Héctor había cerrado un negocio fantástico, que le permitió hacer su viaje soñado, junto con sus amigos Jorge y Raúl, tomarían un crucero por las costas de África. Héctor divorciado desde hacía más de dos años, pensó que en este viaje podría conocer mujeres y pasarla bien, después de todo él, era un hombre guapo y fuerte, y aún le quedaban muchos años por delante.

Cuando Héctor y sus amigos llegaron al barco, decidieron recorrer todas sus instalaciones, cerca de las 10pm se dirigieron al bar, para tomarse unos tragos y ver el espectáculo que se presentaría esa noche. Todos estaban animados viendo a la pareja de cantantes que atendía gustoso las peticiones del público. Héctor no podía dejar de ver a la bella mesonera, que atendía las mesas al otro lado del bar; sus amigos le sugirieron que se acercara a la barra del bar con la excusa de pedir unos tragos, cuando ella estuviese atendiendo la barra.

Héctor espero el momento oportuno cuando se acercó la mesera, para atender la barra. Héctor con una sonrisa en los labios, se presentó y le preguntó su nombre, ella muy coqueta y no indiferente a los avances de Héctor, le dijo que se llamaba Alicia, todo iba muy bien hasta que algo llamó la atención de todos.

Héctor escuchó un fuerte ruido, procedente de las tuberías que se encontraban detrás del bar, esas tuberías explotaron liberando una gran cantidad de agua inundando rápidamente todo el salón. Alicia que se encontraba sirviendo unas copas quedó completamente paralizada del susto, no entendía lo que estaba pasando.

Héctor le dijo a la chica que se alejara de la barra de inmediato, que había cables eléctricos y podía producirse un corto circuito. Las pocas personas que se encontraban en el bar, se reunieron para tratar de averiguar lo que estaba pasando.

Jorge y Raúl se levantaron de la mesa, y se acercaron al grupo que rápidamente se formó en el salón del bar. Alicia tomó el teléfono interno que estaba en el pasillo y trató de comunicarse con el puente de mando del barco, pero nadie contestaba; eso no debía pasar alguien siempre estaba de guardia para atender cualquier emergencia.

Fuente de la Imagen

Mientras tanto en el cuarto de maquinas del barco, la explosión de unas de las maquinas había causado un agujero en el casco del barco, y el agua entraba rápidamente a la sala, causando en pocos minutos una gran inundación. El agua entró por las tuberías del desagüé, enviando estas aguas a todos los compartimientos y camarotes.

Los ingenieros de la sala de máquinas, y mecánicos rápidamente desalojaron las áreas y las abandonaron, incumpliendo todos los manuales y normas de seguridad. Paúl el ingeniero a cargo corrió al camarote de capitán y le informó lo sucedido, el barco estaba haciendo aguas y no había mucho tiempo antes que se hundiera.

El capitán dio la orden de abandonar el barco, y emitió un llamado de ayuda a las autoridades, y barcos cercanos. Junto con su tripulación comenzaron a abandonar el barco, sin importarle la seguridad de los pasajeros que estaban a su cargo, ni sus vidas.

Alicia miró asustada a Héctor y le informó que nadie contestaba el teléfono en el puente de mando. Héctor decidió que, con sus amigos, saldrían averiguar lo que estaba pasando, pero que por seguridad todos debían subir a la cubierta del barco. Marcos y Sara conocían muy bien el barco, porque desde hacía 2 años trabajaban entreteniendo al público en el bar, y se ofrecieron ayudar a los otros pasajeros para llevarlos a la cubierta del barco, donde se encontraban los botes salvavidas.

Fuente de la Imagen

Héctor y sus amigos de jóvenes sirvieron en la marina, y esa experiencia los ayudaría a evacuar y salvar a cuantos pudieran. Así durante la siguiente media hora tanto Héctor, Alicia, Jorge y Raúl, pasaban por los pasillos de los camarotes despertando y alertando a la gente de lo que estaba pasando para que subieran a la cubierta donde se encontraban los botes y abandonaran el barco.

Finalmente, cuando ya habían pasado por todos los pasillos, y evacuados a todos, Héctor y los demás se subieron al bote salvavidas. El barco se estaba inclinando peligrosamente a estribor y podría hundirse en cualquier momento.

Una vez en el bote salvavidas Alicia abrazo fuertemente a Héctor, y lloró en sus brazos, al fin pudo liberar el miedo, y stress que sentía desde que el barco empezó a hundirse. Héctor le secó las lágrimas, y le dijo que todo saldría bien, colocó las manos en la mejilla de Alicia, la acercó a él y la beso.

Una media hora después llegaron los helicópteros de la Fuerza Aérea y de la Marian de Sudáfrica, al igual que las embarcaciones cercanas que escucharon el S.O.S emitido por el barco. Todos los botes salvavidas fueron rescatados, y nadie murió a pesar de la negligencia de la tripulación y su capitán. El rescate de los botes y de todos los pasajeros se convirtió en la mayor y exitosa historia de rescate en las costas de Sudáfrica.

Las autoridades al interrogar a los pasajeros se enteraron de la hazaña heroicas de Hector, Alicia, Jorge, Raúl, Marcos y Sara fueron condecorados con la orden más alta dada a unos civiles por el gobierno.

El capitán, su tripulación y la compañía dueña del barco, fueron acusados por las autoridades de negligencia y poner en peligro vidas humanas. En el juicio los pasajeros declararon lo que vivieron en esas terribles horas. El veredicto del juicio condenó al capitán, su tripulación, a los directivos y dueños de la compañía con cárcel y multas millonarias.

Héctor y Alicia siguieron viéndose luego de los sucesos del barco, y un año después se casaron, fungieron como padrinos del novio sus amigos Jorge y Raúl. Marcos y Sara, animaron la boda, y muchos de los invitados eran los pasajeros que ellos ayudaron a salvar del hundimiento del barco, que luego de los sucesos se convirtieron en sus amigos.