He estado sacando trabajo atrasado y se me ha dificultado trabajar, pues la computadora prestada no está en muy buenas condiciones que digamos, por ese motivo se me ha complicado un poco seguir publicando en Steemit, en especial ahora que tanto lo necesito.

Hoy hablaremos sobre el título de la novela, y muy alejado de lo que muchos piensan el título no debe ser el inicio de la novela sino el final, porque al colocar el título debes tener presente que este debe representar la esencia más pura de la novela, debe hacer que a la gente le de intriga y quiera saber qué esconden las páginas del libro, el título de la novela debe llamar la atención lo suficiente para que el lector quiera leerlo, pero no debe llamar tanto la atención como para que el lector piense que se trata de charlatanerías.

Un buen título se caracteriza por ser descriptivo, sencillo y porque de alguna manera resume el argumento de la novela, sin embargo hay muy buenos libros que no cumplen con esas características y muy malos libros con excelentes títulos.

El título es el mejor juego que puedes tener con tu lector, debes seducirlo, con el título puedes sorprenderlo, también puedes insinuar cosas y hasta jugar con su psicología, hacer que crea cosas que no son, puedes darle doble sentido dependiendo de la temática, el título en si es una de las partes más importantes de la novela. Así que no le demos más vueltas al asunto y comencemos. Acá les presento:

No hay nada que guarde más la esencia de una novela que el nombre de su protagonista, por lo general le agrega mucha intriga porque el lector se pregunta “¿quién es esa persona? ¿Qué le habrá pasado?”… puedes jugar con los títulos del protagonista como en «El plantador de tabaco», de John Bart, también puedes hacerle variaciones al nombre como en «La señora Dalloway», de Virginia Woolf. El nombre del protagonista siempre es una de las primeras opciones.

Si tu novela se desarrolla en un lugar enigmático, conocido o único, no sería conveniente que desperdiciaras la oportunidad de contar eso para tu título o agregarlo como complemento del mismo, como en «Cartas a una señorita en París», de Julio Cortázar. También debes tener en cuenta que si tu novela tiene mucho énfasis en una determinada fecha es de gran utilidad que sea el título, es enigmático, sencillo y resume el argumento como en «Noviembre de 1918», de Alfred Döbli.

Con títulos así marcas una diferencia, le generas dudas al posible lector y le adelantas que algo muy importante paso en esa fecha.

Otra de las cosas que les llama mucho la atención a los lectores con los contrastes de cosas totalmente opuestas, juega con eso y además de tener un título muy creativo tendrás muchos lectores, como en «Cianuro espumoso», de Agatha Christie.

Si, también es válido, resume la esencia del argumento y hazla título, así el lector podrá hacer la inferencia de lo que va la novela, no es algo que no puedas hacer y si tienes la oportunidad no dudes en aprovecharla, como en «Las vírgenes suicidas», de Jeffrey Eugenides o en «el misterio del cuarto amarillo», de Gaston Leroux

Este recurso solo lo he utilizado con lo que escribo y puedo publicar a mi nombre, y es que me parece una de las mejores técnicas, ya que cuando escribes en tu interior se van desarrollando un mundo de sentimientos, en ellos uno prevalece, siempre eso que tanto siento lo hago mío y lo coloco como título… hace un tiempo escribí un relato y lo titulé «Apnea» porque era tan personal y le estaba dando una variación tan drástica que me faltaba el aire cuando escribía, me traía muchos recuerdos a la mente y era como revivir cosas.

Queridos lectores, espero que les haya gustado esta entrada, como verán ya estamos finalizando la secuencia de semanas de « ¿Cómo escribir una novela?», también espero que ustedes hayan disfrutado tanto como yo de este apartado semanal, y en especial me alienta el saber que estoy haciendo algo por la comunidad. Saben que si tienen alguna sugerencia, aporte o crítica, siempre es bienvenida en los comentarios.