Fuente de Valdemora
Paseo de la tarde, el suelo seca, el rojo del barro alcanza un color más de ladrillo, los cantos rodados brillan auspiciados por un sol que ha brillado en estos últimos días.
El silencio, el olor profundo a tierra, a hoja a hinojo, mi paso apresurado hace volar una bandada de perdices, están lozanas, es hermoso tanta naturaleza y el sentirme inofensivo para ella.
Un trago en la fuente, unos minutos de respiro y la vuelta con el sol ya cayendo, antes está fotografía, as temperaturas bajan, no vuelvo a avistar perdices, hay urracas posadas en el cableado que desconozco si es eléctrico o telefónico.
La vuelta a casa, la calefacción, la conversación con los padres, todo sereno, todo tranquilo, la paz de una infusión de manzanilla en hojas y una mantecada de Villaornate, definitivamente era la pausa necesaria tras el trimestre.