LA VIDA AMOROSA DEL HOMBRE ANTISOCIAL

RELACIONES AMOROSAS

Se consciente de una cosa: la gente no te ama y tú no amas a la gente. Estás en un incómodo círculo vicioso. Para buscar más complicaciones, la asexualidad no te eligió y por ello buscas ligar. Para tamaña empresa, como bien sabes, es muy importante gozar de prestigio social: y la imagen que te has labrado no ayuda a satisfacer tus deseos.

Has oído hablar de eso que llaman “erótica del poder “y, al ser tu poder escaso tu erótica cae en picado hasta los suelos. Tus capacidades de seducción son, asimismo, bastante limitadas, luego debes espabilar y sacarle el máximo partido a tus escasas virtudes. ¿Y cómo hacer eso? Pues con soluciones adaptadas a todo buen misántropo.

Ahí van unas cuántas ideas:

Paga amigos: no tienes muchas amistades pero… ¿quién ha de enterarse? La cuestión ha de ser que parezca lo contrario. Dicen los dramaturgos que nuestras vidas son obras de teatro así que… ¿Por qué no llevar ese principio a la práctica?

Abandona la utopía y pasa tus sueños al limpio de la realidad-aunque se consciente de que el precio será caro-.

Debes realizar una perfecta puesta en escena, sin cometer error alguno. Para empezar, tus amigos deberán reírte los chistes y seguirte en cualquier ocurrencia que tengas. Si el sentido del humor no es tu fuerte, puedes pagar unos cuantos guionistas que te hagan el trabajo sucio. Ahora, tu plan ya está en marcha ¿Oyes eso? Son los cuchicheos de las mujeres que te adoran.

Tienen claro quién es su macho alfa. La escenografía ha sembrado buenos resultados ¿Cuál es el siguiente paso? Unas cuantas anécdotas falsas para impresionar: mejor si quiénes las cuentan son tus amigos por horas, pues eso nadaría a favor de tu corriente.

A estas horas ya deberías recoger tu cosecha: si no es así, o no dispones de capital para financiar este método, puedes probar algo diferente.

Lleva las cosas al extremo: has oído muchas veces eso de “Tienes que ser tú mismo”. Nunca hiciste mucho caso, puesto que te conocías muy bien, pero puede que ahora le saques algún partido.

Dicen los sabios que los extremos no son buenos, teniendo razón en ello: pero si de follar hablamos, no hay filosofía ni sabiduría que valgan. Si eres hombre taciturno y misántropo, hazlo ver en todo momento. Deja que la rabia tome posesión de ti y serás uno de esos chicos malos que gustan a las mujeres. El perdedor con el que todas quieren acostarse.

Habla mal del mundo; despotrica contra la sociedad; vístete de sobrio negro. ¡Incluso puedes abrazar la cultura gótica! Busca tu propio punto entre el odio y el erotismo, el equilibrio que te permita al mismo tiempo follar, odiar y seducir. Al fin y al cabo, los telediarios nos muestran que el éxito en la vida siempre lo logran los malvados.

SUPRIME TUS NECESIDADES

-¿Dices ser un misántropo?

-Ajá.

-Y sin embargo, ¿Estás buscando sexo?

-Tengo mis necesidades.

-No eres auténtico, amigo mío: la misantropía es algo que se lleva dentro. Si fueses uno de los nuestros, no buscarías encuentros sexuales.

¿Identificado con la conversación anterior? ¿Acusas a muchos misántropos de postureo? Pues entonces convendrás conmigo en que el buen misántropo alivia él solito sus necesidades sexuales. Sin ayuda humana.

Nada de derrochar el sueldo en prostíbulos; ni buscar citas a ciegas con petardas desequilibradas. Olvida esas infames noches en que tus brazos pedían abrazar un cálido cuerpo y no una dura almohada ¡Rompe tus cadenas y libérate!

Un buen misántropo ha de ser célibe, cual monje antiguo o informático moderno; debe no soportar más compañía que la de pensamientos oscuros y facturas atrasadas. Espera pues, la muerte con impaciencia y rodéate de abundantes mascotas, dado que contra ellas no profesas odio alguno.

Por si fuera poco, la presencia de animales en tu vida ayuda a combatir la soledad y desfogar los instintos, dato este bien conocido por los hombres del campo.

HISTORIAL

Pese a tus rarezas-que como sabes son muchas- , cualquiera tiene un historial de parejas que han pasado por su vida, aunque no sepa muy bien el cómo. Demos un viaje por tu pasado amoroso: un trágico tour de fracasos que te han convertido en ese ángel caído que eres hoy día.

AMIGAS Y EXNOVIAS

Tener buenas relaciones con el sexo femenino es siempre práctico: pero si eres incapaz de llevarte bien con un estúpido ficus, no esperes hacerlo con una dama.

Las chicas que han pasado por tu vida. Hmmm….no pueden describirse en una sola categoría. Generalizar a todas las mujeres en un solo grupo sería sin duda un cliché machista. Distinguiremos pues, al menos tres grupos:

La que es más feliz que tú: sonríe en exceso al verte, mostrándose más contenta de lo que un buen psicólogo aconsejaría. A ojos inexpertos, pareciera que mantenéis una buena relación: pero tras sus sonrientes mandíbulas esconde los puñales que enseñará en breves.

No era demasiado optimista cuando la conociste, y quizá por ello empezasteis a salir. Más adelante, un cambio de novio con unas cucharaditas de nueva personalidad, cocinaron a fuego lento una alegría de vivir que tú en su momento considerarías insospechable.

Te hace una pregunta:-¿Qué tal te va?-.Tú, optas por contestar verdades frías y no mentiras blancas, por lo que quedas bastante mal. Ella, hará un sutil repaso por lo feliz de su momento vital, lo mucho que la mima su churri y el fuerte poder adquisitivo que este maneja. Mientras la escuchas, escondes pacientemente tu odio aguardando el momento de la despedida.

La que disfruta de tu desgracia: parecida a la anterior, pero más transparente en su modus operandi. Normalmente, prefieres encontrarte con personas auténticas y sinceras: pero todo tiene un límite, y ella se pasa de frenada. No hace esfuerzo alguno en disimular su asco, deseando que este sea contagioso y lo compartan todos aquellos que la rodean. El receptor de la emoción primaria, por si no había quedado claro, eres tú y solamente tú.

En caso de encontrártela en un bar, rehusará saludarte: pero te perseguirá con la mirada profiriendo incendiarios reproches contra tí a sus acompañantes. Tú, como el hombre decidido que siempre fuiste, decides esconderte en el baño de minusválidos hasta que opte por desaparecer del local.

La que te ha superado: saluda con cierto cariño, pero de manera nada forzada. Habéis vivido buenos momentos juntos, pero hoy por hoy no eres más que su pasado. Comparativamente, es la mejor de todas. Y con diferencia. Ni finge alegrarse al verte ni se halla poseída por un odio insano. Es toda naturalidad.

Algo se sacude en tu interior: sabes que no puedes recuperarla ni volver atrás en el tiempo: pero eres también consciente que cualquier noche alcohólica puede degenerar en arrastrados mensajitos a su móvil, donde dejarás claro lo miserable de tu condición y lo intempestivo de tus movimientos.