Baños
Tengo que decirlo, lo confieso(como casi decía el maestro Sabina), no me gustan los cuartos de baño ajenos, una de las pocas o innumerables, depende de quien lo mire, manías que tengo, y en este caso particular que nos ocupa, con espejo delante del váter, donde al levantar la vista puedes observarte en esas vicisitudes,con ese gesto extraño como de gato en su caja de arena, pues te quita la poca dignidad, que pueda tener hacer aguas mayores en los excusados de otros.
Imaginaos ya, si al echar la vista a tu izquierda, ves entre dobles cortinas de plástico fino(como diría Auserón, otro maestro) una con ribetes, la otra lisa, en la trasera de la bañera, ese espacio de limitadas dimensiones, pero no tan pequeño, que no se sabe muy bien si es para sentarte, para apoyar la pierna mientras la lavas o simplemente para poner objetos absurdos,en uniforme procesión: el bote de Varón Dandy, el gel de baño classic de la Toja, el bote de cuello de cisne del suavizante Nely, champú de pelo Agrado, solo te falta un tubo de esos de cómo de pasta de dientes, antiguo de aluminio, de gomina Patrico, para confirmar,que has viajado en el tiempo, y estás de nuevo pero en versión viejuna, en los albores de los ochenta.
La disrupción, de esa letanía de pensamientos, es el contraste que representa el peso ultra tecnológico, con toda su modernidad transparente, de cálculos hasta del porcentaje de masa corporal y proporción peso altura y memoria recordatoria, a la que sólo le falta ponerte una dieta, y regañarte cuando has cogido peso,que acompaña al baño.
En el lavabo, Roca Gala, de color crema de café, (lo que antaño se vino a llamar moka, palabro hoy en deshuso) de tamaño casi imposible, para lo que se estila hoy en día de minimalismos, diseños industriales y chuminadas varias y al lado de los grifos del agua sin mezclar, reposan inmunes, indemnes y ajenos al paso del tiempo,los omnipresentes peines de carey, en varios tamaños y su tipo de armónica (de mayor a menor grosor del camino para el pelo) que han sido santo y seña de los baños hasta que de la noche a la mañana, desaparecieron, dejando paso a los cepillos, en distintas profusiones y tamaños. En su defensa, es decir en defensa del baño no como cuarto, si no como ente propio, decir que en un extraño y discordante, gesto de modernidad, en vez de la pastilla de jabón preceptiva, habitaba el lavabo,un dosificador de gel, en forma de gallina, eso sí, para que no falte barroquismo absoluto. Preside y por tanto,da sentido al mismo.
Presidiendo la puerta de salida, en vez del cartel de exit, un radiador de esos que eran dos barritas con su cuerda, con su simple y eficaz mecanismo, tirabas una vez, una barrita, dos veces, las dos barritas, tres veces, se apagaba, y si lo dejabas, a la media hora, se apagaba solo temporalmente y volvía a los cinco o diez minutos a irradiar calor, que tiempos de largos baños, donde una esponja y el olor a sales era suficiente para estar entretenido, lo que parecían horas.
No falta tampoco, el detalle, de la balda, con los pequeños tarros de perfumes, donde campan a sus anchas, Farala con su diseño cutre y naif a la vez, ,Old Spice, con su dibujo del velero, su cerámica fina y su cierre de aluminio y otras marcas de la época, lo que me da que pensar en los baños como sancta sanctorum, de las vidas pasadas, al igual que los ropajes que se heredan, indefectiblemente acaban dados, no pasa lo mismo con los baños, que perpetúan el recuerdo vivísimo de los moradores que en esa casa, o incluso inquilinos provisionales con mala memoria, como yo, que en algún momento, transitaron por ese lugar inexcusable, en el transcurrir de los días.
El acalambramiento de las piernas, que es el mejor recordatorio, de que llevas más tiempo del adecuado, calentando la taza del baño, me hizo volver, a la realidad, esa realidad, en la cual, he podido observar gracias, a los dioses, que el peso no es la única modernidad, y el papel higiénico de múltiples capas preside el trono, lo cual, después de la rueda y el fuego, puede que sea uno de los grandes inventos de la humanidad, puesto que si siguiendo la tendencia o tradición de ese baño, el enfrentar las necesidades de los cuerpos de hoy a los papeles de antaño era un asunto que indefectiblemente, hubiese llevado a una concienzuda limpieza de manos en el lavado y a demorar aun más el espacio de tiempo, en el baño lo cual, nunca se sabe que efecto podría haber tenido no ya sobre el cuerpo, inclusive sobre el alma de su eventual morador.
El baño...un mundo oculto @maastro
La bañera de mi casa tiene ese escalón. Siempre me he preguntado para que sirve a parte de poner los botes. Porque para sentarse...no es muy cómodo, ya te lo diho yo jaja
Jamás pensé que se le podía dedicar palabras tan interesantes a un baño, gracias por compartir, el equipo Cervantes apoyando el contenido original.
muchas gracias :-)