Naturaleza en gotas: corona de Cristo (mi espinosita).

Hace algún tiempo en el sitio donde laboro, después de un malentendido que se solucionó satisfactoriamente, una usuaria me obsequió una planta muy peculiar por su aspecto físico.
Tenia un tallo muy espinoso y en su copo (parte alta) unas flores hermosas, de color rosa vieja. Investigando por allí, saciando mi curiosidad, encontré que la llamaban Corona de Cristo.

En principio, tenía la plantita en una maceta dentro de la oficina y la sacaba de vez en cuando afuera a tomar un poco del sol de la mañana. Sin embargo, la planta se fue tornando amarillenta en sus hojas, desmejorando mucho su aspecto. Fue entonces que decidí sacarla al aire libre a ver si lograba evolucionar de mejor manera.

Una vez que saqué de la oficina a mi espinosita, así la llamaba yo de cariño, ella comenzó a tener cierta evolución, más no fue sino hasta un día en que, en labores de ornato de la parte trasera de la clínica donde trabajo que, decidí plantarla en la tierra y liberarla de todas sus cadenas, en este caso la maceta donde me la regalaron.

Una vez sembrada directamente en la tierra, comenzó a florecer una y otra vez, sus flores hermosas de color rosa eran un desborde de alegría para el jardín, cumpliendo aquel dicho que dice que, de la espina siempre nace la flor.

Libertad, palabra mágica que llama a la evolución y el crecimiento. Sepamos administrarla racional y responsablemente para así darle equilibrio y bienestar a nuestra vida.