UN SÁBADO POR LA NOCHE
Era un sábado por la noche, como cualquier otra, ya me encontraba muy cansado, había pasado todo el día con mis amigos jugando a los videojuegos, montando skate y horas después nos fuimos de fiesta a la disco. Ya era hora de regresar a mi casa. Por lo general, suelo tener esa rutina cada fin de semana, así que el camino no se me hacía desconocido o aterrador: era de noche, oscuro y solo, pero total nadie se fijaba en mí, no destacaba.
Me encontraba armado, en un bolsillo de mi chaqueta, guardaba un gran cuchillo, siempre me ha gustado andar protegido y prevenido, mis amigos dicen que soy fuerte y rápido, así que estaba preparado para cualquier situación. No obstante, mientras continuaba caminando, algo llamó mi atención, una persona estaba en un contenedor de basura rebuscando, en ese momento esa persona giró la cabeza hacia mí y les puedo jurar que sentí como los huesos de su cuello crujían, como si estuvieran siendo triturados.
Desvié mi mirada disimuladamente y seguí mi camino, he visto muchas cosas raras, como los adictos de mi ciudad son muy similares, pensé. Logro ver mi casa a lo lejos y me acerqué feliz y tranquilo, hoy estaría solo en casa, mi madre por lo general siempre se la pasa ocupada en la oficina y últimamente no pasaba tiempo conmigo.
Ya me encuentro en mi habitación, muy cómodo, me tiendo en mi cama y cierro los ojos, solo deseo descansar, la sensación de adormilamiento me domina, mis extremidades se relajan y mi mente se queda en blanco. Sin embargo, algo me trae a la realidad, vuelvo a estar despierto, mi sueño se ha ido.
¿Qué podría haberme despertado?, me acuesto nuevamente pero un presentimiento y un sonido particular me mantiene en vela, un crujir que se oye a lo lejos y muy levemente, ¿serán los gatos?, malditos animales siempre molestando y no dejan descansar.
El crujir no se detiene y se sincroniza con los movimientos de mi cuerpo, lo puedo oír ahora más cerca demasiado cerca. En seguida tomo mi cuchillo, para defenderme de cualquier cosa, no sea que en mi pasillo me encuentre con una sorpresa. Mi corazón empezó a bombear muy fuerte y aceleradamente, la adrenalina estaba al máximo, sentía que había alguien en mi casa y yo no dudaría en defenderme si veía la necesidad.
Algo en mi mente me dice. -“Estás en peligro”- me gritaba cada particula de mi ser. Mi cuerpo se paralizó, me sentía helado, ¿qué hago? ¿Qué hago?, una sombra se podría ver aproximándose por la rendija de debajo de mi puerta, definitivamente tiene que ser una persona. La puerta se comenzó abrir lentamente, un hombre entró, traía consigo una capucha larga y con él llevaba una gran hacha.
No sabía quién era, sus ojos estaban escondidos detrás de esa capucha y su boca estaba tapada con algo que no lograba identificar. –Shhh- se vino en sima el individuo, y mientras más se movía más podía oír el horrible crujido, como de huesos rompiéndose. No, no era un ser humano lo que tenía en frente de mi, era algo más esto lo he visto antes, el adicto que estaba rebuscando en la basura. Siento que voy a morir, lo sé, tengo miedo, el monstruo me toma por el cuello y me alza por los aires, el miedo hace que suelte mi cuchillo, no puedo respirar. -Eres, paty- el hacha ronronea en el aire y todo se torna negro y oscuro.