EL SUEÑO DE MUERTE

Hola amigos aquí les traigo este relato de un sueño que tuve.

Era una noche común, como muchas que he tenido. No recuerdo exactamente lo que hacía, quizá revisaba el Facebook, Steemit o veía una película con mi esposa. Sólo sé que alrededor de las 9.50PM me sentí muy cansado y decidí acostarme a dormir, sumergirme en los sueños hasta el día siguiente para seguir mi rutina, trabajar, llegar a casa, otra vez compartir con mi familia, y distraerme un poco. Mi cama es bastante cómoda, así que no me costó mucho caer rendido en brazos de Morfeo como una piedra.

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Un par de horas después, si es que se puede hablar de horas cuando uno se encuentra en el subconsciente, de pronto estoy durmiendo en casa de mis padres, en mi viejo cuarto. No podía levantarme, no podía hablar, solo veía a mi alrededor la oscuridad que se cernía sobre mí, la cual poco después se despejó un tanto debido a la fuerza del viento que levantó el techo como si estuviera hecho de papel.

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Era una tormenta, un huracán, mejor dicho, y de alguna manera podía intuir que se trataba de uno muy poderoso, quizá de aquella categoría que todo el mundo suele anunciar cuando la catástrofe es mayor de la esperada, la sexta. Había una luz sobremanera incandescente allá afuera, la cual infundía en mí un terror inenarrable. Mi cuerpo fue presionado por la presión, aquella presión desesperante que anunciaba mi muerte. Sí, podía darme cuenta de ello, iba a fenecer, sería llevado lejos.

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Alguien caminó cerca del cuarto, no supe si mi padre o mi madre. Intenté hacer de todo, pero sólo emití un pequeño ruido, unos gemidos. El dolor fue insoportable, invadió mi cuerpo de tal manera que incluso pude darme cuenta de que también gemía en el mundo real, allá afuera, donde se hallaba mi verdadero cuerpo. ¡Que alguien me despierte!, pensaba. Pero nadie venía a ayudarme, estaba solo, abandonado en esa maldita pesadilla, o quizá ese sueño de muerte. Mis gemidos continuaron, no me rendía.

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Al rato mi esposa embarazada me despertó; se había asustado bastante, lo cual me preocupó luego pues no quería que hubiese alguna perturbación durante esos importantísimos nueve meses. Tras despertarme, me dio la impresión de que me arrancaban el alma, un dolor agudo en alguna parte provocó que mi corazón latiera desenfrenado, saltando en mi caja torácica. Mi cabeza palpitaba como si fuera a explotar.

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Le pregunté a mi esposa qué había pasado, por qué de pronto salté de estar en casa de mis padres a la mía. Claro, no era consciente aún de lo que acontecía, aún estaba desorientado. Ella me relató que me oyó gemir, que cuando vino a verme me encontró temblando de pies a cabeza, como convulsionando. No respiraba. Fue difícil, pero pude recuperarme, sentirme normal de nuevo; sin embargo, el recuerdo siguió acechándome un tiempo.

BASADO EN UNA HISTORIA REAL

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