Cuñado
Mi cuñado, trabaja en una farmacia, siempre ha trabajado en una farmacia, al menos así lo conocí cuando empezó a salir con mi hermana(realmente miento, nos conocimos en el salón parroquial del barrio, él, aún estudiaba). Mi cuñado, nunca fue un tipo muy alegre, ni siquiera con catorce años, una especie de pesimismo existencial lo envolvía, antes incluso de haber tenido contacto con la filosofía en el instituto y por ello con Kant, Hume y demás señores que te enseñan a pensar.
Mi cuñado, realmente nunca sé cómo sedujo a mi hermana, se ve que era algo cómodo para los dos, de verse en el salón de la parroquia y ver que tenía buena relación conmigo, osease el hermano mayor, conocer a sus padres sus tíos sus abuelos, todos miembros silenciosos, obedientes, amables hasta decir basta del nutrido centro parroquial. Cuando se conocieron, era delgado, como ya digo triste, decíamos que vino viejo al mundo, pero tenía un balón de reglamento mikasa y una vasta colección de juegos de msx y dos cassetes para grabarlos, motivo más que suficiente para entablar una amistad en esa época.
Mi cuñado, siempre fue un tio cetrino, de pocas palabras, parco y económico de gestos, desconfiado, pero amable, te abría la puerta de su casa si pasabas el filtro aprobador de su madre, a su cuarto que era un paraiso dentro de los gustos proletarios, una pared donde se agolpaban en un orden infinito, las novedades de los sellos discográficos más cañeros de la época, en otra una colección de disquetes originales y cintas de juego y una Sony Bravia con dos joystick en la época, que en mi casa había que levantarse para cambiar de canal de la tele, el tenía mando a distancia, consola, video vhs y sabía copiar las porno de beta a vhs.
La verdad, que mi cuñado, era conocido en el barrio, trabajaba ayudando en la panadería de sus padres y abuelos desde pequeño, incluso los veranos cuando volviamos de la playa, íbamos allí a pillar los cañones de chocolate, batidos puleva y todo tipo de bollos de la época, lo veíamos ahí, yo creo que en esa época, se fraguó su mirada triste, en esos veranos ayudando en casa, como una mezcla de niño chino de ahora y abuelo de la postguerra con mucho que callar.
Mi cuñado, no es mucho de hablar en casa, pasa mucho tiempo en su trabajo, trabaja en la farmacia, usa una larga bata blanca y tiene hechizados a los mayores del barrio con su gesto adusto y solemne despacha medicamentos como un cura “urbi et orbi”, “esto para la tensión, esto va muy bien para las varices si, para el extreñimiento mi suegra toma aquilea, si yo creo que va mejor el anís estrellado para los gases…”, nunca había visto cola hasta en la puerta de la farmacia, mi cuñado lleva toda la vida tratando con gente, se nota que sabe cómo complacerlas.
Mi cuñado, no habla mucho en las comidas familiares, ya lo he dicho, se ve que contrarresta el exceso pausado de verborrea de las interminables de trabajo, mi cuñado a veces huele a cigarro fumado apresuradamente en la puerta lateral de la farmacia, una vez podría decir que hasta olor a garrafa traía. Mi cuñado, sólo habla de futbol, le gusta picarme, es el del Madrid y yo del Barça,apenas eso, maldecir a Messi y de las vacaciones en Nerja, no le gusta meterse en política, tuerce el gesto cuando saco el tema y me mira solemne mientras apura con lentos sorbos un vaso de agua.
Mi cuñado, se ha dejado bigote, mi hermana no dice nada, tiene un inmenso mostachón que le nace blanco, no ha dado explicaciones de porqué lo ha hecho, no se ha apuntado a un gimnasio ni nada, no sueña con deportivos descapotables, sigue con su Xsara Picasso, y en verano le gusta alquilar autocaravanas. Mi cuñado, tiene la casa pagada, ahorrado para los estudios de sus hijos, la pensión bien cubierta y asegurada, con el tiempo que lleva trabajando podría hasta jubilarse en unos años. Mi cuñado, respeta a mis padres, nunca dice nada de la sopa de mi madre, aunque últimamente esté excesivamente salada.
Mi cuñado siempre usa camisa a cuadros, creo que vota a ciudadanos, le gustan los pantalones de tergal y cuando hace frío de lana. Una vez le regalamos un jersey de marca, siempre se lo pone los fines de semana alternos que comemos en mi casa, es extremadamente amable, sin ambages, cuando comemos fuera, siempre paga, le gusta conducir, sus hijos tienen una paga asignada, hacen todas las tareas de la casa, son educados, aunque adolescentes, no se les ve una salida de tiesto, son correctos, formales, aunque no van a misa, nunca nadie del barrio pudo decir de ellos nada.
A veces me quedo mirándole, intentando adivinar que pasa por la cabeza de ese hombre con esa vida tan ordenada, me siento tentado a preguntar a mi hermana como es su vida de casada, los veo a los dos, me miran, parece que sepan lo que estoy pensando, cambio la vista y apuro mi cerveza helada.
Buenísimo yo creo que todos tenemos un cuñado muy del estilo del de la historia, gracias por compartir. El equipo Cervantes apoyando a la comunidad.
muchas gracias, me gustan cuando me salen así, a veces no es sencillo pasar de sensaciones a letra
#life
James M. Barrie:Life is a long lesson in humility.