La Venganza. Relato

Andrew Norton, nació en Escocia hace 28 años, en el año 1800. Vivió en la granja de su familia, hasta que la maldición por la que fueron condenados, todos los hijos varones de los Norton se cumpliera; eso pasaba al cumplir 14 años de edad.

Hace 200 años, unos gitanos llegaron a las tierras de Escocia, para traer sus espectáculos de magia y malabarismo. Durante 2 semanas divirtieron al pueblo, pero una noche el alcalde del pueblo y su alguacil, les exigieron a los gitanos que, debían entregar sus ganancias, como pago de los impuestos, por permitirles quedarse en el pueblo sin ser molestados.

El jefe del Clan, Josef trató de razonar con el alcalde, pero fue inútil. El alcalde ordenó arrestar a Josef, hasta que entregara todo el dinero que había ganado el clan.

Cuando el clan se dio cuenta del arrestó de su jefe, todos se dirigieron a la cárcel del pueblo, para exigir que liberaran a Josef. El alcalde Norton, se asustó al ver como el grupo de hombres y mujeres del clan gitano, blandía sus armas, en aptitud amenazante.

El alcalde Norton, ordenó a su alguacil armar a los hombres del pueblo, para defender la cárcel. Todo pasó muy rápido, nadie supo quien empezó la pelea, ni quien comenzó a disparar, pero cuando todo terminó, la mayoría de los gitanos, entre mujeres y hombres había muerto en la trifulca. Al ver como todo se salió de control, el alcalde decidió no dejar testigos, y mandó a sus hombres a matar a los gitanos que quedaban en el campamento.

Al llegar al campamento gitano, solo había mujeres, ancianos y niños. El alguacil y sus hombres no les importó que fueran personas indefensas, los mató a todos y quemó el campamento.

Cuando el alguacil regresó al pueblo, le informó al alcalde que, todos los gitanos estaban muertos, y que nadie jamás sabría lo que en realidad pasó. Para el mundo los gitanos los atacaron y ellos solo se defendieron.

Luego del atroz crimen, el alcalde pensó que todo sería olvidado, pero hubo una sobreviviente, una mujer de nombre Clarisa, era la vidente del clan. Ella había salido del campamento, para otro pueblo, al que habían ido antes, para atender un parto.

Cuando Clarisa llegó, el fuego del campamento gitano, se estaba extinguiendo. Corrió para ver si quedaba algún sobreviviente, pero lo que encontró la horrorizaría por el resto de su vida, sus hijos quemados en su cuna abrazados. Su esposo muerto, y toda su familia masacrada.

Ella se desmayó de dolor, y al despertar comenzó a enterrar a sus seres queridos. Pensó que estaba sola hasta que vio a un chico del poblado mirándola desde los arbustos. El chico al percatarse que lo habían descubierto, hecho a correr por el bosque. Clarisa lo persiguió hasta alcanzarlo, y le imploró que le dijera que había pasado en el campamento.

El chico la miró y le contó todo, Clarisa luego de oír al chico, juró vengarse del alcalde, el alguacil y sus hombres. Ellos pagarían con su sangre lo que le hicieron al clan. Clarisa se marchó del pueblo ese día, y le hizo prometer al chico que nunca le diría a nadie que la había visto y que quedaba un miembro del clan vivó.

Así pasaron los años, para ser exactos 10 años. El alcalde y sus hombres pensaron que estaban libres de sus crímenes, hasta que un día una gitana apareció en el pueblo.

Se hizo llamar Ana Romanov, llegó para presentar un espectáculo de adivinación y magia. Nadie la reconoció, ella aprovecho su anonimato para ganarse la confianza de sus víctimas. Uno por uno, fueron muriendo los hombres involucrados en la masacre de los gitanos, sus muertes fueron crueles y violentas. El pueblo estaba asustado, aterrorizado, por el animal salvaje que estaba atacando a sus ciudadanos más destacados.

Pensaron que era un Oso por las garras o un Lobo, pero un animal salvaje tan cerca del pueblo era difícil de pensar. En el pueblo se armó un grupo de hombres que saldrían a cazar al animal que estaba atacando a los hombres. Durante días los cazadores vieron que eran infructuosas sus acciones por atrapar al animal, las huellas desaparecían de la nada.

Los ataques continuaron, muchos en el pueblo al oscurecer se encerraban en sus casas por temor al ser atacados. Un día el alcalde desesperado y asustado hizo llamar la adivina Ana, para que le leyera las cartas, y le dijera si podía localizar a la bestia que estaba atacando y aterrorizando al pueblo.

Cuando Ana llegó para reunirse con el alcalde Norton, le pidió que debían estar a solas, para obtener una mejor lectura de las cartas. Una vez en la oficina del alcalde, Ana comenzó la lectura del tarot.

Ana les dijo: “La bestia que busca vive en su casa, y con su familia. Usted despertó los peores demonios de la tierra, cometió un crimen atroz, a matar a inocentes. Ahora la justicia divina invoca, como pago la sangre de sus hijos, y de los hijos de sus hijos. Deambularán por la tierra como animales en la noche y de día como hombres, verán las atrocidades de sus crímenes, su castigo será sufrir en la tierra, deseando la muerte…”.

El alcalde se levantó de su silla espantado, exigiendo que le dijera de que estaba hablando, él no había cometido crimen alguno. Ana le dijo: “Soy Clarisa, usted y sus hombres mataron a mi familia, y mi clan. Durante años planifique el castigo perfecto para sus atrocidades, recorrí el mundo, para encontrar la magia oscura, que le haría pagar por generaciones sus delitos. La bestia que busca es su hijo, el animal que caza, ese Lobo que ha matado, para saciar su sed de sangre, es su amado hijo Jonas”.

El alcalde no creía lo que decía Clarisa, le llamó bruja. Clarisa con una sonrisa de satisfacción en sus labios sentenció: “Te maldijo por el resto de tus días a sufrir y morir en vida, tus hijos y los hijos de tus hijos, jamás encontraran paz...”. Luego se marchó del pueblo.

El alcalde cayó en su silla exhausto, y asustado. Días después comprobó que lo que le dijo Clarisa era cierto, como el hombre cobarde que era, no se atrevió a contar la verdad. Las muertes siguieron en el pueblo, durante algún tiempo, hasta que el Lobo fue asesinado, por lo cazadores. Al disparar de muerte al Lobo huyó al bosque, cuando siguieron el rastro de sangre, lo que encontraron fue el cuerpo de Jonas desnudo, muerto. Pensaron que Jonas, había sido otra víctima más del Lobo. Solo el alcalde sabía la verdad.

Unas semanas después el alcalde Norton fue encontrado muerto en su oficina.

Han pasado 200 años, y lo que queda de la familia Norton, es la vieja granja, al cuidado de las mujeres Norton. Los hombres Norton, solo se los veían en el día, durante la noche en las cercanías del bosque, se han visto a tres Lobos, cazando venados. Pero estos Lobos ya no se acercan al pueblo, ni atacan a sus pobladores, saben que si se acercan serán cazados y aniquilados.

Andrew Norton es la generación más joven, en cada generación, la línea que divide al hombre Lobo salvaje, del humano es más tenue. Andrew aprendió a controlar sus impulsos animales de atacar al humano. Pero al igual que su padre y abuelo, jamás tendrá una vida normal.

Andrew no aspira esposa, no quiere hijos para condenarlos a la vida de animal salvaje que lleva, el mundo cambia rápidamente y cada día la civilización acaba con los bosques, pronto no habrá donde esconderse, y el mundo al saber el monstruo que es Andrew lo matará. Andrew lo sabe, y se prepara para ese día….