Qué fácil es desviarse, qué difícil es rendirse.

He estado pensando por algún tiempo en esta idea de:

Cuán fácil resulta dejar de lado nuestros objetivos.

Pienso entonces: 

Es peligroso no saber diferenciar tus objetivos de los que te asignaron, el no diferenciar las alternativas sugeridas de las decisiones impuestas. 

Es peligroso, también, dejarse agobiar ante las personalidades ídolo, esos de vasta experiencia, esos que lo han logrado, que se muestran tan felices y exitosos, tender con esto a menospreciar nuestras capacidades y logros.

En lo fácil que es saberse inexperto hurgando entre tanta información disponible en Internet, toda esa que sabemos que no sabemos, toda esa que tenemos pendiente en nuestra lista de lectura, tanto que nos falta mejorar, aprender, desaprender... 

Ante tantos caminos resulta tan fácil perderse y detener la cuenta asumiendo que "eso" no es para nosotros, acabamos desalentados abandonándolo.

 Vivir en automático, vivir sin pasión, cumplir metas que no te satisfacen, caer en ese bucle insufrible que doblega tus ganas de ser. Cuestionar si lo que queremos realmente vale la pena.

Creo que por estas razones es usual vernos desmotivados, al igual que ante la desmejora de aquellas condiciones ideales que nos cautivaron en un principio. Esto pasa mucho aquí en Steemit. En Diciembre/Enero, por ejemplo, cuando las criptomonedas incluyendo el SBD y el STEEM, entre otros altcoins, tuvieron aquella subida tan añorada, las ganancias de Steemit abrieron paso a soñar en grande, la vida de muchos cambió en ese mes.

Pero, 

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Aunque puede que exista la eternidad, este no es el caso.

Ahora, no se si a usted le pasa, pero hay algo en mí que por más decepcionante que sea la situación que genera la desmotivación, sigo en ello, así sea dando palos de ciego, así haga pausa, sigo pensándolo, la experiencia no termina, sólo tomo descansos. La persistencia es tan importante como peligrosa. 

No podemos dar por entendido que por más que persistamos, saldrá mejor. Hay que comprender que hay plantas que dejan de dar frutos y hay otras que, sencillamente, no los dan.

Es de suma importancia analizar a profundidad las situaciones que atravesamos, porque puede que esa victoria que esperamos no sea para nosotros y que lo que obtengamos sea también una victoria, puede que al rendirnos sintamos paz, puede que nos sintamos en plenitud y nunca lo sabremos hasta que lo hagamos. 

Rendirse es tan difícil porque queremos ser, queremos hacer. Rendirse es tan difícil porque nos enseñaron que el fracaso está mal, nos enseñaron que fracasar es una palabra fea.

No nos ensañaron a aprender, ni a sentirnos bien con dejar ir los objetivos que, a fin de cuentas, no eran para nosotros. Al comprenderlo y dejar de poner todo nuestro esfuerzo en algo estéril de vehemencia, que sólo nos genera estrés, tristeza, cansancio, cuando dejamos de esperar una correspondencia benevolente por nuestros intentos, comprendemos que obtuvimos la victoria, que fracasamos y no por eso debemos creer que está mal.

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