Llega el verano

Fuente: propia

ROPERO: Casi estamos en verano. Solo faltan unos días. Se abrirán las puertas y entrará el sol.
VOZ DESDE EL INTERIOR: Sí, todo muy divertido, pero no te olvides que también entrará la maldita arena de la playa que se mete por todos lados. No hay ningún escondrijo que pueda escapar.
ROPERO: Sé que no te gusta el verano, ni la playa ni su pegajosa arena, pero el verano tiene algo bueno.
VOZ DESDE EL INTERIOR: A ver, ilústrame.
ROPERO: Se acaba con la oscuridad y también el olor a rancio y a humedad que se meten en cada rincón, esa humedad que está por todos lados y que te impregna como una pátina invisible, que no puedes palpar, pero que sabes que está ahí.
VOZ DESDE EL INTERIOR: Tienes razón. Esa es la única parte positiva. A ti te viene bien, desde que abran tus puertas, tus maderas podrán respirar, dejar atrás, por un tiempo, la humedad, en cambio a mí…
ROPERO: Sí, por eso me gusta el verano. (Silencio.) Reconoce que a ti también te vendrá bien. En eso somos diferentes, pero tú estás deseando que llegue el invierno para que te saquen a pasear por las calles de esta vieja ciudad y por fin te vuelvan a liberar. Sin embargo, siempre olvidas que eres un abrigo de paño y que estar aquí dentro es tu destino.
VOZ DESDE EL INTERIOR: Sí, todo muy divertido, pero no te olvides que también entrará la maldita arena de la playa que se mete por todos lados. No hay ningún escondrijo que pueda escapar.
ROPERO: Sé que no te gusta el verano, ni la playa ni su pegajosa arena, pero el verano tiene algo bueno.
VOZ DESDE EL INTERIOR: A ver, ilústrame.
ROPERO: Se acaba con la oscuridad y también el olor a rancio y a humedad que se meten en cada rincón, esa humedad que está por todos lados y que te impregna como una pátina invisible, que no puedes palpar, pero que sabes que está ahí.
VOZ DESDE EL INTERIOR: Tienes razón. Esa es la única parte positiva. A ti te viene bien, desde que abran tus puertas, tus maderas podrán respirar, dejar atrás, por un tiempo, la humedad, en cambio a mí…
ROPERO: Sí, por eso me gusta el verano. (Silencio.) Reconoce que a ti también te vendrá bien. En eso somos diferentes, pero tú estás deseando que llegue el invierno para que te saquen a pasear por las calles de esta vieja ciudad y por fin te vuelvan a liberar. Sin embargo, siempre olvidas que eres un abrigo de paño y que estar aquí dentro es tu destino.

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