Daniela. (Primera parte)
Las conversaciones del grupo en la red social bullían como una olla pasada de temperatura, no daban abasto a las ideas, algunas disparadas, otras más racionales, pero todas extremadamente sexuales y divertidas.
Daniela, guardaba silencio, no era de las más activas, tenía móvil y disponibilidad del grupo desde hace relativamente poco, otros amigos, llevaban ya dos años de intensas conversaciones, amores y desencuentros, pero tenía muchas ganas de experimentar, de ser deseada, de sentir con otros cuerpos, a sus doce años, la virginidad, se le hacía una pesada losa.
Sus compañeros, habían tenido escarceos de besos, roces, alguna cosa más allá de otra, e incluso había tres o cuatro más adelantados que habían tenido relaciones sexuales completas vistas desde un punto de vista pansexual.
La envidia, había plantado su semilla, el deseo, las ganas, todo se arremolinaba en su cabeza. Las hormonas iban a cien por hora, pero su inventiva no se quedaba atrás, estaba acostumbrada a manipular y una idea tomaba cuerpo, poso y líneas magistrales anotadas en su pequeña libreta de las ideas.
En principio, lo comentó con su prima, su primera confidente, pero ella, ajena a esas conversaciones de niña, simplemente oyó distraída sin prestar respuesta, solo pensaba en el momento que sus padres se fuesen a trabajar, para probar cosas nuevas con el que desde hace tres meses, era su fogoso novio. La simple idea del anillo vibrador y los lubricantes de sabores, le sonaba a plato exótico digno de la tensa espera semanal en el que los horarios de sus padres se cruzaban y disponía de más de ocho horas con su casa sola.
Solo cuando su prima Daniela, llevaba más de media hora exponiéndole con detalle sumarísimo los intríngulis de un extraño juego de roles que le había propuesto, la miró muy seria y le dijo: Prima por favor, cubreme la espaldas con los abuelos, que no se enteren que estoy sola cuentales lo que sea, pero que me dejen tranquila, ¡¡por favor por favor!!
Daniela miró con ojos pacientes a su prima, no le había oído nada, está claro, hizo un mohin para enfadarse, pero su prima previendo el movimiento, sacó de cajón de su mesilla, un tanga bordado que le regaló a su prima, con una sonrisa pícara, "Con esto se vuelven locos prima, te comento hasta..."
Daniela tapó su boca con un beso, no hubo rechazo más bien una lengua ávida, duró unos pocos segundos, luego con una medio sonrisa cambió de tema.
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