Amanecer inesperado

in #spanish6 years ago (edited)

Amanecer inesperado






Me despierto desorientada, en una cama que no es mía. Unas piernas largas no cubiertas por la sábana cuelgan de la cama totalmente inertes. Una espalda blanca y llena de lunares está a mi lado. Contemplo con detenimiento como un cabello oscuro reposa sobre la almohada y un rostros que conozco duerme plácidamente. Esto sin duda es nuevo para mí, sin duda los tragos se apoderaron de mi conciencia. No recuerdo nada de lo que sucedió.

Por la ventana entran suaves rayos de luz que tocan mi piel. No sé donde está mi ropa, no sé que he hecho con exactitud pero necesito salir de ahí y aclarar mis pensamientos. Rápidamente busco mi ropa, pero no está a la vista, ¡No hay nada a la vista! La habitación pintada totalmente de blanco se encuentra vacía, a excepción de la cama y dos pequeñas mesas de noche. Dos puertas también blancas están una al lado de la otra frente a la cama.

-Buenos días- su voz es ronca y está aún adormilada, y me da miedo la familiaridad con la que me observa. - ¿Sucede algo?- su expresión relajada se contrae un poco al ver sin duda mi cara de abatimiento.
-Yo... yo, no sé donde estoy. - él se sienta y su cara de desconcierto me asusta aún más.
-Estamos en mi departamento Elena, ¿Te encuentras bien? - intenta tocar mi mano pero ya he reaccionado y me levanto alejándome de él, tirando de la sábana para cubrirme. Pero para mi sorpresa, él no está desnudo. Lleva un short deportivo. - Elena, cálmate, no te haré daño. Oye... Sé que estas confundida déjame explicártelo todo. Por favor siéntate. -pero no puedo sentarme, no entiendo nada, no recuerdo nada. Al ver que no reacciono se resigna y suspira. - Te dejaré un momento sola ¿sí? te prometo que no te haré daño, el baño está ahí, - señala una puerta que está a mi lado - Iré a la cocina, ponte cómoda - se levanta lentamente de la cama, como si no quisiera asustarme con movimientos bruscos, me siento como si él fuese un cazador y yo un animal acorralado. Sin dejar de mirarme, sale de la habitación por la segunda puerta y la cierra casi sin hacer ruido.

Abro la puerta del baño, y me encuentro con un gran espejo y encimeras de mármol donde descansa el lavado de porcelana, no hay muchos productos a la vista, solo un dentífrico, cepillo de dientes, jabón y desodorante masculino. Sobre el retrete un mueble de metal contiene toallas blancas dobladas pulcramente. Me miro al espejo y visualizo con horror como debajo de mis ojos se ha corrido mi máscara de pestañas dejándome una apariencia de mapache, mi cabello se encuentra enmarañado en mi usual coleta y mis ojos están sumamente rojos. Lavo mi cara y tomo una de las toallas y la utilizo para secarme la cara, abandono la reconfortante sábana y decido cubrirme con la toalla para luego volver a la habitación que sigue vacía.

Me armo de valor y decido seguir a Andrés. Para mi sorpresa lo que encuentro no es nada comparado a lo que imaginé, pensé habrían más jóvenes ebrios tirados en todas partes con rastro de una fiesta totalmente descontrolada, pero me equivoco. El lugar es sumamente luminoso pintado de un color gris claro, grandes ventanales dan vista de una parte de la ciudad, en una esquina hay un sin fin de cajas de cartón amontonadas. A mi derecha está lo que sin dudar es la puerta de entrada del departamento y al final visualizo parte de la cocina de donde salé un sonido de fritura.

Lo encuentro aún con el mismo atuendo friendo huevos. Me ve y me regala una sonrisa torcida mientras me siento en la barra de desayuno.

-He pensado que tendrías hambre, así que he preparado panqueques, tengo jarabe de chocolate y fruta en la nevera si te apetece, y bueno... he agregado huevos fritos.- sus ojos son grandes y expresivos, siempre me han gustado sus ojos.
-Si, gracias. - sonrío, quizás me he comportado de una manera mezquina en la habitación. - Necesito ... bueno, quisiera que por favor me dijeras lo que sucedió anoche. - mientras hablo sirve el huevo en un plato frente a mi que contiene tres panqueques, y se dirige a la nevera.
-¿Qué es lo último que recuerdas?- su voz es relajada, coloca frente a mí el jarabe y un bol con frutas en trozo, y se sienta a mi lado.
-Recuerdo que fui a una fiesta con mi amiga Andrea, era en un local nocturno y no habían muchas personas que yo conociera, solo fui porque era el cumpleaños del hermano de ella. Estuve sentada en la mesa toda la noche y no recuerdo más. - sus ojos negros analizan mi expresión.
-Elena, no sé que habrá pasado durante esa fiesta, y siendo honesto no sé quienes estaban ahí ni con quien fuiste, pero cuando te encontré estabas sola. - sus manos juegan con un tenedor nerviosamente.
-¿Cuando me encontraste? ¿Donde... donde me encontraste? - mi voz se elevó una octava, es irracional mi comportamiento pero sin duda es incomprensible que estuviese vagando por la ciudad.
-Bueno, a las doce de la noche yo estaba aquí en mi departamento, terminaba de trasladar unas cosas acá cuando me llamaste. Sonabas ebria y me decías que me querías ver, que querías... Bueno eso no importa. El punto es que pensé que era una broma y no te presté mucha atención hasta que te pusiste histérica, empezaste a gritar, me decías que no sabías en que momento te habían perseguido, que estaban detrás de ti y escuché como si corrieras. De pronto tu línea se cortó, y marqué nuevamente, cuando atendiste hablabas en susurro y me dijiste te habías escondido, pedí tu dirección y fui a recogerte porque pensaba que estabas en peligro, al llegar a donde me dijiste te encontré dentro de unos contenedores de basura y llorabas de forma incontrolada. ¡No sabes cuanto me costó meterte a mi auto!
-¿Pero, no había nadie en ese lugar?
-No, absolutamente nadie. Supuse que estarías bajo el efecto de algún alucinógeno y te traje a mi casa mientras te calmabas, al llegar me pediste permiso para bañarte y luego ... Bueno... - sus mejillas intensificaron su color, pero no dijo más nada.
-Por favor dime, necesito saber todo lo que hice, o dije. - tomé por primera vez su mano y sentí como estaba cálida. Suspiró y su expresión se convirtió en una mueca incómoda.
-Tu, te me insinuaste, saliste totalmente desnuda y mojada del baño, y me besaste - Nunca había hecho algo así, para nadie era un secreto que a mí me gustaba Andrés, desde que empecé a trabajar en la editorial él siempre me llamó la atención, lo miraba a escondidas mientras tecleaba en su ordenador, y durante el almuerzo miraba como comía con su padre en la mesa de los directivos, pero jamás le había dedicado un trato que no fuese cordial.
-¿Y entonces tu y yo...?
-No, no, yo... Sabía que estabas ebria Elena, no hubiese sido justo ni correcto. Al principio si correspondí tu beso pero luego te aparte y te dejé en la cama. Empezaste a decir incongruencias, que me amabas y que sabías que no estaría contigo y... Lloraste hasta que te quedaste dormida. - Era peor de lo que pensaba, si hubiese pasado algo entre los dos al menos él hubiese sido tan indecoroso como yo, pero ahora yo era la borracha que acosaba a un hombre del que sabía absolutamente nada. Las lágrimas acudieron a mi rostro y sin poder detenerme estaba llorando. Casi de inmediato sentí sus manos recorrer mis mejillas limpiando cada lágrima que caía, sentí su olor a limpio, a jabón y lavanda, y sus manos eran suaves y cálidas.
-No llores, por favor, no debí decirte nada.
-No... no, quería saberlo...- mi voz se vuelve nasal y me odio por llorar delante del que es el hijo de mi jefe, - lo siento, lamento haberte llamado Andrés.
-No te disculpes pudo haberte pasado algo realmente mal, y las personas cuando toman dicen cualquier clase de locura, no tienes que preocuparte por eso. Ojalá siempre esté para protegerte.- alcé mi mirada inmediatamente y vi dulzura en su mirada, pasión y dolor, estaba realmente cerca de mí, mi corazón empezó a acelerarse de una manera descontrolada y sentí como mis mejillas ardían. Pero se apartó de mí - Creo que deberías llamar a tu novio, ha estado llamando mucho esta mañana.
-¿Mi novio?- Yo no he tenido novio en más de tres años, desde que empecé a trabajar y me enamoré de Andrés puse murallas a cualquier hombre que me pretendiera, comparándolo siempre con él. - Yo..
-Si, tu novio - dijo volviendo a sentarse, de sus ojos se había marchado cualquier rastro de dulzura y pasión, solo quedaba dolor. - Tu teléfono ha estado sonando toda la mañana.- y señaló al mesón que estaba en el lugar más apartado de la cocina, y lo vi, mi celular estaba conectado a un cargador y reposaba sobre un cenicero de metal. Me levanté y fui por él, y como para demostrar que Andrés tenía razón, empezó a sonar una vez más alumbrando en la pantalla una foto donde yo abrazaba a un joven rubio de gran sonrisa y sobre ella el nombre del contacto guardado como Federico que titilaba una y otra vez.

-Aló Fede, si, estoy bien. En un rato voy a la casa ¿Si?, no te preocupes. Chao, te amo. - colgué y vi la expresión de Andrés que ahora era sombría y seria, comía sus panqueques sin emitir ningún comentario pero sabía que la llamada no le habría agradado en absoluto.

-No quise atender porque supuse que podría generarte problemas- su voz no era descortés ni agresiva, pero si noté el deje de amargura.
-No ibas a causarme problemas, pero no te preocupes. Creo que debería irme, no quiero que tu novia llegue y pueda pensar mal.- su sonrisa no se hizo esperar, y me miró con cara de desconcierto.
-Si es por mi novia puedes quedarte todo lo que quieras, rompí con ella hace un mes, pensé que todos en la oficina lo sabían. Veo que no, en cuanto a ti... Tu novio te estará esperando.
-No tengo novio.- dije sonriendo por haber llegado a donde quería.
-Bueno, novio, esposo. Alguien que amas debe estarte esperando. - su mirada se volvió dura, pero aún así me encantaba.
-Si, alguien que amo me espera, pero mi hermano sabrá entender si le explico. - su cara mostró una gran expresión de comprensión y sonrió de una manera única, que nunca le había visto. Se levantó y se plantó delante de mí, subió su mano nuevamente a mi rostro y contempló mis ojos mientras mi corazón amenazaba con salirse de mi pecho.
-Entonces ¿está bien si te beso?- preguntó con voz suave. No hablé, solo asentí. Sus labios descendieron a mi boca y con dulzura se apoderó de los míos.

Quizás no todo fuese como cualquiera lo hubiese planeado, quizás no fue la mejor manera de decirle que estaba enamorada de él, pero nos resultó a ambos, y de alguna u otra manera lo que pudo haber acabado muy mal, fue sin duda el principio de buenos días.

DIVISORRR.png


¿Cuantas veces no escuchamos que alguna mujer fue victima de abuso mientras estaba alcoholizada? En la actualidad el promedio de mujeres que visita clubes, bares y discotecas va en aumento, lo cual no implica que deban ser victimas de abuso. Pero ¿si durante el acto sexual es la mujer que desea mantener la relación sexual, es considerado abuso igualmente? A los ojos de la ley si, porque la persona no se encuentra en control total de sus facultades.

Es por ello que los hombres deben reconocer este tipo de circunstancias, y evitar a toda costa, el contacto sexual con mujeres en estado de ebriedad, respetando de esta manera la integridad de la mujer y evitándose posteriormente acusaciones que puedan llevar a la cárcel. De igual manera, ¿no deberían las mujeres ejercer un control y resguardar su integridad?, considero que sí, si deseamos protección nosotras mismas debemos otorgárnosla y cuidarnos. Disfrutar no implica un mal rato, pero el exceso puede arraigarlo.


BANNER.png


Links de las imagenes


Primera imagen
Divisor y Banner editados por autor, en programa Photoshop Cs5.

Coin Marketplace

STEEM 0.16
TRX 0.15
JST 0.028
BTC 56416.38
ETH 2379.95
USDT 1.00
SBD 2.35