Concurso “Premios Oiza”: 2da Etapa - Un Sueño Cumplido

Cuando me casé, mi esposo y yo nos fuimos a vivir con mi suegra, esperábamos que por poco tiempo, pero las cosas no salieron como las planeábamos y terminamos viviendo allí 10 años, no me quejo porque mi suegra es una persona maravillosa y siempre nos acogió con amor.

En casa de mi suegra tuve mi primera hija Raquel y cuando nos estabilizamos económicamente pensamos en comprar una pequeña casa para así poder agrandar la familia y vivir solos los tres, pero otra vez las cosas no salieron como las planeábamos y a los 37 años me diagnosticaron cáncer. Dejamos nuestros planes atrás y comenzó nuestra lucha por vencer la enfermedad, mi esposo fue mi mayor apoyo y quien me cuidó en esos momentos tan duros, pero luego de un año de quimioterapias logré vencer el cáncer.

Luego de una semana de haber terminado las quimioterapias llegó un amigo y compadre a casa de mi suegra y nos insistió en ir a ver un proyecto habitacional que se estaba construyendo, yo estaba renuente a ir porque todavía no me sentía bien de salud y no me gustaba salir sin pelo, ni cejas a la calle, pero fue tanta su insistencia que lo acompañamos en su carro. Cuando llegamos nos enamoramos del sitio y de lo acogedoras que se veían las casas, investigamos y nos dimos cuenta que podíamos pagar la inicial y las cuotas que pedían por lo que así fue como compramos nuestra casa.

Esperamos un año para que no las entregaran, pero con mucha emoción e ilusión, y hoy les muestro estas fotografías de un sueño cumplido. En ella pueden observar mi jardín, donde planté dos pequeños búcaros que luego de siete años han crecido y hoy dan una sombra maravillosa, también planté un pino en el centro y otras plantas para adornar. Coloqué una banca para sentarme en las tardes y conversar con mis vecinas, a veces de steeemit ya que logré convencerlas de unirse a esta hemosa comunidad, y algunos materos con plantas de coloridas flores.

Me he esforzado tanto en mi jardín ya que creo fielmente que un buen ambiente es parte de lo que nos trae felicidad. Ver tantas plantas, flores y respirar el aire fresco nos trae paz y aunque no nos demos cuenta, puede alegrarnos un poco más el día.

Desde de mi ventana también se puede observar el parque y una pequeña cancha de basket, donde juegan los niños de la villa, los cuales observo desde mi banca. Mi hija llegó aquí de 12 años y por lo del cáncer no pudimos agrandar la familia, pero los tres nos complementamos y algún día espero tener muchos nietos, bueno, eso si ella quiere.

Espero las fotografías sean de su agrado y les doy gracias por permitirme participar en este maravilloso concurso que me hizo volar hacia el pasado, pero también hacia este presente que hoy disfruto y al futuro que me llena de esperanza.