Concurso Cervantes: 1ª Entrega "El Viaje Final"
El calor es increíblemente insoportable, sólo alcanzo a vislumbrar lo que parecen ser dunas, aunque también puedo escuchar el sonido del agua a lo lejos, como una cascada que al caer a un océano infinito produce apenas unas pequeñas olas.
Por la mañana salí de casa, no recuerdo la hora, pero estoy seguro que fue por la mañana, la calle todavía estaba húmeda por la brisa nocturna, me sentía solo y con el monstruo interior que me pedía que lo intentara nuevamente.
Tan pronto entre me dirigí directamente a la barra, pedí lo usual y me tomé la bebida de un solo trago.
El monstruo se había calmado sólo un poco. Pedí otra ronda al cantinero.
El tiempo empezó a correr nuevamente, mi mente se libero solo un poco de sus ataduras y por fin alcance a ver entre la penumbra reinante a la chica que se retorcía frenéticamente sobre la pista de baile principal mientras otras cuatro chicas le hacían compañía sobre las mesas secundarias e intentaban entretener a los pocos clientes, que como yo, habíamos llegado al establecimiento tan temprano o a los que todavía seguían su noche de juerga.
En una esquina se encontraba Kört, un traficante de poca monta que era el dealer de la mayoría de los adictos del local, le hacía compañía una de las chicas nuevas, yo no sabía siquiera el nombre de la chica, quizá acababa de llegar la noche anterior.
Me acerque ansioso a la mesa –Hey Kört, ¿como va?— le dije mientras buscaba mi transfer.
—Tranquilo— me dijo mientras acariciaba a la chica, que por lo visto estaba bastante drogada. —Ya sabes que a estas horas la mayoría todavía está en pleno viaje o buscando a quien robar un transfer ¿ya encontraste a alguien?— escupió socarronamente.
—Necesito una dosis más.
—Como todos. Pero parece ser que ya no es suficiente para ti. Te ofrezco el viaje de tú vida.
Y como el diablo que busca almas perdidas y desesperadas, el buen hombre sacó de entre sus ropas un licor color rojo sangre.
—Este, amigo mío, es el pase a la eternidad. Sólo necesito que dejes tu transfer sobre la mesa y será tuyo.
Llegue a casa tan rápido como pude. Ya era bien entrada la noche cuando me decidí a tomarme aquella pócima. Me metí en la bañera y tomé el pequeño frasco rojo que me dio Kört, del buro tomé una jeringa y me inyecte aquella sustancia.
No sé cuánto tiempo a pasado, solo se que el tiempo dejó de correr nuevamente. Apenas vislumbró la pared que ya se a transformado en un mar de dunas de arena, la bañera en un mar infinito y mi mano una deformidad irreconocible. La carne me quema como si estuviera sobre la superficie del mismo infierno y la habitación empieza a derretirse.
Sé que estoy cerca de la eternidad, por que de este viaje no regresaré nunca.
Concurso patrocinado por el witness @cervantes. No te olvides de votarlo en la siguiente página: http://www.steemit.com/~witnesses
Mi nombre es Roberto. Mexicano adicto a la tecnología, a los libros, la cerveza y últimamente al deporte.
Sígueme en mi aventura en Steemit, Twitter, Facebook e Instagram.