Cuando un niño empieza a ver el mundo a su alrededor y a construir su realidad, lo hace en base a la observación. Pero observar no solo es mirar con los ojos. Los ojos de la ciencia son los microscopios, telescopios, aceleradores de partículas, etc. Pero el ser humano no necesita tantos aparatos, nuestros sentidos son 100.000 veces más potentes que ninguno de ellos.

No me estoy refiriendo a nuestro tacto, gusto, olfato, oído y vista. Esos son los 5 sentidos de los que siempre nos han hablado. Pero ¿que pensarías si os dijera que el pensamiento es otro de los numerosos sentidos del ser humano y que todavía no está desarrollado del todo?

Muchos de vosotros seguramente conozcáis vuestro cuerpo físico y sus limitaciones, pero la realidad es que el ser humano no tiene límites. El ser humano está creado por capas, desde las más dimensiones de baja vibración hasta la dimensión más elevada que somos capaces de comprender y observar (el pensamiento del universo, la trascendencia, el despertar de la energía Kundalini, Dios, la iluminación de la consciencia).

Nuestro cuerpo en sí está acotado por unas leyes físicas, aunque la teoría de la continuidad de la materia establece que no hay separación entre un medio y otro. Pero para comprender lo que os digo, imaginad vuestro cuerpo como algo que no tiene fronteras, a medida que nos vamos distanciando de nuestro centro de existencia (nuestra propia consciencia, o dicho de otra manera, nuestra habilidad de crear metaprogramas con nuestro propio pensamiento) nuestro cuerpo se va haciendo más sutil, nuestro cuerpo físico deja de tener sentido estricto, pero nuestro cuerpo mental y espiritual siguen actuando en la realidad aunque no seamos directamente conscientes de ello.

Espero que ya se estén moviendo cosas dentro de vuestra mente llena de creencias limitantes, sois mucho más de lo que creéis. Vuestra participación en la creación de la realidad es directamente proporcional a la atención que le prestáis a dicha capacidad. Pero para prestar atención a algo, hay que creer en ello. Nuestra capacidad de creación está basada en nuestra herramienta más potente que tenemos a nuestra disposición, la IMAGINACIÓN.

En la imaginación radica la potencia de la mente, gracias a ella podemos programarnos a nosotros mismos. Podríamos decir alterando la famosa frase de Descartes, "yo metaprogramo, luego existo". Si vemos al ser humano como un ser sensible, cuando comenzamos a tomar decisiones autónomas, es cuando comenzamos a ser conscientes. ¿Qué hiciste la primera vez que alteraste conscientemente tu programación, dejarte el pelo largo, hacerte un tatuaje, huir de casa?

La rebelión es la llave para el pensamiento autónomo, y para ello es necesario poder imaginar otro estado diferente. ¿Deberíamos hacer caso a nuestros padres, nuestros amigos? ¿Tiene el gobierno las respuestas de una vida mejor? ¿Qué hay detrás de las iglesias y los bancos? Somos fácilmente manipulables, todo lo que se encuentra en nuestro entorno posee su propio programa mental, desde el coche deportivo con formas aerodinámicas y colores llamativos que tiene ganas de ser conducido hasta la madre que nos dice que fuera hace frío y nos resfriaremos si no cogemos la chaqueta.

Es imposible desconectarse. La sociedad nos premia cuando cumplimos un programa, haciendo que quede más grabado todavía en nuestro inconsciente. Nos convierten en robots educados y entrenados para cumplir la programación establecida. Después de un tiempo el programa se vuelve tan arraigado que no lo cuestionamos, simplemente lo seguimos. Entonces, ¿cuando termina la programación establecida? Solo podemos liberarnos de esos programas con la ayuda de la imaginación, la atención y la intención. Esos términos son realmente importantes, ya que son los motores con los que nos ayudamos a crear todo lo que nos sucede en la vida.

Solamente hay que darse cuenta de los programas que existen, aprender a alterarlos y a reescribirlos para luego usarlos en nuestro propio beneficio. Cuando empezamos a metaprogramar nuestra mente, empezamos a alterar el tejido de la realidad misma. De todas formas, las personas siempre te dirán qué hacer, en qué pensar, te dirán qué puedes hacer y qué no... Obedecer es muy fácil, ¿pero qué forma de vivir es esa donde vivimos los programas de otras personas? ¿Qué impacto deseas tener en el mundo si no escribes tu propio programa? Cada programa puede ser ajustado, reforzado y hasta mejorado con un poco de práctica.

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Imágenes de pixabay.