85.- MARGARITA Y EL MAESTRO... (XLV)

LA FOTOGRAFÍA ES UN AUTORRETRATO... :)

Lo que viene a continuación entrecomillado es copia de “Las cartas de Mar-garita”.

“Cuatro.

Cerca de la estación de Baker Street, Londres, 1-9-97.

Son las once de la noche, Sting en la radio con la de I´ll be watching you, every breath you take, every move you make…
Un mes, dos semanas y dos días desde que dejé Málaga. Una semana y tres días desde que Marcial, mi compañero, se marchara tras haber pasado una semana por aquí. Han emitido una canción de soul mientras pensaba estas líneas que decía, en inglés, algo así como “no eres la única mujer que necesita un poco de amor para sonreír”. La cantaba una señora, ahora canta otra después de que el locutor haya comentado que se puede pasar a firmar y escribir unas palabras de condolencia en un libro, que no me he quedado dónde se encuentra, en memoria de la princesa muerta, Diana.

Ahora continúa lo que he escrito en postales durante este mes, dos semanas y dos días:

A Ezequiel, en Málaga: “I.- Lo encontró la guardia bien apoltronado al trono. II.- ¿Por qué no le preguntaron a Guadir? Ese viejo judío se lo calla todo. III.- Dicen que a ella le temblaban las piernas y que tuvo una menstruación que le duró años. IV.- ¿Crees que fue uno de esos hijos del cristianismo? ¡Diablos disfrazados de santos! V.- ¡Qué más da! Otro rey muerto. Seguro que lo embalsaman por Alá.

Esto está escrito con tu letra en la contraportada del “A-Z” que me prestaron Mario y compañía. Supongo que lo escribiste en diciembre del noventa y uno, cuando regresábamos a Málaga después de nuestros dos años y dos meses por estos lares y el callejero ya no nos iba a hacer falta; lo copio en una postal que un “tatuador” del Barrio Chino de Barcelona iba a tirar a la basura. Mi nueva dirección es: 189 Gloucester Square.”

A los demás también les he dado mis nuevas señas y a Bruno, en Barcelona y en inglés: “¡Hola! ¿Cómo estás? Hace más de una semana llegué y, se supone, que el próximo lunes comienzo a trabajar en un hotel, limpiando, etc., ya sabes. Me gustaría trabajar, al menos, seis meses, aunque no en el hotel y después a ver si me paso o instalo en el Palmer College. No te pude felicitar en su momento pero lo hago ahora ¡Feliz Cumpleaños! Espero que me escribas pronto. Saluda a los Machín de mi parte. Hasta pronto.”

Máximo y Flora son los hermanos Machín, ella es la novia de Bruno (añado, obviamente, posteriormente)

A Rita, en Venecia: “Caro amicci! Comme stai? (¿se escribe así?). Planeando venirme acá se me pasó enviarle un camellito tunecino a Estrellita para el dos de mayo y luego decirte, Rita ¡Happy birthday! por el cinco de junio, día también del Medio Ambiente. En fin, llevo once días en Londres, el lunes se supone que comienzo a trabajar, cuatro o cinco horas al día, en un hotel. Os esperé en Semana Santa ¿Cuándo nos veremos? Un fuerte abrazo.”

A mi familia, en Málaga: “¡Hola mamá! ¡Hola papá! ¡Hola a todos! ¿Cómo estáis? Yo bien. Se me han pasado diez u once días volando y gastando libras. El lunes, hoy es sábado, se supone que comienzo a trabajar. Las cosas también han cambiado por aquí: piden currículos, cartas de recomendación, etc., pero a ver si puedo mantenerme al menos seis meses para lo de la Ayuda al Retornado y mi cerebro. Un abrazo, os quiero.”

A Tato Puesto, en Madrid, en Radio Siete: “Bueno, Tato, que muchas gracias por los compactos que todavía ni he visto. Te cuento: en mi treceavo día de estancia, es decir, pasado mañana, comienzo a trabajar en un hotel de por aquí enfrente: cuatro o cinco horas al día, imagino que seis días a la semana, por lo mínimo que normalmente pagan. Por ahora comparto una habitación, en un “convento”, una residencia femenina que llevan unas monjas, la mayor es española… y que ¡hecho de menos Radio Siete!”

A P. C., en Barcelona, en la oficina de su grupo La Cura de los Toros: “Bueno P.C. ahora podrías localizarme por aquí. Espero que todo os vaya de maravilla.”

A Camila, de la multinacional, en Málaga: “¡Hola Camila! ¿Cómo estás? ¿A que pensabas que no iba a escribirte? ¿A que eso es lo normal y no esto de escribir desde Londres en una vieja postal española a alguien que apenas conoces? Y pregunto: ¿para qué tanta normalidad? a no ser que la normalidad sea llave hacia la felicidad ¿sabes de esto? Bueno pues esta es mi nueva dirección ¿Me escribirás? Saludos para Diego, Roswhita, Matías, Manuela, Carlos…”