Una madre nunca deja de serlo - Historias!📣✈️steemCreated with Sketch.

in #spanish7 years ago (edited)


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Llegamos al aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón de la ciudad de Palmira como a las 11:00 a.m caminábamos apresurados hacia la sala internacional, hicimos la fila que duró alrededor de media hora en ésta debíamos mostrar nuestros documentos como la visa Mexicana, la Cedula de Ciudadanía y la tarjeta de Identidad para el caso de Junior, después de identificarnos dejamos las maletas para ser enviadas por carga, después de la extensa fila nos dirigimos hacia la sala de espera donde estuvimos a los largo de dos horas aproximadamente y donde luego abordamos el avión de Avianca, todos estábamos alegres de llegar a nuestro destino, sabíamos que nos tocaría algo pesado el viaje ya que teníamos que hacer escala en Bogotá y esperar quien sabe cuantas horas para llegar a donde “Los cuaticos”.

Después de esperar casi tres o cuatro horas no lo recuerdo bien en Bogotá, abordamos de nuevo el avión en el que llegaríamos por fin a México, el viaje duró cuatro horas y media, tocamos tierra a las 10:30 p.m, en el aeropuerto internacional Benito Juárez del Distrito Federal D.F nos esperaban unos amigos, Daniel y Verónica quienes nos recibieron con un fuerte y duradero abrazo, sus rostros se veían alegres y el de nosotros mucho más, hacia rato que no los veíamos.

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A la mañana siguiente me levanté como a eso de las 11: 00 a.m con un frío terrible, como las mañanas lluviosas de Bogotá en busca de abrigo pero ya todos se habían levantado, estaban en el comedor desayunando. Recuerdo que mi desayuno tradicional son unos huevitos revueltos con pan y chocolate, allá aunque se parecía un poco en cuanto a que había huevos se notaba la gran diferencia. Primero los llamaban huevos revueltos a la ranchera, este nombre era porque tenían bastante chile y de por si picaban mucho, el pan era sustituido por quesadillas algunas con queso y chorizo y el chocolate por café.

No tenía ni idea que aquello picara tanto aunque me advirtieron no preste atención y me uní al desayuno intentando comer un poco de chile verde pero fue inútil el intento de valiente, los labios se me pusieron rojos como un tomate maduro y me ardía demasiado tanto así que acudí de inmediato a bogarme un vaso de agua fría para refrescarme. La sensación fue terrible sentí mi boca tan caliente como el sol que caliente a Cali, parecía un dragón que iba a lanzar fuego por su boca. Todos soltaron a reírse era lógico, opte por no volver a comer aquel desayuno con su chilecito.

Este viernes parecía ser igual al de los demás, solo que se cambiaron unas cuantas cosas. Ese día no salimos a ningún lado supongo que ya estábamos cansados de hacer lo mismo y soloesperábamos con ansias el sábado para ir a Acapulco a disfrutar del mar pero, ese día en la mañana hablamos por chat con mi hermano Edward quien se encontraba en Aruba y esa llamada cambió el estado de animo de mi mamá quien se sentó a hablar con papá acerca del tema, yo con ellos en la habitación, cuando de pronto empezaron a discutir y cada vez se ponía más estresante y más fuerte las palabras, yo finalmente intervine porque ya él estaba ofendiendo a mi mamá, no se de donde saqué el valor para decirle por primera vez a la cara lo que pensaba y sentía en ese instante.

Papá me haces el favor y a mi mamá la respetas, no la trates así. Sin pensarlo dos veces él se levantó del asiento y con la cara a punto de estallar de la rabia, me miró con desprecio y con ganas de asesinarme, levantó sus manos al paso que cerré mis ojos. Estuvo muy cerca de lograr pegarme una bofetada, pero mi mamá fue más rápida que él. Lo apartó con sus manos, evitó que me pegara. Yo lloraba del susto y de la situación ¿por qué tiene que ser así? ¿Por qué no puede solucionar las cosas hablando? ¿Por qué y por qué? Preguntas que nunca iban a tener una respuesta mi papá fue, es y será así no habrá poder humano que logre cambiarlo ni siquiera estar al borde de la muerte lo haría.

Esta situación rompió definitivamente los lasos familiares, a partir de ese momento cada quien por su lado, dormíamos bajo el mismo techo pero sin determinación alguna, todos lo notaron pero no intervinieron.

Sentía una rabia inmensa porque jamás me imaginé esa reacción y aunque no lo hizo, finalmente lo intentó y eso es lo que cuenta. Aparte de la rabia sentía algo de incertidumbre por el qué pasará cuando ya estemos en Colombia, pues mi papá siempre había dicho que el hijo que le dejara de hablar se tendría que ir de la casa… palabras más palabras menos había que esperar a que llegara ese momento.

El viaje siguió común y corriente, yo me divertía igual y no me sentía para nada culpable. La verdad sentía alivio por un lado, me sentía como libre ya que no le tenía que pedir permiso alguno para hacer algo, entonces salía a bailar con mis amigos sin ningún inconveniente.




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Mi mamá siempre fue una amiga más, en ella podíamos confiar y contar en todo instante, ella siempre estaría ahí para cuando la necesitáramos. Por esto y más siempre nos alcahueteó mil cosas y se las ocultaba a mi papá para que éste no tomara alguna represaría contra nosotros.

Cuando perdíamos materias en el colegio y eran más de dos o dos solo le decía que habíamos perdido una, no nos pegaba de hecho pero sí nos regañaba. Cuando hacíamos daños mi mamá nos pegaba o nos castigaba pero casi nunca nos acusó con mi papá. Nos tapó varias cosas, fue nuestra cómplice. En mis noviazgos siempre los supo y me los alcahueteó. Tanto es la complicidad de mi mamá y el temor que le tenía a mi papá que calló cosas que nunca debió hacerlo y no la juzgo porque la entiendo, pero a veces es mejor arriesgarse.

Mi hermano Edward era una persona noble y divertida, tenía bastantes amigos unos buenos y otros no tanto. Había decidido dejarse influenciar por las malas amistades, por tomar bebidas alcoholizadas, por fumar y no solo cigarrillo sino enviciarse en la Marihuana y otras sustancias alucinógenas. Mi hermano fue débil, se dejó introducir en aquel mundo oscuro de callejones sin salida.

Mis papás ante aquella situación no sabían que hacer, pues mi papá nunca fue la persona indicada para sentarse a hablar con sus hijos, siempre fue una persona difícil de tratar con la que nunca se podía entablar una conversación civilizada. No estoy hablando de un primitivo o un monstruo, estoy hablando de mi papá. Una persona que aparenta ser formal pero en la casa es otro cuento, siempre está malgeniado y alega cuando las cosas no le salen como él quiere, él da una orden y todos tenemos que volar a cumplirla como soldados si nos demoramos en hacerlo empiezan los gritos y hasta las malas palabras. A veces pienso que es mucho mejor otro lugar que mi propia casa.



Mi mamá es el lado opuesto, con ella sí se puede hablar es cariñosa y muy alcahueta también. Cuando empezó a sospechar de las malas andanzas de mi hermano prefirió evitar contárselas a mi papá, pues ella sabía cómo reaccionaría aquel, tal vez le hubiera insultado o hasta pegado o quizás echado de la casa, por estas razones mi mamá prefirió callar. Ella se sentaba con Edward a aconsejarlo, sus charlas eran extenuantes pero a él le entraban por un oído y le salían por el otro. Aunque mi mamá tratara de ocultar la verdad mi papá tarde o temprano se iba a dar cuenta y dicho y hecho se enteró.

Un día sonó el teléfono de la casa, mi mamá contestó y se llevó una gran sorpresa. Al otro lado de la línea escuchó una voz gruesa diciendo:

- ¿Es usted la señora Beatriz?

- Con temor mi mamá dijo sí, ¿Con quién hablo?

- Soy el teniente…… y acá en el CAI tengo a su hijo Edward, lo detuvimos por cargar %%%% de Marihuana. Debe venir para sacarlo ya que es menor de edad.

- Mi mamá rompió en llanto y le dijo que enseguida iba.


Temblaba sin parar, lloraba como una niña a la que le habían quitado su juguete favorito. Pensó en que gracias a Dios fue ella la que atendió la llamada y no mi papá. Mi mamá cogió enseguida un taxi y llegó en cuestión de segundos a la estación donde mi hermano estaba. Lo vio encerrado y sintió aun más tristeza ella siempre había sido un amor distinto por él, lo adoraba como a todos pero siempre decía que la mirada de Edward era triste y ella quería protegerlo y abrazarlo pero la realidad era otra, una realidad cruda y difícil ya que no contaba con el apoyo de mi papá. De inmediato firmó el acta para sacar al menor de edad, lo regañó y le dijo que ¿por qué le hacia eso?, que ¿qué mal le había hecho para que él actuara así? Mi hermano solo se limitaba a escuchar creo que no era capas de responderle pues en el fondo sabia que la había embarrado y bien embarrado con mamá.

Mi papá no tiene ni un solo pelo de bobo, se dio cuenta aunque no con precisión de lo que ocurría sospechaba que algo grave había pasado ya que mi mamá no suele irse sin avisar y menos coger un taxi a la primera, pues ella siempre ha sido miedosa para tomar cualquiera que pase, pero esa tarde no le importó nada solo sacar a su hijo de aquel moridero. Yo sabia el por qué de la reacción de mi mamá y aunque mi papá me preguntó le dije que no sabia nada. Al llegar a casa se sintió un silencio absoluto, mi mamá subió primero y habló con mi papá tratando de calmarlo, le tenía que contar la verdad. Él por su lado no habló con mi hermano lo gritó y sus palabras fueron hirientes como si le hablara a un ser que despreciaba, a todo menos a un hijo de su propia sangre. Yo no me atrevía a meterme, solo escuchaba desde mi cuarto aquellas palabras tan desgarradoras, no podía ni siquiera contener las lágrimas que bajaban una tras otra por mis mejillas, fue horrible. Le gritaba sin parar a la vez que lo maldecía, Edward solo se limitaba a escucharlo con la mirada al frente, había sacado su mismo orgullo. Sus pequeños ojos verdes se inundaron de lágrimas ante aquellas atrocidades, él siempre había tenido una mirada triste y desconsoladora. Por suerte no lo echó de la casa.

Este hecho nos marcó a todos, cada vez que mi hermano iba a salir era una angustia para mi mamá no quería volver a pasar por algo semejante como aquel día en el CAI. Mi papá aunque difícil de creer también se preocupaba pero nunca evitaron que él volviera salir, incluso le daban los permisos para que él no se sintiera solo y mal sin hacer nada ya que los estudios universitarios los abandonó, otra cosa que mi papá le escondía mi papá y por las mismas razones. A veces pienso que mis papas no tuvieron los suficientes pantalones para detener a mi hermano, para decirle No.

Todo esto influyó para que ellos se sentaran a pensar y a decidir que hacer para que mi hermano tomara otro rumbo. Meses después decidieron hacer un viaje en un crucero por varias islas consiguiendo como destino final Aruba. Pues allá se encontraba mi tío Andrés el hermano de mi mamá desde hace varios años, pensaron en que dejando a Edward por varios meses cambiaría.

Mi papá a pesar de lo que había pasado siempre demostró un sentimiento diferente hacia Edward desde pequeños, conmigo siempre fue duro, machista y poco amoroso podría decir que nunca me trató con cariño, con Junior aunque era el menor también lo trataba diferente, le hablaba golpeado y lo gritaba mucho, quizás porque Junior desde pequeñito fue malgeniado y a veces contestón tal vez por esto su trato. Con Edward hubo siempre un trato especial, aunque no dejaba de regañarlo y tratarlo mal siempre creyó en él. Me atrevería a decir que cada vez que lo trataba mal se arrepentía de haberlo hecho.

El viaje siguió con un panorama normal, regresamos el mismo día en que inicié las clases de la Universidad, lo que tanto temía ocurrió, mi papá no me dio ni un peso para ir a estudiar. Afortunadamente tenía dinero guardado, al menos me alcanzaría para una semana porque me gastaba diariamente $15.000 o más.

Pasó una semana y otra y otra y no hubo plata por parte de él, además sería muy bobo de mi parte pensar en su ayuda después de lo sucedido. Mi mamá se desesperó tanto que le pidió ayuda a un tío. Mi tío Silvio siempre fue la persona más bondadosa y cariñosa de la familia, siempre se preocupó por los demás y siempre los ayudó, yo no iba a ser la primera en que le prestaría su gentil ayuda ya que en situaciones anteriores otros primos habían recurrido a él y ahora estaban estudiando.

Mi tío fue como un ángel del cielo pues sin mucho preámbulo le anunció a mi mamá que de ahora en adelante los gastos de mi estudio correrían por su cuenta. Dijo que me daría cada semana lo de mi transporte y mi alimentación, más la mensualidad del crédito Icetex y la matricula. Gracias a él hoy he podido continuar con mis estudios y seguir luchando por mi sueño de ser una profesional, todo a cambio de pedirle a Dios por él y su familia.

Nos vemos en mi siguiente post! si te gustó no olvides dar upvote!

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