara de una imagen que se distorsiona, espera !nieve!, pero si ayer hacía mucho calor, que está pasando, me pregunté, en eso abrí de nuevo los ojos, al parecer había estado soñando..

Me levanté todavía un poco dolorido de los huesos, como cuando uno duerme varios días después de un duro entrenamiento, me asomé por la ventana, el calor ya empezaba a marchitar las plantas desde esa hora de la mañana, el sistema automático de riego de los jardines parecía que se acababa de activar y formaba pequeños arcoíris por todas partes, decidí dormir un poco mas antes de desayunar, regrese a la cama para descubrir que debajo de la sábana blanca estaba la chica rubia del día anterior, bueno afortunadamente no todo fue un sueño me dije, ella todavía estaba dormida y no quise despertarla por lo que decidí tomar una ducha, apenas comenzaba a correr el agua caliente, cuando ella entro al cuarto de baño, después de besarla largamente y de tocar cada parte de su cuerpo, lave la parte alta de su espalda, ahí don de no alcanzaban sus manos, para mirar como lentamente bajaba el jabón por sus curvas traseras, la tomé de la cintura mientras ella frotaba su cuerpo contra el mío, la hice mía tal y como me lo iba imaginando y luego le di la vuelta para tomarla de frente, me perdía en sus profundos y hermosos ojos, mientras ella me abrazaba fuertemente, estaba a punto de terminar el intercurso, cuando decidí posponer el clímax un poco mas, me pareció que tenía control completo sobre mi cuerpo, ese fue una ducha realmente larga.

Al salir del cuarto de baño ella me esperaba desnuda sobre la cama, la tomé nuevamente por la parte posterior, y luego ella se puso sobre mi, pero mirando hacia mis pies, lo que me permitía ver sus blancas nalgas, después de un rato, me fui sobre ella y disfruté del mas grandioso climax que recuerde, ella me miró fijamente y me sujeto por los hombros y me dijo: -sosténlo- yo lo sostuve por alrededor de quince minutos, parecía como si respirara oxigeno líquido al mismo tiempo que las imágenes fluían por mi mente, un bienestar general tocaba cada parte de mi cuerpo, sentía como la sangre pasaba por mi cerebro, de pronto empecé a convulsionar, pero la sensación era placentera, entre mas me agitaba mas placer sentía…

Desperté varias horas mas tarde, ella estaba terminando de vestirse, sobre la mesa que estaba a lado de la cama estaba el desayuno..

Al mirar por la ventana, todo parecía estar en calma, pero a unos cuantos metros se encontraba una pequeña ladera que antes no estaba, fue cuando me di cuenta de que estábamos en otro lado, ella me miró y me dijo: creo que te debo una explicación.