03072019

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El último tirón antes de las vacaciones. El exceso de calor hace los días cortos por el poco tiempo que dedico al ocio, hace las noches largas ya que se aprovecha la fresca para hacer mil y una actividades.

Las mañanas se evaporan, como si el tiempo fuera susceptible a la temperatura, dejando solo un rastro de humedad y olor a toalla usada. He colgado un store, sólo he tardado un año en hacerlo, me sorprendo de lo diletante que podemos ser.

He ido a por pan, he cargado el móvil de podcast ingeniosos que no recuerdo, he bebido una cantidad suficiente de agua y he cargado mi bolsa de tela en ese microscópico intento de reducir residuos. Tres panes,dos integrales de trigo y uno de centeno,hay que amortizar las salidas, están sobrevaloradas.

He guisado un par de platos asiáticos, unas acelgas al estilo coreano, no estaban mal, quedaba el amargor totalmente disimulado, se me hace rara la textura del huevo crudo. Los calamares, me han quedado genial al estilo de sichuan, me ha faltado un bol de arroz glutinoso, ese tipo de cosas, me da la vida.

En la playa muchas chicas, veo esbeltez en los cuerpos, a pesar de los pesimistas datos que nos vomitan los medios sobre obesidades, la realidad que veo es otra, no hay trampa ni cartón, hay una mayor excelencia de los cuerpos.

Hay como una previa de las fiestas del Carmen, Huelin está alborotado, la playa llena de restos de raspas de jibia y plumas, incluso el microalga roja, mancha las costas. En la orilla, muchas chicas muy guapas, se acarician y arrullan en parejas, diseminadas con un bello algoritmo que no entiendo por la arena de la playa.

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