Hace un par de semanas hablaba con un amigo que está pasando por un mal momento de su vida… centré la charla en apoyarlo, pero también quería ser muy objetiva porque realmente quería ayudarlo en su problema. Mientras lo aconsejaba me oía habla y fue inevitable pensar « ¡oh, por dios! Hablo como toda una mamá » y es que sí, eran mis consejos, mi modo de hablar… para mi sorpresa, al terminar de hablar con mi amigo, éste me dijo: «Te escuchas como una mamá», y es que cuando las mujeres nos convertimos en madres se activa en nosotras un sentido de protección inigualable, es como su toda la humanidad estuviera en peligro y nosotras los queremos proteger a todos.

A raíz de esto me puse a pensar en que todas las madres a pesar de ser muy diferentes compartimos características y fue en ese momento en el decidí investigar sobre ¿qué rayos tenemos las madres en el cerebro?... y para mi sorpresa encontré muchas cosas interesantes las cuales leer, así que si sientes curiosidad acerca del tema, acompáñame en esta entrada.

Seguramente ustedes se preguntarán « ¿Acaso las madres tenemos el cerebro distinto?» y pues, lo cierto es que sí, desde el momento en el que estamos embarazadas nuestro cerebro comienza a experimentar cambios. Estudios recientes demostraron que la materia gris de las mujeres embarazadas se reduce en áreas relacionadas con la empatía. Esta reducción en las conexiones neuronales de las madres optimiza determinadas funciones, como por ejemplo interpretar los estados mentales su hijo o poder anticipar posibles amenazas del entorno en el que se encuentren. Estos cambios se mantienen en el cerebro de las madres, en pocas palabras el cerebro de las mujeres se perfila al convertirse en madres para poder darles una mejor calidad de vida a sus hijos.

Aunque muchas personas piensen lo contrario, el perfilamiento y los cambios en el cerebro de una madre, promueve una madurez para el cerebro y lo hace más funcional. De hecho las mujeres podemos afirmar que tenemos un cerebro antes de ser madres y otro cerebro que podemos llamarlo “nuestro cerebro maternal”.

Lo primero que comienza a cambiar en el cerebro de una madre desde los primeros días del embarazo es la liberación de hormonas y es que comenzamos a experimentar en nuestro cuerpo cómo el coctel de hormonas va haciendo efecto poco a poco. Desde el 3 mes de embarazo comenzamos a experimentar los efectos de la progesterona, esta hormona hace que las madres seamos más vulnerables en nuestro embarazo, nos hace dormir mucho y llorar con mucha facilidad, sin embargo con esta hormona no todo es malo, porque es ella la que ayuda al intestino a trabajar lentamente, a que el corazón cambie la forma de bombear la sangre , a que el riñón depura más rápido sustancias toxicas y prácticamente a mantener el cuerpo en perfecto estado para el bebé.

La liberación de estrógenos, prolactina, gonadotrofinas coriónicas también se hace presentes, así como de oxitocina y beta endorfinas, todas estas condicionan el proceso de embarazo, el postparto y en general toda la maternidad, es por eso que el cambio hormonal es el primer proceso que se experimenta en el cerebro de una mamá.

Estudios demuestran que a partir del nacimiento del bebé, las áreas cerebrales como la corteza prefrontal, el hipocampo y giro del cíngulo se pueden conectar con más eficiencia para así condicionar una toma de decisiones inmediatas, además pueden interpretar las emociones de su bebé con más eficiencia y favorece sus recuerdos. El hipotálamo incrementa los receptores a opiáceos, esto cambia radicalmente el umbral del dolor, lo que hace que el cuerpo pueda soportar el parto, la lactancia materna y toda la cantidad de dolores que conlleva la maternidad. Por otra parte el nervio olfatorio, se desarrolla de manera pronunciada en la división neuronal, esto hace que para la madre siempre sea una prioridad su hijo.

Como comentaba más arriba en el post, la materia gris del cerebro de una madre se ve notoriamente reducida, pero esto no es algo malo, por el contrario este cambio lo que proporciona es la madurez del cerebro. Para los neurocientíficos es casi imposible distinguir entre el cerebro de una madre antes de la maternidad y después de ella, esto evidencia que el cambio es radical. La finalidad de la reducción en la materia gris en las madres, es tener más eficacia cognitiva, esto es solo cosa de madres y nos ayuda a atender mejor las necesidades de nuestros hijos, además nos hace más tolerantes al estrés (sobre todo al llanto), además nos hace buscar soluciones eficaces ante los problemas de nuestros hijos.

Estimados lectores, espero que este post les haya gustado tanto leerlo, como a mí me ha gustado tanto hacerlo. No sé, pero en mi opinión las madres somos maravillosas, me encanta la explicación que tiene nuestro cerebro, es asombroso lo que podemos hacer gracias a nuestros hijos, somos sus ángeles protectores, de hecho nuestro cerebro se condiciona para que nuestro bebé tenga todas las de ganar.

Un dato curioso para agregar es que muchas mujeres se han sometido a estudios y estos estudios revelan que aún después de los 4 años de vida del nacimiento de nuestros hijos los cambios en nuestro cerebro siguen estando intactos.